Ucranianos residentes en Argentina celebran los 25 años de Independencia de su país

Han iniciado diversas conmemoraciones de los 25 años de Independencia de Ucrania; principalmente en Misiones y Buenos Aires que finalizarán el 18 de Setiembre próximo.

Ucrania es un país muy particular; añejo por sus orígenes cosacos, su cultura, tradiciones y luchas en defensa de su patria y de su opresión hasta religiosa, y paralelamente joven de tan sólo 25 años de independencia. Una independencia obtenida luego de duras negociaciones y que han formado parte de un momento de la historia de la humanidad.

Juan Pablo II, en sus inicios recalcó: “Jamás una nación podrá desarrollarse a costa de otra, a precio de servidumbre del otro, a precio de conquista, de ultraje, explotación y de muerte”.

Un país con duras vivencias como la explosión del cuarto reactor de Chornobyl el 26 de Abril de 1986 a las 1:23 hs., que fueron generando puntos de inflexión en varios aspectos: humano, tecnológico, político y científico.

El mundo festejó la caída del Muro de Berlín la noche del 9 de Noviembre de 1989; un muro de 120 kms., construído hacía 28 años; en dicha fecha, se conmemora el día de la libertad mundial.

El Metropolita Andrey Sheptytsky O.S.B.M. y el Cardenal Josyf Slipyj han sido “claves” en los destinos del País. Sheptytsky pronto será canonizado.

“He visto la emancipación y la consolidación de un estado ucraniano libre como un desarrollo muy importante histórica y geopolíticamente. De hecho, observando el mapa de Europa en el curso de este siglo, creo que uno estaría obligado a concluir que la aparición de Ucrania como un estado verdaderamente independiente es uno de quizás tres cambios más importantes en el perfil geopolítico de Europa”. (Zbigniew Brzezinski, 1992).

“La primera implicaría el colapso de la Alemania imperial y del Imperio austrohúngaro en la estela de la Primera Guerra Mundial que precipitó una transformación masiva del mapa geopolítico de Europa. El segundo cambio importante fue históricamente, por supuesto, la división de Europa en dos partes como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y en ese contexto la supremacía soviética más de la mitad de Europa. El tercer cambio más importante en el mapa de Europa es de hecho la aparición de Ucrania porque significa la repentina aparición en Europa de un estado con más de cincuenta millones de personas cuya existencia termina la existencia del Imperio ruso, y eso es lo que lo hace por lo que histórica y geopolíticamente importante”.

Luego en el 2001, Juan Pablo II en su única visita a Ucrania, dio un recordado mensaje: “Queridos jóvenes, vuestro pueblo está viviendo una transición difícil y compleja del régimen totalitario que lo oprimió tantos años, a una sociedad finalmente libre y democrática. Pero la libertad exige conciencias fuertes, responsables y maduras, la libertad es exigente y en cierto sentido, cuesta más que la esclavitud. No paseis de la esclavitud del régimen comunista a la del consumismo, otra forma de materialismo que, sin rechazar a Dios con palabras, lo niega con hechos, excluyéndolo de la vida”.

Desde los inicios de la guerra de Abril del año 2014, dos sacerdotes Salesianos Ucranios están acompañando a sus compatriotas de las Fuerzas Armadas de Ucrania; Grigorij Shved y Oleh Ladniuk S.D.B..

El papa Francisco en su discurso a la Asamblea General de la ONU (Nueva York, Septiembre de 2015), dijo: “La guerra es la negación de todos los derechos y una dramática agresión al ambiente. Si se quiere un verdadero desarrollo humano integral para todos, se debe continuar incansablemente con la tarea de evitar la guerra entre las naciones y los pueblos. No solo en los casos de persecución religiosa o cultural, sino en cada situación de conflicto, como en Ucrania, en Siria, en Irak, en Libia, en Sudán del Sur y en la región de los Grandes Lagos, hay rostros concretos antes que intereses de parte, por legítimos que sean. En las guerras y conflictos hay seres humanos singulares, hermanos y hermanas nuestros, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, niños y niñas, que lloran, sufren y mueren. Seres humanos que se convierten en material de descarte cuando la actividad consiste solo en enumerar problemas, estrategias y discusiones”.

El presente año 2016, nos ha traído grandes sorpresas posteriormente al 10 de Marzo en que se cumplieron los 70 años de la supresión del estatus legal de la iglesia greco católica ucraniana. Es decir la finalización del falso Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucrania en la ciudad de  Lviv, que anexó la misma al Patriarcado de Moscú y que signó el comienzo del exterminio de sacerdotes, monjas y laicos no solo de la Iglesia Greco-católica Ucrania sino también la Iglesia Ortodoxa, destruyendo templos, transformándolos en museos, depósitos o graneros todo ello para imponer el modelo soviético-comunista, convirtiendo a la Iglesia Greco-Católica Ucrania en una iglesia de Catacumbas.

Una de ellas fue la que hemos vivido en el tercer día de cuaresma con un histórico y polémico encuentro entre  S.S. Kirill, Patriarca de Moscú y toda Rusia, y S.S. el Papa Francisco luego de casi mil años de división. Una Iglesia del Patriarcado de Moscú históricamente no consecuente en acciones de Paz, que ha demostrado tanto por su forzada inserción en Ucrania, su injerencia en la desaparición de la Iglesia Ortodoxa Ucrania, y por bendecir e impulsar  junto a la cúpula gubernamental algunas acciones en el este de Ucrania. Un “encuentro entre hermanos” como así lo definió Francisco, un abrazo entre dos mundos que ha demostrado que con anquilosadas diferencias y discrepancias, es posible vivir en paz; y como nos ha reiterado tantas veces Francisco: “la unidad es superior al conflicto”.

Luego el mismo día patrio de la Argentina, el 25 de mayo pasado, fue liberada Nadiya Savchenko, la piloto de 35 años perteneciente a las Fuerzas Armadas Ucranias quien luego de estar en prisiones rusas por casi dos años, fue intercambiada por dos soldados rusos. Triste situación que reiteró lo vivido en 1979 con Valentin Moroz.

«Veo la meta, no los obstáculos», (Nadiya Savchenko).

Nadie puede ocultar la verdad por siempre, dicha verdad es parte de una indispensable  memoria de los pueblos a fin de no reiterar su historia teniendo muy presente que la patria no son las vacas, los cereales, casas ni industrias; está conformada por nuestros hermanos que al cultivar las tradiciones, integran una gran familia eternamente independiente.

Este Domingo 28, el padre Luis Glinka O.F.M., párroco de la catedral y vicario general de la Eparquía Ucrania ofició una cálida misa por el pueblo de Ucrania y por todos aquellos que han  fallecido en defensa de la independencia, soberanía e integridad territorial de Ucrania. Estuvieron presentes autoridades de la Colectividad y jóvenes de la Asociación  Plast.

“Amor entre nosotros, y amor al prójimo como a nosotros mismos, como dicen las escrituras;  con palabras, gestos, simpatía, eliminaremos las diferencias”. “Ama a dios y haz lo que quieras”,(San Agustín); fueron sus palabras.

Luego en una suelta de palomas, símbolos de pureza, inocencia, bondad, amor y unión,  habló de buscar “una paz que venga de Dios, no de fundamentalistas, ni de políticos, ni de quienes provoquen derramar más sangre de gente inocente; y que Dios conceda la paz a nuestro pueblo Ucraniano”

Tengamos presente Gaudium et Spes,31: “la suerte futura de la humanidad está en manos de aquellos que sean capaces de transmitir a las generaciones venideras razones para vivir y esperar”. 

Colaboración: Gabriel Alsó

 

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