Pronto estarán acompañados por otro casal de felinos con los que biólogos especializados buscan ordenar el ecosistema en la extensa y diversa área protegida en las que los animales podrán en el futuro cazar.
Es que los yaguaratés, al igual que los pumas, constituyen los llamados «predadores tope» o lo que comúnmente se dice «están al tope de la cadena alimenticia» y que como tales ordenan el ecosistema en el que se encuentran.
«No sólo se alimentan de piezas más grandes sino que además desplazan y corren a los zorros, a los gatos más chicos, son los que generan lo que nosotros llamamos ‘cascadas tróficas’ que de arriba hacia abajo van ordenando el ecosistema para generar más espacio y mayor biodiversidad», explicó Heinonen.
Así, la salud de la población animal se mantiene porque se comen a los más débiles de ejemplares grandes o medianos de otras especies.
«Lo contrario es que vivan hasta morir de viejos o enfermos con posibilidades de contagiar a otros. Si no tenemos a los grandes carnívoros toda la diversidad de un ecosistema se enferma, hay epidemias y eso ocurre cuando no tenés los pumas o el yaguareté», indicó Heinonen.