Caso Lucía Maidana: la Corte Suprema decidirá si Nicolás Sotelo debe ser sobreseído o no

La Corte Suprema de Justicia de la Nación, con su composición de cinco integrantes, tratará una cuestión formal vinculada a un caso conocido en la provincia: la causa por el asesinato de la estudiante universitaria Lucía Maidana (23), ocurrida en 2013.
Fuentes judiciales precisaron que la máxima instancia de la Justicia nacional analizará un recurso de queja trabado por la defensa de Nicolás Sotelo, el único imputado que tiene el expediente, quien argumentó que los plazos de la instrucción para su caso se encuentran agotados y que le corresponde el sobreseimiento, algo que ya le rechazaron en la justicia de primera instancia de Posadas en dos ocasiones.
Los informantes explicaron que lo que la Corte resolverá cuál es el Código de Procedimientos más benigno aplicable al imputado. Pasa que en medio del trámite de la causa se modificó en la provincia el Código Procesal Penal y quienes asisten a Sotelo entienden que según lo que establece el CPP reformado ya debería estar sobreseído.
Otro recurso pendiente está en la Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Menores, que deberá expedirse acerca del segundo rechazo de sobreseimiento del acusado. De acuerdo con lo que explicó el abogado Alejandro Jabornicky, los camaristas analizarán la cuestión de fondo, en cuanto a qué pruebas hay para que Sotelo siga sujeto a proceso. La decisión de los jueces de alzada se conocerá en unas semanas.
Lucía, que era oriunda de Capioví y tenía 23 años, fue encontrada sin vida alrededor de las 21.45 del 6 de abril de 2013, luego de que los vecinos se percataran de había un incendio en el departamento dos que alquilaba la chica sobre la calle Estado de Israel 3495, en el barrio Villa Urquiza de Posadas.
Horas después la autopsia determinó que la chica había sido asesinada a golpes. La castigaron duramente en el cráneo con un martillo u objeto similar.
El único que comprometió a Sotelo es otro universitario que declaró haber visto cómo el sospechoso arrojaba un juego de llaves sobre el techo de una guardería ubicada muy cerca de la Facultad de Humanidades, sobre calle Tucumán. Tiempo después hallaron esas llaves y se comprobó que eran de la pieza que alquilaba la víctima.

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