Están por todos lados, en las principales avenidas de Posadas, en la esquina de cualquier barrio o incluso en el garaje de tantos domicilios. Compiten por sabor y precios.
Representa un verdadero folklore la venta callejera de pollos los fines de semana. No es difícil encontrarlo y por citar un ejemplo, con solo recorrer un tramo de la avenida Rademacher de Posadas se encuentran ocho puestos al costado del camino. Muy amistosos todos, los vendedores se autodenominan “gente de barrio” y la mayoría de los consumidores que se acercan, son vecinos o transeúntes que se dejan atrapar por el humo y olor inconfundible.
A pesar de ser muy desenvueltos a la hora de la venta, fueron tímidos para la cámara, pero de igual manera, nos dejaron registrar el trabajo que llevan a cabo. Atribuyen el fenómeno a que la gente “no quiere cocinar los domingos”, esa es la veta comercial que aprovechan para explotar el mercado. Todos los puestos venden pollo y algunos ven, de manera positiva que, lentamente está volviendo la carne a la mesa familiar.
Niños de toda la provincia se presentaron en el casting de ShowMatch
