Belén recordó cómo afectó a Haneen lo que ocurrió con su primer trabajo. «Tenía que viajar todos los días 30 kilómetros. Era un instituto en Realicó. Lo pensó mucho, porque recién llegaba, viene escapando de una guerra. Igual empezó. Y le pagan así», dijo con furia.
Pero la frustración por ese mal trance en su primer trabajo no le hizo bajar los brazos. Ya está trabajando en otro instituto de inglés, ahora de Ingeniero Luiggi. Su vida es muy tranquila, alterada por las invitaciones de familias árabes, de los viajes a Santa Rosa a la Casa de Zulma Bedis, que integra la Asociación Arabe de La Pampa la entidad que junto a la organización nacional hizo fuerza para que llegara al país.
Sigue con su pasión la fotografía. En sus salidas a caminar, en los caminos de tierra, saca una foto a cada paso. Cuando viajó a la capital pampeana, la hizo parar a Belén a cada rato en la ruta. «Le sacó foto a todo», contó Zulma. Pero además ya consiguió su primer trabajo como fotógrafa: una agencia de turismo la contrato este fin de semana para un evento.