Cumplirán hoy el sueño de conocer el mar estudiantes que terminan la primaria en escuelas rurales de Arroyo del Medio

Este lunes estarán llegando a Mar del Plata los chicos que este año terminan su escuela primaria en los establecimientos rurales N°245  y N°337 de Arroyo del Medio y Paraje Arroyo Bonito, respectivamente. Con alegría e ilusión, partieron anoche desde la terminal de Leandro N. Alem hacia Buenos Aires donde estarán una semana disfrutando de su viaje tan esperado y que fue posible gracias al trabajo que realiza el equipo de la Fundación Manos Misioneras con docentes y familias de la zona rural.

 

En compañía del director de la Escuela Rural N°337 de Paraje Arroyo Bonito, Rubén Jara, junto a su delegación de doce alumnos y nueve adultos acompañantes; y  la directora de la Escuela Rural N°245 de Arroyo del Medio, Carmen Pellizzer, junto a su delegación integrada por diez alumnos y trece adultos, partieron felices ayer por la noche desde la terminal de Leandro N. Alem con destino a Buenos Aires, en un viaje que hizo posible la Fundación Manos Misioneras.

 

La delegación estará del 26 al 30 de septiembre, realizando paseos por la playa de la costa atlántica de Mar del Plata, para después regresar por Capital Federal donde estarán tres días para conocer diversos museos y puntos de atracción, además de ser recibidos por el equipo de la Fundación y sus padrinos, que colaboran con el proyecto de desarrollo rural desde hace 12 años en la zona de Arroyo del Medio, Colonia Taranco, Cerro Azul y Caa Guazú.

 

La ONG trabaja sobre tres líneas de acción fundamentalmente, en facilitar el acceso a servicios de salud y educación a los pobladores de zonas rurales; desarrollar capacidades identificando a potenciales agentes y promotores de salud y educación y capacitando a miembros de la comunidad en oficios y servicios; y consolidar redes de fortalecimiento de la sociedad civil en torno al cuidado de la salud y la permanencia y terminalidad educativa.

En la actualidad, apadrinan a cuatro escuelas rurales, con 400 chicos dentro de los proyectos de salud y educación que llevan adelante, e indirectamente benefician a 125 grupos familiares, alcanzando con sus acciones a unas dos mil personas.

La Fundación es presidida actualmente por Francisco Vigo, de Buenos Aires, y bajo el concepto de que “una mano hace mucho, muchas manos hacen mucho más” llevan adelante un trabajo solidario en red desde hace varios años en la zona centro de Misiones, monte adentro, donde se involucran diariamente con las necesidades de niños y niñas que viven una realidad difícil, siendo hijos de familias de productores que trabajan y subsisten de lo que les da la tierra colorada.

Cumpliendo un sueño

Desde hace tres años, entre los maestros y los integrantes de la Fundación decidieron estimular a los chicos egresados del 7mo grado de escuelas primarias con un viaje de estudios a la provincia de Buenos Aires para conocer la Capital y también que puedan conocer el mar. “Esta es una de las acciones que impulsa Manos Misioneras con mucho esfuerzo, decidimos premiar de alguna manera a los estudiantes de las escuelas rurales que logran terminar la primaria para estimularlos a que continúen estudiando la secundaria”, sostuvo Vigo, presidente de la Fundación.

“El sueño de todo docente rural, creemos, siempre paso por conocer lugares físicos con sus alumnos, y muchas veces esto de salir del aula es imposible de concretar. En nuestro caso se pudo lograr, pues, en esto se requiere de apoyo financiero por donde lo miremos y aquí debemos destacar la humildad, responsabilidad y seriedad de una Fundación como Manos Misioneras”, expresó la directora de la Escuela N°245, Carmen Pellizzer.

“El saber que soñábamos juntos con nuestros alumnos conocer el mar, en el año 2014, despacito se fue concretando en realidad. Cuando nos tocó informar a los padres de esta posibilidad del viaje, ver a los chicos colaborar junto a los docentes y padres para obtener un fondo económico y saber que la comunidad toda nos estaba apoyando, fue cuando esto tomo forma y fuerza. Esta Fundación, a la que vamos a estar eternamente agradecidos, hizo saber a nuestros alumnos que existen otros lugares donde pueden buscar en el futuro un bienestar mejor, o simplemente que quede en sus retinas y en sus recuerdos lo vivido”,  señaló la docente.

 

Por Patricia Escobar 

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