UNaM: Innovador proyecto para la mejora del hábitat y vivienda guaraní iniciaron en la comunidad Chafariz, en San Vicente

 

 

Con la premisa de construir un futuro diferente, el antropólogo Pablo Abiuso -coordinador general y promotor de un proyecto financiado por la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación- junto a su equipo de trabajo multidisciplinario (antropólogos, arquitectos, ingenieros, entre otros) avanzan en una innovadora experiencia de trabajo con metodología participativa y uso de tecnologías sustentables de construcción con la Comunidad Mbyá Guaraní de Chafariz, en San Vicente.

 

El proyecto «Hábitat y Vivienda Guaraní» reúne a un equipo interdisciplinario e interinstitucional que trabaja en conjunto con la comunidad, realizan talleres de técnicas sustentables de construcción para el mejoramiento del hábitat de la comunidad, teniendo como principio la revalorización, los conocimientos y prácticas tradicionales de los guaraníes, explicó Abiuso en la entrevista con ArgentinaForestal.com

 

Por otra parte, apuntan a fortalecer las capacidades de la comunidad y vivenciar un proceso de mejoramiento del hábitat en el cual los mismos integrantes Mbyá son parte fundamental del proceso.

Se trata de una experiencia piloto de la cual participan docentes y profesionales de la Secretaría de Investigación y Postgrado y el Programa de Posgrado en Antropología Social de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales (FHyCS) y de la Facultad de Ingeniería de Oberá (FIO),  de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM);  de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNNE y del estudio de arquitectos de Prácticas Sustentables, y de la Universidad Nacional de Córdoba. De esta manera, se pretende integrar los conocimientos antropológicos sobre la sociedad guaraní, los técnicos con los profesionales de la ingeniería, y los conocimientos en materia de producción social del hábitat de arquitectos de la UNNE en conjunto a los conocimientos y prácticas de los integrantes de Chafariz.

“Estamos en pleno proceso de ejecución, la semana pasada fue la primera etapa de trabajo con la construcción de un Salón Comunitario para Chafariz”, relató Abiuso.

 

Con la iniciativa se proponen abordar la problemática que existe de la precariedad habitacional dentro las comunidades Mbyá Guaraní en Misiones a través de la puesta en práctica en conjunto, con una experiencia piloto en un proyecto para el Diseño y Construcción de una Vivienda Prototipo, con el doble objetivo de mejorar las condiciones de vida y promover la autogestión y la revalorización de las capacidades internas de las comunidades para enfrentar las necesidades de las mismas.

 

En cuanto a su situación habitacional, el antropólogo explicó que la mayoría de las familias de Chafariz-como muchas otras- habita en viviendas en condiciones precarias construidas en su mayor proporción con materiales naturales (madera, tacuara, y barro), materiales precarios como chapas de cartón y plásticos, pisos de  tierra y sin servicios de provisión de agua potable ni de electricidad. En varios casos se presenta la situación de nuevas familias que habitan en forma hacinada con sus padres, debido a que los jóvenes no cuentan con la experiencia para la construcción de una vivienda del tipo tradicional.

 

“En la mayoría de las ocasiones la asistencia a las comunidades se realiza sin tener en cuenta las particularidades de las mismas (sociales, culturales, ambientales, etcétera) y sin mecanismos apropiados que garanticen la participación de los integrantes de las comunidades en esos procesos, por lo tanto en muchos casos no han contribuido a apoyar y afianzar procesos de autogestión sino que por el contrario han promovido una mayor dependencia de las comunidades en relación a los actores externos”, precisó Abiuso.

 

Por ello, en la investigación “se plantea la hipótesis de que el resultado de estos procesos ha contribuido a propiciar la dependencia de las comunidades para resolver determinadas cuestiones a las cuales en principio tienen condiciones propias de resolver. Esto a contribuido a la situación actual con familias guaraníes habitando en viviendas en un estado de precariedad importante, y que se encuentran a la espera de la asistencia, con dificultades para poder impulsar procesos internos de mejoramiento de la situación habitacional”, explicó el antropólogo.

 

En el proyecto, frente a esta realidad, se incentivó a que los integrantes de la comunidad de Chafariz sean protagonistas de un proceso de mejoramiento habitacional en forma conjunta con los profesionales del equipo de este proyecto, para que la puesta en práctica del mismo genere una mayor autonomía, y una mayor capacidad de solucionar y ser protagonistas del proceso que los afecta.

