Daniel Durán: El pino dejó de ser un negocio rentable en Misiones

El empresario Daniel Durán analizó el escenario y hacia dónde va el negocio forestal en la Argentina, en el marco de las Jornadas Técnicas Forestales y Ambientales organizadas por la Facultad de Ciencias Forestales de la UNaM, el INTA Montecarlo y el Colegio de Ingenieros Forestales de Misiones (Coiform).

 

Con gráficos estadísticos de fuentes propias y del Colegio de Ingenieros Forestales de Misiones (Coiform), expuso la evolución de costos de insumos en los últimos 10 años y reflexionó sobre el impacto en la rentabilidad del productor y empresario foresto-industrial misionero.

Durán expuso que la tasa interna de retorno de la inversión forestal rondaba el 12 por ciento en el año 2000, mientras que en la actualidad cayó a menos del 6 por ciento. Los insumos de la industria, algunos se duplicaron y otros incrementaron hasta nueve veces sus costos entre 2006-2016. “El gasoil registra un 900% de incremento, el salario del peón forestal un 800%, el machimbre 500%, los rollos aserrables de pino un 250% y el monte en pie de pino 200%”, graficó el empresario.

“En el año 2002 fue la devaluación, ese fue el momento en que se comienza una fuerte exportación de madera aserrada y aparecen nuevas industrias, había rollos maderables disponibles, la demanda era mucha y los precios subieron significativamente. En esa época, la tasa interna de retorno para un inversor rondada el 12%. En la actualidad, una tasa interna de retorno en la actividad forestal estará muy por debajo del 6%, sin considerar la inversión de la tierra”, aseveró el empresario.

Durán se refirió a los números de la realidad del negocio, analizando la evolución del aumento de los costos entre mayo de 2006 a mayo 2016 de los principales insumos. “Tomé los datos desde 2006 porque fue un buen año para todo el sector, tanto para el productor como para las empresas de servicios, la industria de madera aserrada, no había inflación, evidentemente este último es el factor que muestra que hoy la cosa es muy diferente”, precisó.

“Estos porcentaje demuestran lo que aumentaron los costos en estos 10 últimos años. Y la verdad que cuando uno observa este aumento en todos los insumos, con respecto al monte en pie de pino, hace que uno le aconseje a cualquiera que vea otra alternativa al pino, porque hoy no es rentable. Estos números que expongo no son en una serie de un año, esta situación lleva 10 años y cada vez la curva es más espaciada”, remarcó.

Explicó que la diferencia del precio del rollo de pino con el de monte en pie, se debe a que al llevar el rollo al aserradero, el productor debe usar mucho gasoil y mano de obra. “Esto hace que el monte en pie quede más retrasado en precio. Considerando que la inflación anual real estaría superando desde hace varios años el 30%, realmente hace que el pino hoy sea un mal negocio en Misiones”, admitió el empresario.

 

¿Hacia dónde va el negocio forestal?

Durán dio su perspectiva de hacia donde avanzaría el negocio forestal si desde el Estado se generaran las condiciones adecuadas.

En la Argentina hay 1,2 millones de hectáreas forestadas, en un 80% en la región de la Mesopotamia.

“El país viene otorgando un subsidio forestal a través de la operatoria de la Ley 25.080 para promocionar las plantaciones. Esto siempre fue una gran ayuda al productor, pero creo que es momento de redireccionar esta herramienta y utilizarla para plantar en las zonas donde la capacidad industrial ya se encuentre instalada, no buscar nuevas áreas forestales. Si en la actualidad es difícil que las industrias o los inversores se instalen en nuestro país donde ya están las plantaciones (ejemplo, Corrientes), a las autoridades nacionales y provinciales les recomendaría que piensen mejor dónde promocionar las plantaciones forestales. Me parece que debe ser donde están instaladas las industrias”, insistió.

Por otra parte, en relación al sistema de promoción, agregó que “si el negocio forestal fuese bueno, también creo que tendría que subsidiarse solo la primera plantación, después el productor debería tener un buen negocio para avanzar en la segunda plantación solo. Esto aún no sucede en el país. Hoy subsidian a los productores en la primera plantación, por el raleo perdido, por la primera poda, o después en la segunda plantación. Es decir, para volver a forestar nos vuelven a subsidiar. Esto debe cambiar, ya que en definitiva los fondos forestales son de los impuestos que pagamos todos”, analizó Durán.

