Recoleta: clausuran un bar donde obligaban a sus empleadas a prostituirse

Se llama Stavros.  Sus dueños fueron imputados por explotación sexual de mujeres.

Un bar de Recoleta fue clausurado porque sus dueños obligaban a sus empleadas a prostituirse. En el local, llamado Stavros, trabajaban entre cuatro y seis jóvenes.

En marzo, la madre de una víctima denunció que el dueño le sugirió a su hija –que era empleada del lugar– que ofreciera servicios sexuales a los clientes. La joven que aportó su testimonio está separada y tiene un hijo. Con conocimiento de sus necesidades económicas, el dueño del local le dijo: «¿Querés ganar 5.000 pesos por mes o 5.000 pesos por día?». Esa fue su manera de atraparla para que tuviera sexo con los clientes. El expediente detalla que las relaciones se concretaban en albergues transitorios de la zona.

El local está ubicado en Vicente López 2229, a tres cuadras del Ministerio de Seguridad de la Nación. En los últimos 10 años fue cambiando de nombres: antes se llamó Huellas y Malaka. Este bar ya había denunciado en 2012 junto con un conjunto de «narcoprostíbulos» que estaban disfrazados como bares. Por ejemplo, en los últimos tiempos Stavros ofrecía desayunos, para aparentar ser un bar «clase C».

La pareja que lo regenteaba fue procesada, imputada por explotación sexual de mujeres, y sus bienes fueron embargados por 500.000 pesos. Son Gabriel Nicolás Athanassopoulos, conocido como «El Griego», y su esposa, Betiana Alles.

«Estos narcoprostíbulos tienen connivencia policial y por parte de las agencias gubernamentales de control», dijo Gustavo Vera, legislador porteño de Bien Común y presidente de la fundación La Alameda, en diálogo con El Trece. «Están encubriendo un conjunto de narcoprostíbulos donde se sabe que, además de trata, hay venta de estupefacientes», agregó. «Es una cadena de complicidades», continuó.

Respecto a la pena actual para este delito, Vera sostuvo que la trata de personas supera los ocho años y se agrava si hay menores. También se agrava si hay utilización de estupefacientes.

Durante 2015, la Agencia Gubernamental de Control (AGC) clausuró –por distintos motivos– 74 locales nocturnos en la Ciudad de Buenos Aires. Recoleta fue el barrio donde más locales ofrecían sexo en forma clandestina. Allí hubo 25 clausuras y 18 revocaciones de habilitaciones.

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