El cabo que tomó de rehén a un jefe policial seguirá en la fuerza, pero será sometido a un tratamiento psicológico

El cabo de Policía que tomó de rehén al jefe de la Unidad Regional V de Puerto Iguazú e hirió de manera accidental con su pistola a otro comisario será sometido a un tratamiento psicológico y no será separado de la fuerza de seguridad, indicaron fuentes de la institución.
El suboficial Mauro Guarda, que prestaba servicios en el Comando Radioeléctrico de Wanda, Esperanza y Libertad, se entrevistó ayer con el jefe de la institución de seguridad, el comisario general Manuel Mártires Céspedes, ante quien expuso los motivos que llevaron a que tomara tan extrema decisión de atrincherarse en la sede de la UR e incluso amenazar con dispararse en la cabeza con su nueve milímetros.
Guarda detalló que atraviesa una situación económica delicada, con tres préstamos que tiene que pagar. Además argumentó que su hijo está internado y que a su mujer la echaron del trabajo.
Por el episodio que protagonizó, le iniciaron un sumario y será tratado. Por el momento, y hasta que se encuentre en condiciones, no seguirá formando parte de la patrulla de calle que integraba.
El cabo primero fue el lunes a la mañana a pedir explicaciones de por qué no habían dado respuesta favorable a su pedido de traslado a Iguazú. Después se desbordó y amenazó a todos los que estaban en el lugar, les exigió que abandonaran el edificio y se atrincheró con el comisario mayor Virgil González como rehén. Minutos después disparó al aire y el proyectil hirió levemente en un pie al comisario inspector Lisandro Daniel Alonso.
Al rato, el segundo jefe de la Regional, el comisario inspector Sergio Inocencio Esquivel, calmó a Guarda e hizo que entregara el arma.
Horas después, el cabo se reunió con el mismísimo jefe de la fuerza. Prometieron ayudarlo.

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