La mamá tiene 15 años; la ecografía, hecha en el mismo sanatorio en que parió, muestra a dos criaturas.
La justicia de esta ciudad investiga la denuncia del supuesto de un robo de una beba en una clínica privada de la provincia de Córdoba. En la ecografía que le realizaron el 23 de agosto a Sol, una adolescente de 15 años, aparecen una nena y un varón pero después del parto sólo le entregaron un bebé. La abuela de los niños realizó la denuncia el día después del alta, ya que sostiene que «nunca» le dieron explicaciones.
María Sandra Tula -mamá de Sol- señaló que se enteraron tarde del embarazo de la adolescente; estaba de 37 semanas. La ginecóloga que la atiende les señaló que escuchaba dos latidos y ordenó urgente estudios. El 23 de agosto le hicieron la ecografía en el sanatorio Aconcagua, el mismo lugar donde luego fue el parto.
«Entro con ella, nos muestran las imágenes de una nena y un varón, nos dan las medidas y el peso aproximado», relató a La Nación. Desde entonces -aseguró- tanto el obstetra como las diferentes guardias que las atendieron hablaron de «dos bebés».
El domingo 18 de setiembre por la noche la familia fue a la clínica alrededor de las 23 y en la guardia les indicaron que los «dos bebés» estaban acomodados para parto normal. pero que todavía no era el momento. El lunes Sol tenía turno con el obstetra, que le repitió lo mismo. En su casa, esa tarde, empezó con contracciones, por lo que regresaron al hospital y quedó internada.
«Siempre, siempre, mencionaban a los dos bebés, a sus latidos, en todos los controles», aseguró la mujer. Alrededor de las 20, como la joven lloraba, el obstetra decidió hacer una cesárea. «Me piden la ropa de los dos y en la puerta del quirófano el médico me señala que no podía pasar. No desconfié nunca, me quedé esperando y rezando», dijo la mamá de la adolescente.
A los 25 minutos dos enfermeras la hicieron pasar y le mostraron al varón: «Lo estaban limpiando; pregunté por la nena y me respondieron ‘después va a hablar el doctor con usted'». Tula agregó que a los minutos le entregaron al bebé y la dejaron con Sol en el pasillo.
El obstetra salió y -siempre según el relato de la mujer- les advirtió: «No sé dónde hicieron los estudios, yo saqué uno solo; no había dos». Después de eso se fue. Ella pidió todos los estudios que entregó cuando la internaron a la adolescente y reclamó hablar con alguien.
Dos días después del parto, les avisaron que les iban a dar una explicación. «Estaba el ecógrafo solo que dijo que había sido un error de él, que lo disculpara -continuó-. Le contesté que no podía plantear eso, que yo había estado, que vi la pantalla y que tenía las imágenes».
Consultó en el dispensario de Villa Bustos, el barrio donde viven, si podía haber un error y le explicaron que no por lo avanzado del embarazo. Entonces decidió hacer la denuncia.
El fiscal José Bringas, a cargo de la causa, ordenó una serie de procedimientos como el secuestro del material fílmico de las cámaras de seguridad próximas al quirófano; no hay adentro. Un equipo analiza la placenta para determinar cuántos fetos hubo en el interior.
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