Confirmaron la prisión preventiva de los dos sospechosos que están arrestados por el doble asesinato mafioso

La Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Menores confirmó la prisión preventiva de los dos sospechosos que permanecen entre rejas por el doble homicidio mafioso que en diciembre del año pasado tuvo como víctimas Sebastián Vega y a su amigo Rodrigo Ibarra en Posadas.
Con los votos de los magistrados José Alberto López y José Jacobo Mass, se rechazó la apelación que había trabado José Luis Rey, abogado defensor de Martín Vedoya, sindicado como el autor intelectual de la matanza.
Además de Vedoya, permanecerá preso hasta el juicio oral Luis Morínigo-Sosa, apuntado como uno de los autores materiales. Otros cuatro sospechosos siguen ligados a la causa, pero están en libertad: se trata de Ricardo Vázquez, Denise Candia y los padres de esta última, Roberto y Silvia.
Precisamente los testimonios de Vázquez y Denise fueron clave para la imputación de Vedoya, porque lo apuntaron como una de las personas que recorrió con los presuntos sicarios los escenarios de la matanza horas antes de que ocurriera el hecho.
Lo mismo para el caso de Morínigo-Sosa, quien fue incriminado por los demás acusados como el socio, cómplice y hasta amigo del otro presunto autor material, quien todavía permanece prófugo, prófugo Néstor Fabián Rojas, con pedido de captura nacional e internacional.
La Cámara de Apelaciones rechazó un pedido de la querella (la familia de Vega) de que detuvieran nuevamente a Vázquez, sindicado como el “entregador” de las víctimas, sobre todo de Vega, a quien le habría ofrecido una transacción de venta de marihuana y luego lo dejó en manos de los asesinos.
Los jueces López y Mass consideraron extemporáneo el pedido de arresto.
Sobre la prisión preventiva, los camaristas indicaron que en el plexo probatorio existen indicios suficientes para atribuirles responsabilidad a Vedoya y a Morínigo-Sosa y que si son liberados pueden entorpecer la investigación.
victimas
Vega e Ibarra fueron acribillados en el interior del auto Chevrolet Agile que la hermana del primero le había prestado para que fuera a una reunión a la que lo había convocado Vázquez. Este le había prometido a Vega ponerle en contacto con una persona interesada en comprarle marihuana, según consta en el expediente. Pero Vega se encontró con una trampa: no se topó con el comprador, sino con dos hombres que habían decidido ejecutarlo, supuestamente porque el muchacho habría alertado a las autoridades acerca de los movimientos delictivos de un cartel del narcotráfico regional.
A Vega también lo habrían acusado de “mejicanear” droga a esa mafia. Ibarra, allegado de Vega, habría estado en el lugar equivocado en el momento equivocado.
Los cuerpos aparecieron el 17 de diciembre en una calle del barrio Tacurú. Acribillados.

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