El exsecretario de Obras Públicas, José López, fue expulsado de la asamblea plenaria del Parlasur«por graves actos de falta de decoro» en una sesión que se desarrollaba esta tarde en la ciudad de Montevideo y en la que no se aceptó la renuncia del diputado.
Hoy, en el nuevo encuentro del cuerpo que tuvo lugar en Montevideo, aprobó la expulsión luego de que el 29 de julio último el detenido en el penal de Ezeiza presentó su renuncia a través de un escrito.
Ayer, José López declaró ante la Justicia que los millones de dólares que se encontraban en los bolsos con los que fue detenido en un convento en General Rodríguez «pertenecían a la política».
«Ese dinero no me pertenecía, ese dinero pertenecía a la política. Y yo, cuando tenga la fortaleza física, psicológica y espiritual necesaria, voy a dar todos los detalles con relación a ese dinero, y sobre este tema no voy a contestar en este momento ninguna otra pregunta», señaló López ante el juez federal Daniel Rafecas, que lo investiga por enriquecimiento ilícito.
En el despacho del magistrado, el exfuncionario sostuvo que los bolsos con dinero se encontraban originalmente «tapados, como en un falso piso», en un lugar «inaccesible, que nadie sabía» en su habitación en la casa de Dique Luján, al que accedía con una escalera, atravesando una ventana hacia donde está el tanque de agua.
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En la ampliación de su indagatoria, López relató lo sucedido aquella noche del 14 de junio y los días previos a su detención: sostuvo que tuvo algún «brote psicótico» con «delirios persecutorios», que lo llevaron a escapar hacia el convento para dejar el dinero.
«Cuando veo las imágenes del convento, digo que no reconozco a esa persona, si bien era yo, ya que en ese momento estaba fuera de sí. Me dicen que fue psicosis, brote psicótico, paranoia, delirio persecutorio, no lo sé, lo que sí sé es que con mi profunda fe religiosa, por el profundo respeto que siento por Madre Alba, realmente no puedo entender lo que pasó», señaló.
En su descargo, el exfuncionario sostuvo además que «más que profugarse, iba al encuentro para entregarse», ya que no llevaba consigo pasaporte, ni ningún efecto personal, e insistió en que ni su esposa ni las monjas sabían del contenido de los bolsos.
«Las hermanas no tenían ningún conocimiento del contenido de los bolsos, yo nunca se los informé. Mi señora tampoco sabía qué había hecho esa noche porque yo no atendí en ningún momento el teléfono. Desde ya que ella no tenía ninguna idea de la existencia de los bolsos con dinero en el lugar inaccesible y oculto que yo tenía en la casa», sostuvo.
López señaló además que su trayecto en auto aquella madrugada tenía «la sensación de ir en un sueño, en una nube» y que cuando salió de su casa «no tenía rumbo ni destino fijo», pero que «veía cada 200 metros un patrullero y algún auto que se acercaba despacio y luego salía picando» con el supuesto objetivo de «alterarlo».
«Yo iba como perdido, no veía los letreros de la autopista», sostuvo López, aunque aclaró que no había tomado ni alcohol ni drogas y que llevaba el arma para «defenderse» de lo que «esperaba enfrentar», sin saber «qué o quiénes serían».
López sostuvo que una vez en el convento tocó varias veces timbre y, como no atendía nadie, arrojó los bolsos y la carabina del otro lado del portón y saltó, pero confirmó que previo a ello un supuesto vecino -que daría luego aviso al 911- lo llamó y el respondió: «Ya vuelvo».
«No sé si era vecino, servicios de inteligencia. Estaba justo frente al portón de entrada, del otro lado de la calle. Cuando llego a la puerta de la vivienda, veo por la calle de enfrente una camioneta tipo Ranger con caja descubierta con cuatro o seis personas, una de ellas como haciendo el gesto de que estaba filmando y una de ellas dijo «¡ahí está, ahí está!», apuntó.
Respecto a su encuentro con la Madre Alba, López dijo que no recuerda haberle hablado, pero «sí haberla escuchado» y señaló además que había visitado el convento «siete u ocho veces en los doce años» que estuvo en Buenos Aires.
Hoy definen si expulsan a José López del Parlasur