El desafío estaría en avanzar hacia el agregado de valor, el aprovechamiento de la biomasa forestal para la generación de energía, hacia la incorporación de tecnologías para los subproductos como chip y aserrín para energía por medio de medidas de promoción del Estado sería el camino necesario a seguir, según expuso el empresario. “Considero que parte de los subsidios de planes forestales habría que reorientarlos a la industria forestal para que incorpore nuevas tecnologías para la radicación de plantas de aprovechamiento de energía, fabricación de tableros, o estudiar un poco y ver de cambiar la orientación sólo hacia la producción primaria”, explicó.

Los capitales extranjeros aún no confían en el clima de inversión en la Argentina, la percepción aun no es buena, asegura Durán. “Tendremos que hacer un gran esfuerzo para generar el escenario adecuado para que los propios argentinos realicemos inversiones en la actividad, por lo menos en pequeñas cosas. En lo personal, por medio de la Amayadap hemos presentado en dos oportunidades (al anterior gobierno y al actual) proyectos sobre bioenergía y plantas de biomasa, pero nunca nada llegó a buen puerto. Posiblemente ahora será factible hacer algo, por lo que se escucha que ha cambiado el escenario y por todo lo que se está diciendo sobre el tema energético”, dijo.

De todas maneras, consideró que en la provincia será muy difícil que se instalen nuevas industrias con la política tributaria que aplica. “Hace unos días llegó a la provincia un inversor para estudiar la factibilidad de instalar una planta de biomasa en la provincia, pero cuando hizo todos los estudios de lo que tenia que pagar de impuestos decidió irse a Corrientes. Esto debería ser un alerta para la provincia, esto que sucede es la realidad, la provincia de Misiones cobra por Ingresos Brutos a las exportaciones  un 3,5%, una locura”, cuestionó el empresario eldoradense.

“Para exportar madera aserradas, por ejemplo, al productor para que hoy se le reintegre el IVA debe hacer unos trámites que duran como 6 meses, lo que termina siendo un costo. El reintegro a las exportaciones es de un 5 a 6%, cuando deberían considerar que si un industrial hace un producto con mucho valor agregado y ocupa mucha mano de obra, habría que otorgarle por lo menos un reintegro de un 10%. Esto sería un buen incentivo que no le cuesta tanto a la Provincia, y es un paliativo que ayudaría que dar un respiro al industrial. La provincia no recauda de Ingresos Brutos de  exportaciones más de 20 mil dólares por mes. Nada. Y los aserraderos están parando. Por eso, es necesario que, por lo menos por un tiempo, suspendan este impuesto. El sector necesita un margen de reactivación, los aserraderos están mal, pero si se reactivan generan empleo y reactivan la economía. Por favor, saquen los IB a las exportaciones”, exclamó finalmente Durán.

 

Cultura forestal

De profesión Ingeniero Forestal, Durán es socio fundador de la firma Selva SRL, empresa de servicio de Eldorado que se dedica a la elaboración, venta y distribución de rollizos de pino, eucalipto y araucarias con destino a aserrío, laminado, celulósicas, en una cantidad aproximada de 84 mil toneladas anuales de plantaciones propias, administradas y de terceros.

 

Es productor forestal, realiza podas, raleos y cosecha final. Es director operativo y responsable técnico de la firma Conifor SA y de DKM SA. Fue presidente de Amayadap, es actualmente miembro paritario por el sector forestal ante UATRE en el NEA, presidente del Consorcio Forestal Alto Paraná y miembro de la AGEDEL (Agencia de Desarrollo Económico de Eldorado), entre otros antecedentes laborales y profesionales.

 

Pero además es heredero de una cultura forestal familiar. Pertenece a la segunda generación, su padre fue Deogracias Durán, que vino a Misiones y comenzó a plantar araucaria y pino hace muchos años. Daniel desde muy pequeño inició el trabajo de campo en el sector y pasó por todas las actividades de la cadena productiva. Se recibió de ingeniero forestal, pasando desde el trabajo de semilla, vivero, plantación, poda y raleo, cosecha final, transporte de la industria, y en algún momento incursionó con la exportación de madera a Estados Unidos.

 

Por Patricia Escobar

 

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