Los aplausos llegaron más del lado de los hinchas del Colectivero más allá de que alguno de La Franja hizo lo propio. Lo cierto es que Pablo Ostrowski no pasó desapercibido por usar la 9 de Crucero. Al término del encuentro, que su equipo ganó en los penales, dijo que “todos los clásicos son poco vistosos, por eso llegaron los penales y ahí le puede tocar a cualquiera”.
A esto añadió: “Me sentí raro, fueron sensaciones encontradas porque yo nací acá pero lo importante es que volví a jugar al fútbol. Lo de la gente es normal, putean a cualquier jugador en el fútbol así que no me cambia en nada”.
El delantero surgió de la inferiores de Guaraní Antonio Franco y como otros tantos, hoy está en a vereda del frente. A fines del 2015 se fue de La Franja con destino en Bielorrusia, pero no prosperó su incursión en el fútbol europeo y a su regreso el mercado de pases estaba cerrado y la competencia del Federal A en plena competencia. La vuelta al club de sus amores no pudo ser.
Lo que sí se dio fue la llegada a Crucero, unos cuantos meses después y casi en silencio. Como trata de mantenerse Ostrowski, casi sin hablar, dando pocas notas pero ayer, más allá de no escaparle a los micrófonos, tampoco dijo mucho ni se hizo problema por los insultos de la tribuna franjeada. ¿Sí le dolieron?, por supuesto, a quien no. Pero como todo profesional ya los deja atrás. El segundo capítulo de esta historia puede darse el domingo venidero en Santa Inés- ¿Gritará el gol si llega a marcar uno?
MAG
EP
Fotos: Julieta Padula
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