El abandono del interior profundo

¡Arréglense como puedan!, es lo que el Ministro de Transporte Dietrich dijo, con solo un poco más de “elegancia”, a un grupo de empresarios y funcionarios de La Mesopotamia, cuando le fueron a reclamar por la reactivación del entonces llamado Ferrocarril Urquiza.
Es lo mismo que significa la burda respuesta del Ministro del Interior, Obras Públicas y Vivienda Rogelio Frigerio, cuando a las quejas por importaciones de manzanas de Chile, expresó que “las que se fabrican en Chile son distintas” ¿manzanas que se producen en fábricas? ¿Y los productores del Alto Valle del Río Negro…que se mueran de hambre?
Es como la hipócrita y soberbia expresión del Ministro de Agricultura Buryaile, quien ante las quejas de los productores de hortalizas y verduras del Conurbano Bonaerense, por su crítica situación por los bajos precios que perciben y por la caída del consumo (mientras los gobiernos nacional y de Buenos Aires se desentienden y miran para otro lado) dijo con arrogancia “vayan a vender a la feria”. Ese Ministro tampoco hace abonar el Fondo Nacional del Tabaco, pese a tener partidas aprobadas en el presupuesto. Ese Fondo es crucial para los sacrificados productores tabacaleros de Misiones y de algunas provincias del NOA. Pero claramente los problemas sociales que esa falencia ocasiona, no les preocupan a los actuales gobernantes.
Como Aranguren, personero británico Ministro de Energía, que esconde datos esenciales de costos, y solo le preocupan –evidentemente- los negocios rápidos y muy rentables para la petrolera a la cual pertenece y otras empresas vinculadas a los gerentes y dueños corporativos que hoy “atienden de los dos lados del mostrador” manejando todos los resortes del actual gobierno ultra neoliberal de Argentina.
Como Patricia Bullrich, Ministra de Seguridad, que vive denunciando fallidos y falsas noticias, que dice ver conspiraciones terroristas en todos lados con datos falsos o directamente delirantes, pero que en cambio demuestra estar muy presta para reprimir duramente toda manifestación popular, por más plenamente justificada que esté y sin importar lo pacíficas que puedan ser. Para eso tiene prestas a las Fuerzas de Seguridad, y pretende sacar a la calle a reprimir a las Fuerzas Armadas (llevándolas lejos de su función de Defensa Nacional). Y claramente, para “calmar conciencias” les aumentó considerablemente los sueldos
(trascendió que se los duplicó, a valores nominales), cosa de poder romper cabezas de manifestantes, sin remordimientos (total son solo “civilachos” dicen algunos fósiles vivientes de la cavernaria era del siniestro “proceso”).
Como el Ministro de Educación Esteban Bullrich, quien en medio de amplias sonrisas y de declamaciones de “esfuerzos y mejoras en la educación”, paró drásticamente las inversiones en nuevas escuelas y remodelaciones de las existentes (1.736 escuelas nuevas en los pasados 12 años-¡ni Perón hizo tantas!), desarticuló de hecho los planes de entregas de Netbooks a los estudiantes, frenó los planes de financiación a jóvenes estudiantes, desarmó el Plan Fines que pretendía alfabetizar y completar estudios básicos a los miles de argentinos que por diversos motivos estaban –y hoy vuelven a estar- excluidos por completo de todo el universo del conocimiento; desfinanció a las Universidades Nacionales existentes concentrando el presupuesto en la UBA –unitarismo expreso- y congeló la creación de nuevas Universidades, etc. ¡Claro que es acorde al pensamiento presidencial, quien se manifestó escandalizado por la creación de “tantas” Universidades Nacionales! “¿Qué es eso de crear Universidades por todos lados?, dijo públicamente Macri”. Seguramente es del pensamiento oligárquico que cierra los claustros universitarios a todos lo que no pertenezcan a los “selectos” y excluyentes grupos de las minorías oligárquicas. ¡Claro, es tan peligroso que la gente piense y razone por su cuenta!
No solo están provocando una desindustrialización forzosa y el quiebre de todos los proyectos estratégicos de investigaciones (como satélites, vectores – cohetes-, armamentos, nuclear, aeronáutico, naval, ferroviario, etc.), sino que están empujando a las provincias a un endeudamiento brutal e irracional, al
desfinanciarlas suprimiendo las retenciones al agro y la minería, los impuestos a la riqueza y a las actividades especulativas-financieras; ¡no! peor aun están buscando hacer inviables a las economías alejadas del núcleo duro de la Pampa Húmeda (la
única región que le importa mucho a las oligarquías campera, financiera, etc.), para reeditar aquel siniestro concepto del impresentable Cavallo y su grupo de filibusteros de las finanzas y agentes activos de la Banca transnacional, cuando creó la perversa idea de “las provincias inviables”, que era el pasaporte “intelectual” que abría el camino hacia la balcanización, lo cual era sin duda el
proyecto y el fin último que perseguían los Banqueros de la Crisis y del Caos.
Las provincias históricamente excluidas, al carecer de medios de transporte económicos (ferrocarriles, transporte fluvial y marítimo de cabotaje), quedan sujetas a la tiranía monopólica de los costosos camiones, y el cerco de logística cara que ahoga a esas economías provinciales, se completa con los servicios esenciales que serán llevados a valores impagables (agua potable y cloacas, gas natural, gas envasado en las áreas excluidas de los gasoductos, petróleo y
derivados, teléfonos y telefonía celular, etc.), mientras se degradan servicios sociales imprescindibles (salud pública, educación, seguridad).
¡Perfecta receta del caos autoinducido por las oligarquías excluyentes! Ya lo vivimos en el cuarto de siglo neoliberal (1976-2001), sobre todo en los años ’90; antes en la década infame (1930-1943); sin olvidar al período del unitarismo mitrista (1862-1916).
Mientras tanto, al son de la desinformación activa de los  mercenarios de la comunicación, grandes sectores de la población siguen clamando hueca e irracionalmente “contra el populismo”, “contra la corrupción” (sin siquiera pensar cuanta información de corrupción muy acentuada les es escamoteada en los noticieros, como “los sobrecitos de Michetti” y su contrabando de alhajas desde Chile, las cuentas en paraísos fiscales del presidente y sus allegados, las vinculaciones de varios de sus ministros con la Banca transnacional que nos ahogó y ahora nos vuelve a ahogar financieramente, las “operetas” del dólar futuro y la timba financiera vuelta a orquestar luego de los desfalcos gigantescos de los años ’90, los aprietes y amenazas a los jueces que no son felpudos dóciles al poder instalado, y el listado sigue.
Y todo principio de dignidad y soberanía nacional es tirado por la borda, lo cual sigue sin ser advertido, por el núcleo duro de los “proceseros – macristas” y otros muy confusos patrioteros de bandera, para los cuales el odio reconcentrado y/o la  desinformación crónica evidencian impedirles razonar con objetividad y el mínimo de coherencia imprescindible para no terminar siendo marionetas de los intereses antinacionales, que su patriotismo declamativo dice enfrentar.
Mientras, con los aplausos de los “progres” fuera de foco, siempre
antinacionales (trotskos, marxistas, anarquistas, etc.), las ONGs británicas siguen inoculando ponzoña antinacional, bajo las falsas coberturas de ultra ecologismo, ultra indigenismo, derechos humanos, y otras carátulas.
¡Patético y preocupante, el cuadro de situación de nuestra querida República Argentina, y de nuestra Patria Grande!

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