Se conocieron detalles de la mujer abusada por su pareja: «quería que tenga sexo con el perro»

«No hay que callarse», dijo la mujer que decidió hacer pública su historia luego del femicidio de Lucía Pérez.

Una mujer de 37 años sometida sexualmente de formas aberrantes por su pareja, incluso utilizando una botella y un perro rotweiller, se animó a contar el infierno que sufrió en Mar del Plata para «pedir que se haga justicia» y que el agresor siga en la cárcel.

«No hay que callarse», dijo la mujer que decidió hacer pública su historia luego del femicidio de Lucía Pérez, la adolescente drogada, violada y asesinada en Mar del Plata.

Todo ocurrió hace dos semanas, cuando se conoció el caso de abuso sexual que una mujer sufrió por parte de su pareja en un puesto rural de El Boquerón y la detención de un hombre de 35 años.

Ahora, tras recibir el alta médica por las graves lesiones sufridas durante la agresión, la mujer, que se identificó como Paola Campos, de 37 años, quiso dar detalles de lo sucedido para «pedir que se haga justicia» y que el agresor siga en la cárcel.

En el living de su casa en la ciudad de Batán y luego de tomar la medicación que se le suministró como parte del protocolo de prevención ante casos de abusos, Campos reconoció que se decidió a hablar a partir de la conmoción que generó el femicidio de Lucía Pérez.

«No nos tiene que dar vergüenza salir, no hay que callarse, quiero contarlo para que esto ayude a otras mujeres que sufrieron lo mismo», reveló al portal marplatense 0223.com.ar.

La mujer de 37 años fue al puesto rural donde trabajaba Alejandro Mendoza y comenzaron a charlar acerca de la relación que tenían desde hacía dos meses.

Sin embargo, cerca de la medianoche el hombre le dijo que había estado planeando cómo matarla, le preguntó si se había despedido de sus hijas y le aseguró que «no vería el amanecer».

«Empezó a golpearme y amenazó con colgarme de unos ganchos para luego enterrarme en el fondo de la propiedad», recordó.

Mientras tomaba alcohol y le decía que iba a matarla, la desnudó, la tiró sobre una frazada que puso en el piso e hizo entrar a un perro rottweiler para que la violara.

«Le pedía por favor que parara, pero siguió intentando que el perro me montara hasta que lo soltó y lo hizo salir al patio», recordó.

Tras violarla con una botella, Mendoza se fue a dormir y Campos logró escapar del puesto, caminar varias cuadras y tomar un colectivo hasta su casa en Batán.

Sus familiares la acompañaron al Hospital Interzonal General de Agudas (Higa) donde fue operada de urgencia por las lesiones internas y el doble desgarro sufrido que le provocó un abundante sangrado.

La mujer salió del quirófano e hizo la denuncia correspondiente en la Comisaría de la Mujer y la Familia.

En el marco de una causa por abuso sexual con acceso carnal, gravemente ultrajante y privación ilegal de la libertad agravada, Mendoza fue detenido por personal policial en su puesto de trabajo y alojado en la Unidad Penal 44 de Batán.

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