Miles de fieles iniciaron la 42° peregrinación juvenil a Luján

Durante la peregrinación a Luján «me siento pueblo, no conozco al que está a mi lado, pero vamos para el mismo lugar» experiencia que debemos trasladar «a lo cotidiano», dijo en el inicio de la caminata monseñor Juan Carlos Ares, luego de bendecir a los miles de fieles que partieron desde San Cayetano, en Liniers.

 

Peregrinos provenientes de distintos puntos del país se reunieron este mediodía en la iglesia de San Cayetano, en Liniers, para sumarse a 42° Peregrinación Juvenil a Luján, para agradecer el don de la vida o para cumplir una promesa, en una experiencia colectiva de fe.

 

«Camino para agradecer el don de la vida, el tener amistades, pedir por la salud, el trabajo y la familia», comentó a Télam María del Carmen, una profesora de 33 años, que llegó desde Santa Rosa, La Pampa, y participa de la peregrinación por tercera vez.

 

El año pasado ella pidió por la salud de un tío: «Él hoy está bien, gracias a Dios y la Virgen», comentó agradecida y confesó que «generalmente, lo que pido se va dando».

 

 

 

«Cada peregrinación es distinta, el lema de este año es ‘María, danos tu mirada para vivir como hermanos’. La Virgen nos acompaña en todo el camino, que refleja el camino de la vida, para nosotros y para construir nuestra Patria», dijo a Télam monseñor Ares.

 

Ares participa de la peregrinación desde su cuarta edición, en 1978, cuando tenía 14 años; hoy, como obispo de Devoto, fue el encargado de bendecir la imagen peregrina de la Virgen que encabeza la marcha de los 60 kilómetros que separan a la iglesia de San Cayetano, de la Basílica de Nuestra Señora de Luján.

 

El obispo comparó la mirada de la Virgen con la de una madre: «Es una mirada intuitiva, pacificadora, solidaria, compasiva, que protege; es la que tenemos que tener cada uno de nosotros para contemplar al otro como hermano y no como enemigo», afirmó.

 

«En lo personal, durante la peregrinación me siento pueblo, no conozco al que está al lado pero vamos para el mismo lugar», expresó Ares, y llamó a trasladar esa experiencia «a lo cotidiano».

 

 

 

Otro peregrino, Santiago Delfino de La Pampa, comerciante de 44 años, llegó ayer a Buenos Aires con otras 60 personas de su provincia, y pasaron la noche en un convento de Castelar para estar hoy a las 10:30 frente a la parroquia, listos para seguir a la imagen peregrina, que partió puntualmente a las 12.

 

Santiago destacó la «sensación de paz» que queda luego de terminar la peregrinación: «Es algo que no se puede explicar, un tiempo en el que estás en paz total».

 

Virginia, de 41 años, vino de Pasteur, provincia de Buenos Aires con un grupo de 35 mujeres y es la segunda vez que participa, la primera, fue motivada por un promesa, y hoy quiere repetir la experiencia «porque es hermosa».

 

«Es un mundo de gente, de todas la edades, cantando, bailando, rezando, tomando mate, nunca estás sola. Es emocionante ver tanta gente movilizada», expresó y destacó la «buena organización». «Tengo problema en la cadera y la primera vez me atendieron muy bien en los puestos sanitarios para que pudiera seguir», agregó.

 

Zulma y Kelia, dos amigas de Lomas de Zamora, estudiantes de enfermería, marchan por sexta y octava vez consecutiva, siguiendo una tradición que comenzaron con sus padres. Hace un mes empezaron a entrenar con caminatas diarias.

 

«Me motiva la fe, rezás a la Virgen y te da fuerza para seguir aunque tengas los pies hinchados o llueva y estés cansado», expresó Kelia.

 

 

 

Daria Castillo, también de Lomas de Zamora, marcha con sus hijos de 14 y 16 años: «Queremos compartir la experiencia los tres y cumplir la promesa que le hicimos a la Virgen de venir tres años seguidos, este año me ha ido muy bien, me casé, fui papá por tercera vez, se cumplió todo lo que pedí.

 

También había grupos llegados desde Neuquén, Entre Ríos y Santa Fe, entre otras provincias.

 

Con la salida de la imagen peregrina, se escuchaban cantos a la Virgen y palabras de aliento y bendición de los sacerdotes a los caminantes, en un el clima de alegría y entusiasmo en un mediodía de sol con temperatura primaveral.

 

«Que Dios los bendiga y recen por mí a ver si por fin me convierto», bromeaba el Padre Leo, vicario parroquial de San Cayetano, mientras bendecía a los peregrinos.

 

El arzobispo de Buenos Aires celebrará la misa central en la Basílica de Luján mañana a las 7, cuando lleguen los primeros peregrinos.

 

La peregrinación recorre la antigua ruta 5, donde hay instalados 15 puestos de apoyo y 59 puestos sanitarios, dispuestos cada 500 metros y asistidos por «unos 6 mil voluntarios, entre los cuales hay un 20% de colaboradores de la Cruz Roja, otro tanto de voluntarios de las distintas parroquias e incluso hay socorristas», informaron desde la organización.

 

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