Un hombre que ya había apuñalado a varios miembros de su propia familia asesinó a su sobrino de 18 años

El cuarteto sonaba en las casas de verano de El Timbó y Las Mesadas el domingo al mediodía. También en los autos ubicados cerca del puente del río Loro, mientras se perdía el humo de las parrillas y comenzaba a olerse la carne asada. Sin embargo, a unos 150 metros de este último lugar, en una serie de casas humildes, había un grupo de personas en silencio. No tenían nada para festejar. Eran muchas personas -entre 25 y 30- pero faltaban dos: una estaba muerta, y la otra tras las rejas por esa muerte.

El lamentable hecho sucedió durante la madrugada en la localidad de Las Mesadas, El Timbó, departamento Burruyacú. 

Julio César Galván, un joven cosechero de limón de 18 años, salió el domingo a la madrugada del terreno de su familia. Encaró hacia el canal seco que tienen frente a su casa, a unos dos metros, y bajó con la idea de cruzar al otro lado. Cuando estaba abajo, recibió una puñalada en el estómago. Con desesperación, subió hacia el otro lado y se sentó mientras se quejaba de dolor.

. En un momento, quizás por el pánico que le provocó la situación, se levantó y caminó algunos pasos, pero volvió a caer. Las manchas de sangre quedaron en los dos lugares en los que se detuvo. Finalmente una ambulancia -tardó una hora, según la familia- se lo llevó de ahí hasta el hospital Avellaneda. Llegó sin vida. Cuando arribó la Policía, todos apuntaron a Luis Daniel “El Burra” Galván como el autor del homicidio. El joven de 22 años, tío de su víctima, quedó aprehendido.

El peor despertar

“Estábamos durmiendo. Cerca de las dos me vinieron a hablar para decirme que mi hermano había apuñalado a mi hijo. Salimos corriendo y lo vimos tirado en la calle”, contó el padre de la víctima, quien también se llama Julio César Galván, como el chico fallecido.

En ese momento no hubo tiempo para reprocharle nada a su hermano. Sólo atinó a salir corriendo hasta donde estaba su hijo y luego hasta el CAPS de la zona. Según contó el padre del joven fallecido, allí tuvieron una fuerte discusión con la gente que los recibió. “Nos dijeron que no podían entrar a ese lugar sin la Policía. No sé si lo decían por miedo o qué, pero esta zona depende de la comisaría de El Timbó, que está a 10 kilómetros por un camino de tierra y sin luces. Es insólito, porque la dependencia de El Cadillal está mucho más cerca. La ambulancia tardó como una hora en llegar. Yo estoy seguro de que, si lo atendían antes, lo iban a poder salvar”, opinó con impotencia.

“Necesitamos más seguridad, más luz en la calle, que mejore el dispensario. Nadie se acercó a la familia a preguntarle si necesitaba algo”, aportó con mucha angustia Gustavo Gordillo. Era padrino del muchacho apuñalado.

Problemas familiares

Galván, el padre, tiene 13 hermanos. Uno de ellos es “El Burra”. Según contó, éste último tiene muchos problemas con la droga. “Creo que por eso lo mató”, sostuvo. Lo insólito de esta situación es que el joven fallecido sería la tercera persona a la que apuñala dentro de su familia. “No sólo me mató a uno de mis hijos. También apuñaló a otro de 16 años en 2015. Le dejó un problema grave en la mano, le cortó un tendón. Y también había apuñalado a uno de sus primos”, contó el padre del chico fallecido.

Pero, ¿cómo podían vivir todos en casas ubicadas a metros entre sí, en un pequeño terreno? Al parecer, con mucha tensión. “No hablamos desde noviembre. Ellos quieren que yo me vaya de mi casa, pero no lo voy a hacer porque la hice con mucho sacrificio”, explicó Galván. No se descarta que esta polémica haya sido un desencadenante del homicidio. La investigación quedó en manos de la división Homicidios, a cargo del comisario Hugo Cabezas, y de la fiscalía de Instrucción de la IX Nominación, bajo las ordenes de Washington Navarro Dávila.

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