 

Con esta experiencia, Abiuso y su equipo espera que al final del proceso se beneficien los integrantes de la comunidad que se capacitarán en técnicas de construcción sustentables y que  experimentan, como protagonistas, un proceso de mejoramiento del hábitat de su comunidad. Además, la familia mejorará sus condiciones habitacionales.

 

Por otra parte, habrá integrantes de la comunidad que serán capacitados en el registro y producción de material audiovisual.

Finalmente, técnicos y profesionales podrán retroalimentarse de conceptos y prácticas en la vinculación con sectores de la sociedad que necesitan asistencia y capacitación.

 

Salón comunitario

En este contexto, del sábado al jueves pasado, una parte del equipo y colaboradores se puso “manos a la obra” y avanzaron con las primeras actividades de construcción sustentable de lo que será el futuro Salón Comunitario de Chafariz. “Fue una experiencia increíble, ya que toda la comunidad colaboró con el trabajo, y entre mates, comidas, charlas en el patio, baños en el arroyo, algo de fútbol y música tradicional que en forma de agradecimiento tocaban los Mbyá para sus visitantes, vivimos la cotidianeidad de la comunidad y logramos dar el primer paso para concretar el proyecto que tanto lo imaginamos”, expresó Abiuso.

El salón se está levantando con técnicas sustentables de construcción y metodologías participativas, impulsando dinámicas de taller en las que trabajamos en conjunto el equipo técnico con los integrantes de la comunidad.

“En dos visitas anteriores ya habíamos armado la estructura del salón y en estos últimos días hicimos una cantidad importante de tareas relacionadas a la construcción del salón. Por un lado se realizó la recolección de una serie de materiales que se utilizaron en la obra, como tierra, pastos secos, tacuaras, hojas de tacuaras, piedras de diversos tamaños, entre otros materiales. Después se realizaron tareas de construcción, se levantaron los cimientos de piedras, bastidores de madera y tacuara para las paredes de quincha, mezclas de tierra y pastos secos para el relleno de las paredes, mezclas para terminación de paredes y revoques, se compactó el piso de adentro del salón, colocamos el machimbre en el techo, se puso la geomembrana de 500 micrones  y se comenzó a cargar el cubierta del techo con piedra, arena, tierra y pasto, entre otras actividades constructivas”, detalló con entusiasmo el coordinador.

Durante el trabajo realizado la semana pasada, además de niños, adolescentes y adultos de la Comunidad Chafariz, fueron varias las personas que participaron, algunas no estuvieron todos los días por compromisos personales y laborales, pero colaboraron el ingeniero Darío Ferreyra, de la Facultad de Ingeniería de Oberá de la UNaM; los arquitectos Andrés Rogers y Jaime Maestre de la Organización Práctica Sustentable y de la Universidad Nacional de Córdoba; Rodrigo Dutra (CONICET-UNaM); las arquitectas María Andrea Benítez (Facultad de Arquitectura y Urbanismo-UNNE) y Lucía Cella, junto al arquitecto Pedro Peralta, del Estudio Cella; el ingeniero Martín Mathot (CEDIT),  Juan Carlos Furlán (Proyecto El Ceibalito), y el fotógrafo documentalista Sebastián Gil Miranda.

En cámara, los documentalistas Mbyá Guaraní Ariel Kuaray Ortega y Leo Ortega que trabajaron en varios proyectos con la ONG brasilera Video nas Aldeias. Además, participó el antropólogo Hugo Arce del Programa Bosque Modelo San Pedro, todo bajo la coordinación general de Abiuso.

También estuvo colaborando Diego Carballo, director de la Escuela Intercultural Bilingüe N° 905, con los docentes de la escuela y los alumnos, hijos de los colonos de la zona que son compañeros de los chicos de la comunidad que van a la misma escuela.

 

 

La enseñanza de Chafariz

 

Chafariz es una comunidad  Mbyá Guaraní ubicada sobre la vera del arroyo que lleva su mismo nombre y se encuentra dentro del municipio de San Vicente, en una zona de colonos y pequeños productores. “Allí viven unas 24 familias, compuesta por un poco más de 100 personas. Tienen el título de propiedad de un lote de 104 hectáreas, lo que es muy poco para desarrollar el modo de vida tradicional guaraní”, explicó en la entrevista con el antropólogo y coordinador del proyecto, Pablo Abiuso.

