Diana Quer, de 18 años, es una española hija de una mujer argentina. Por estas horas, es motivo de conmoción en España, ya que está desaparecida desde el 22 de agosto.
«Me estoy acojonando, un gitano me estaba llamando», le escribió a su amiga la madrugada del 22 de agosto, a las 2.40. Su amiga le respondió: «¿Y qué te ha dicho?». A lo que Diana contestó: «Morena ven aquí». Entonces, su amiga fue por la repregunta obvia: «¿Y qué le has dicho?». Ese mensaje nunca llegó y, a las horas, el celular se apagó.
Los testigos que la vieron por última vez afirman que esa noche Diana tomó varias cervezas con amigos y que fumó marihuana con un joven marroquí. A las 2 se fue sola y 40 minutos más tarde comenzó la conversación con su amiga.
Su madre, Diana López Pinel, una platense que se fue a vivir a España a los 12 años con su familia, pasó de reclamar la aparición de su hija a esconderse de los medios de comunicación. Sucede que es foco de investigación por su relato no cierra por ningún lado y presenta varias contradicciones.
En su declaración, contó que había dejado a su hija a las 22.30 en el parque Valle Inclán, donde se desarrollaba una de las celebraciones más tradicionales de Caramiñal: la romería del Carme dos Pincheiros.
López Pinel volvió a declarar durante seis horas. Los investigadores buscan que repase una y otra vez cada minuto y detalle de esa noche para encontrar nuevas pistas. No obstante, también pretenden aclarar las contradicciones en su relato.
Varios vecinos de la familia aseguran que madre e hija mantenían fuertes discusiones en público. Lo que más llama la atención es que dos días antes de la desaparición habían asistido a una guardia médica por una descompensación y ataque de ansiedad producto de una discusión. Esto nunca se lo contó López Pinel al juez. «Los investigadores han tratado de aclarar por qué no reconoció enseguida la mala relación que existía entre ella y sus hijas», comentan los medios.
