Fueron gestos bastante más sutiles que el que realizó cuando escuchó que había sido condenado a 37 años de prisión por abusar sexualmente de sus hijas y su ex pareja.

En medio del estallido de euforia que se escuchó en la sala, Martínez Poch alzó el dedo mayor y se lo chupó rápidamente, de cara a los familiares y allegados a las mujeres que sufrieron su locura.

Por unanimidad, los magistrados condenaron al acusado a 37 años de cárcel. «Tuve en cuenta la ley de Violencia de género», dijo el juez Ruiz. El Tribunal tenía pensado darle más años, pero legalmente no podíamos», aclaró el magistrado.

Durante los alegatos del juicio, la fiscal María Florencia Budiño pidió que el hombre sea condenado a 40 años de prisión, por considerar que los hechos que se le imputan al disc jockey «se encuentran probados».