“No se trata de una comunidad aislada del blanco, los chicos concurren a una escuela a la que van también los hijos de los colonos, algunos trabajan como auxiliares docentes, también realizan trabajos rurales como tareferos, y también realizan sus cultivos tradicionales maíz, mandioca, batata, poroto, etcétera”, graficó.

Cerca de la colonia, se encuentra la Escuela N°905, que tiene una fuerte vinculación y compromiso con su comunidad, por medio del trabajo destacado que lleva adelante el director del establecimiento.

El proyecto comenzó a idearse en el año 2014 y se hizo posible este año a partir de la aprobación del proyecto de la Secretaría de Políticas Universitarias que destina el financiamiento para la ejecución del mismo. “Este es un proyecto innovador, tanto por el enfoque metodológico como por la propuesta técnica, entonces la idea era desarrollar en primer lugar una experiencia piloto con una comunidad. Comenzamos a investigar con que comunidad podíamos desarrollar la experiencia, cuando un amigo antropólogo que trabaja en el área de Educación Intercultural Bilingüe del Ministerio  de Educación y que tiene conocimiento del panorama general de las comunidades me sugirió contactarme con la comunidad de Chafariz”, relató Abiuso.

Fue así que se encontró con esta comunidad estructurada alrededor de la familia Méndez, una familia guaraní muy emprendedora, abierta a desarrollar propuestas y proyectos, como los que ya vienen realizando desde hace años en conjunto con la escuela.

“A mediados de 2014 tuve una reunión con el director de la escuela y con los integrantes de la comunidad donde pude explicar la propuesta, y los avatares del camino hicieron que recién a principios de este año estemos en condiciones de poner en marcha las actividades y dinámicas de taller organizadas”, relató el coordinador.

 

En el proceso, se fueron conociendo entre todos los integrantes de la familia de Germán, Vicente y Marcos Méndez y el equipo del proyecto. “La verdad es que no surgió más que admiración por la simpleza, belleza, alegría y fortaleza con la que encaran su vida cotidiana, así que estamos muy agradecidos de poder compartir con ellos y a la vez aprendiendo mucho, especialmente de esta alegría cotidiana y ancestral que brota en forma permanente. Nuestro equipo aprende mucho de la familia Méndez”, remarcó el investigador.
Abiuso es Licenciado en Antropología Social de la FHyCS-UNaM, Maestrando en Antropología Social (FHyCS-UNaM), Maestrando en Gestión y Desarrollo de la Vivienda Social (FAU-UNNE), Investigador Inicial de la FHyCS-UNaM y coordinador del Proyecto «Habitat y Vivienda Guaraní» de la UNaM seleccionado en la convocatoria 2015 de Proyectos de Vinculación Tecnológica de la Secretaría de Políticas Universitarias, desempeñándose profesionalmente además en el IPRODHA desde 2004.

Ana María Gorosito es la directora del proyecto de vinculación e innovación tecnológica que llevan adelante y que fue aprobado por la Secretaría de Políticas Universitarias en la categoría de “Capacidades Científicos Tecnológicas Universitarias para el Desarrollo Nacional”.

“Las políticas públicas dirigidas a la población indígena, y en este caso guaraní, se han caracterizado por desconocer las prácticas sociales tradicionales de este pueblo, promoviendo diferentes tipos de actividades que han contribuido a la desorganización interna y a la mayor dependencia de actores externos para hacer frente a las necesidades internas de las comunidades. Las intervenciones externas han generado en muchas ocasiones “nuevas formas del liderazgo” cuya legitimidad no provenía del propio medio social, sino de la agencia indigenista. Como resultado, en todos los casos se introdujeron por esa vía conflictos y crisis de representación y consenso que continúan hasta hoy”, analiza Gorosito.

 

En abril del 2016 se realizó la primera actividad de campo de este año, en la cual parte del equipo visitó la comunidad y tuvo una serie de reuniones con los integrantes de la comunidad para definir la estrategia de avance del proyecto, un plan de actividades general y para preparar la visita del equipo completo que por cuestiones meteorológicas se realizó a principios del mes de junio del 2016. En este último encuentro se desarrollaron varias actividades con el objetivo de definir en conjunto el espacio a construir, el uso destinado al mismo, los materiales y las técnicas a utilizar, así como también su ubicación y la planificación de las siguientes etapas: acopio de materiales, construcción de estructura, taller de capacitación, y evaluación.

 

 

Por Patricia Escobar 

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