Corte Suprema, inmigración y armas, ejes del último debate entre Hillary y Trump

Donald Trump y Hillary Clinton iniciaron este miércoles el tercer y último debate sumergiéndose en los asuntos fundamentales de la sociedad estadounidense, bajo una atmósfera glacial pero más cívica en la recta final de una agria campaña presidencial.

El debate, en la Universidad de Nevada en Las Vegas, arrancó, como en el segundo duelo, el 9 de octubre, y contra la tradición, sin un apretón de mano entre los dos rivales que buscan llegar a la Casa Blanca.

Pero el inicio de la velada se concentró en los asuntos de fondos: Corte Suprema, armas, aborto e inmigración.

Clinton defendió su postura a favor del matrimonio igualitario y el derecho al aborto, vistos con desdén en el mundo conservador.

Trump respondió señalando que de ser presidente designará magistrados conservadores al máximo tribunal estadounidense, actualmente en un empate 4-4 entre jueces progresistas y conservadores.

El magnate de 70 años también respaldó la Segunda Enmienda de la Constitución, que protege el derecho a poseer armas, y que a su juicio «está bajo asedio».

Aunque también apoyó el derecho a las armas, Clinton dijo que eso «no está en conflicto con una regulación de sentido común» para controlar su acceso, acusando a Trump de estar en el bolsillo del lobby armamentista.

«Tenemos las leyes más duras y una enorme violencia con armas de fuego», replicó Trump.

El contraste de posturas continuó en el tema migratorio, inyectado desde el inicio en la campaña especialmente por Trump que propone construir un muro en la frontera con México y deportar a los 11 millones que viven clandestinamente en EEUU.

«Estamos recibiendo las drogas, y ellos el dinero. Necesitamos fronteras más fuertes», dijo el empresario. «Tenemos algunos hombres malos y vamos a sacarlos», señaló.

Clinton, que defiende el intento del presidente Barack Obama por pasar una reforma migratoria, defendió la regularización de indocumentados. «Así los empleadores no pueden explotarlos y reducir los salarios de los estadounidenses. Y Donald sabe mucho de eso», dijo.

Trump llegó a la defensiva al último debate antes de los comicios del 8 de noviembre, golpeado en los sondeos por las acusaciones de conducta lasciva presentadas por varias mujeres tras la difusión de un video de 2005 en el que se jactaba de poder usar su fama para salirse con la suya con las mujeres.

Las últimas semanas han visto un aumento de la ventaja de Clinton sobre Trump, tanto a nivel nacional como en estados claves. La demócrata está adelante por 6,5 puntos, según un promedio de sondeos nacionales del sitio web Real Clear Politics.

Su ventaja es especialmente importante entre las mujeres, que la prefieren 52% contra 37% para Trump, según una nueva encuesta de Quinnipiac.

Los dos rivales se enfrentaron en todo tipo de temas: la economía, Rusia y el Estado Islámico. Pero el debate, moderado por Chris Wallace, periodista de Fox News, preveía una atmósfera más agria.

El director de campaña de Trump, Steve Bannon, señaló poco antes que algunos invitados del magnate iban a «exponer el sórdido pasado de Bill y Hillary», en referencia a Clinton y su esposo, el expresidente.

En ese clima, el sitio ultraconservador Breitbart difundió el testimonio de una experiodista de televisión denunciando que Bill Clinton la había manoseado de forma indecente en tres oportunidades en 1980.

En los últimos días Trump insistió en casi cada alocución su denuncia de que la elección del 8 de noviembre será manipulada para garantizar la victoria de Clinton, un prospecto descartado por autoridades y expertos.

También se ha dedicado a golpear sin piedad a la prensa, a la que considera «deshonesta» por divulgar constantemente «ficciones» sobre él y la acusa de crear «un sistema retorcido que envenena la mente de los electores».

La agresiva retórica de Trump sobre la posibilidad de un fraude electoral llevó a Obama a reclamar el martes que el polémico millonario «pare de quejarse».

Clinton también atraviesa su polémica propia por el uso de un servidor de correo electrónico cuando dirigía la diplomacia estadounidense.

En el último capítulo de ese escándalo, el FBI divulgó el lunes un mensaje interno que sugiere que el Departamento de Estado estaba dispuesto a facilitar cargos para agentes del FBI en el exterior en caso que la policía federal aceptara modificar el nivel de clasificación del correo de Clinton. El Departamento de Estado negó enfáticamente las acusaciones.

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas