Chango Spasiuk en el mágico juego de sus “otras músicas”

Un mundo de sonidos puesto en armonías y tensiones a partir de un origen que tiene raíces, arribados e influencias varias, se expresó anoche en el impactante concierto donde Chango Spasiuk y su banda presentaron a sala llena en el porteño ND Teatro su más reciente disco “Otras músicas”.

Esa combinación de apuestas donde los intensos orígenes litoraleños se ponen en contacto –a veces de modo amoroso y por momentos crispadamente- con lenguajes distantes, novísimos o eruditos, podría caer en un híbrido que Spasiuk y sus músicos convierten en un espacio de riesgo y honda comunicación.

“Pareciera que los artistas comemos en otro lugar y les traemos las migajas a ustedes, pero todos necesitamos algo más que entretenernos y saborear y compartir otra cosa”, reflexionó el músico hacia el final de la emotiva función.

Una de las claves para conseguir que ese tránsito sea tan vigoroso como encantador quizá pase por la honestidad de la búsqueda, por la irrenunciable decisión de jugar y por el deslumbrante talento interpretativo de quienes proponen el viaje.

Las inquietudes que Chango puso y pone sobre el tapete para ilustrar filmes, obras teatrales y proyectos documentales, colocan de manifiesto que hay una esencia regional riquísima que es capaz de dialogar con insospechados interlocutores en una experiencia fascinante.

A los habituales laderos del misionero (los sólidos e inspirados Marcos Villalba en percusiones, guitarra y voz, Diego Arolfo en guitarra y voz y Juan Pablo Navarro en contrabajo), se sumó el piano de Matías Martino (encargado de traducir a los varios músicos que pulsaron ese instrumento en el registro), las notables cuerdas de Julieta Duriet (violín) y Eugenia Turovetzky (cello) y la percusión de Javier Martínez.

Además, sobre el escenario de la sala del centro porteño, se sumaron como invitados el descomunal guitarrista chaqueño Marcelo Dellamea y la vocalista Lorena Astudillo que llevó la voz cantante en el celebrado momento del primer tramo de la velada integrado por la canción de cuna “Sueños de niñez”, “Sólo para mí” y “El cosechero”.

En ese segmento inaugural de la noche y ante un teatro colmado y respetuoso (salvo por unos pocos queriendo filmar o fotografiar momentos con sus teléfonos celulares), Chango y sus compañeros mostraron la inquietud y la felicidad por la aventura emprendida.

“Estamos nerviosos por estas músicas nuevas que nunca tocamos en vivo. Después vienen los chamamés y tiramos las partituras”, comentó el rubio poco después de los primeros bosquejos de unas ideas, unas creaciones que encontraron un eco mágico y pasional en las sensibilidades del increíble octeto que lo acompañó y generó un clima supremo en las más de dos horas que duró el concierto.

Del foxtrot “Nazareno” (que abre el más reciente álbum) al tributo a Luis Alberto Spinetta con “Seguir viviendo sin tu amor” que remata el registro y anoche clausuró la primera hora de la noche con el coro de la audiencia, pasando por la sensibilidad extrema de «Canción de los hermanos» o «Pynandí», hubo una recreación que multiplicó el impacto de lo que se registró.

El cambio de acordeón y de afinación para el segmento pretendidamente más litoraleño, no hizo más que ratificar la riqueza de esos ritmos y la valiosa re-lectura que Chango sigue haciendo sobre ellos.

“Adiós Beatriz”, “A Villa Guillermina”, “Kilómetro 11”, “Tarefero de mis pagos”, “La ponzoña” o “Chamamé crudo”, más allá de tratarse de obras propias o clásicos, exhibió un abanico de riqueza que empuja a nuevas preguntas e invita a la escucha.

El remate de los bises con “Libertango”, de Astor Piazzolla, subrayó el espíritu indómito de un creador que sigue abonando a un camino donde la pertenencia, el juego y la experimentación integran el mismo equipaje.

Chango Spasiuk sale de gira por Europa y volverá a hacer sonar “Otras músicas” en el ND Teatro el viernes 9 de diciembre para otra cita que promete abrir nuevos horizontes.

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