Raúl Barboza: “anhelo llegar a Posadas, respirar ese aire, y ver a mis amigos”

El reconocido músico se presentará el 5 de octubre en el Instituto Montoya. En diálogo con Red Ciudadana recordó sus inicios, sus primeras incursiones al exterior y el respeto por el trabajo que realiza su colega el Chango Spasiuk.

 

“Anhelo llegar a Posadas, respirar ese aire, y ver a mis amigos, recordar a los que ya no están y abrazar a los nuevos” dijo sobre su vuelta a Posadas.

Recordó sus inicios y la razón por la cual decidió emigrar al Brasil buscando la libertad de poder hacer su música “a su manera”. “En Brasil grabé allá por el 84 el disco Los caminantes con Bartolomé Palermo. En un momento dije no grabo más en Argentina. Me querían hacer tocar músicas que yo no quería grabar. En cambio en ese país no me impusieron nada. Me dieron libertad. Luego vino Sin Fronteras y luego de eso comencé mi vida de viajar. Previamente en los 70 estuve gira cuatro meses por la Unión Soviética, siempre tocando chamamé y trabajé con Leonor González Mina de Colombia, Mario Gareñas y Los Olimareños”, recordó

En los 80 fueron tres viajes a Japón y confesó que en un principio el público lo veía como algo exótico, un hombre cara de aborigen, “un argentino tocando el acordeón y no el bandoneón, era raro”.

Consultado por cómo se sintió cuando recibió la distinción Orden de Caballero de las Artes, premio que entregaron a otros grandes de la música argentina con Atahualpa Yupanqui, Jairo y Astor Piazzola confesó que “no lo esperaba”. “Era un ciudadano extranjero autorizado a vivir en ese país- Francia – y recibí esa condecoración y me enteré por mi señora porque estaba tocando en un festival de Jazz que se hacía en Toronto”. Dijo que no fue un premio para él, sino para la música de todos, para el chamamé y sobre todo para esos músicos de antaño que tardaban 20 horas en llegar desde Curuzú Cuatiá hasta Buenos Aires. “Fue un premio que compartí y repartí”, agregó.

 

Sobre su relación con el Chango Spasiuk habló de un lazo de respeto mutuo. “Cada uno busca su camino, no puedo dar una opinión puede gustarme o no y no lo voy a decir. Siento respeto por muchas razones, es un correligionario que toca un instrumento, es un joven que de alguna manera se abre camino, toca con diferentes matices”.

Finalmente sobre su inminente regreso a la tierra colorada dijo “no saben con cuanto anhelo estoy esperando subir al avión y poder llegar a respirar Posadas, recordar a mis viejos amigos que ya no están y abrazar a los que están.

Sentí un gran honor que no me lo hacía a mí sino a la música, mi música a tu música a los que les costó más de 20 horas llegar de Curuzú Cuatiá a Buenos Aires. En esa condición, hombre letrado fue a hombrear bolsas. Tanta gente que se sacrificó.

 

Barboza dijo “yo viviendo en Europa, tengo domicilio en Francia, porque allí me lo autorizaron. Básicamente me fui por una cuestión laboral, pero sigo viviendo en Argentina”

 

 

 

 

 

 

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