Otra joven de Garuhapé afirma haber perdido su embarazo por la negligencia de los médicos del Samic de Eldorado

Adriana Schüpul contó que en febrero de este año fue a dar a luz a su hijo al Samic de Eldorado tras una derivación de su obstetra de Puerto Rico y que en el lugar dejaron que su bebé muera al negarle la cesárea.

La mujer de 19 años contó que en su momento no realizó la denuncia correspondiente por estar doblegada por el dolor. «Cuando me enteré lo que le pasó a esa chica que falleció con su bebé me animé a salir a contar lo que me pasó a mí», dijo conmovida.

La mujer contó que era su primer embarazo y que se atendía en el Hospital de Puerto Rico. Allí su obstetra le aconsejó que fuera a dar a luz a Eldorado ya que en esa institución pública desde hace meses no contaban con anestesistas. «Según la ecografía el bebé pesaba 3,900 kilogramos y yo que soy de contextura física pequeña no podía tenerlo en parto normal», aseveró.

Así, según contó la mujer con la derivación en mano y por sus propios medios llegó el viernes 12 de febrero al hospital de la Capital del Trabajo. Una vez allí fue ingresada y controlada por el personal de la institución, quienes le manifestaron que la dejarían controlada con la noticia de que el bebé nacería recién el lunes. Así pasó ese día y el sábado, en un control, notó algo raro. Un médico que la revisaba llamó a una colega para que constatara algo. «En ese momento no me dijeron nada y yo me asusté y comencé a llorar. Ahí le llamé a mi mamá y mi marido que vengan porque algo pasaba», dijo.

 

Así quedó con dudas pero con la certeza de que su hijo aún se movía en su vientre. El domingo amaneció y volvieron los controles de rutina pero la mujer indicó que no presentaba ningún dolor.

«Me controlaron ese domingo 14 de febrero a la tardecita y luego pedí para bañarme. Me dijeron que me acueste de costado pero sin decirme más porque no me respondían», contó Adriana.

 

Entrada la noche pidió permiso para ducharse en uno de los baños contiguos a la sala donde estaba con las demás embarazadas y al salir una enfermera le dijo que le iban a colocar suero porque tenía bajo el azúcar. «Siempre me hice los controles durante el embarazo y estaba todo bien. Me pareció raro pero accedí. Luego de eso dormí y tipo una me despierto toda mojada. Le llamo a la enfermera para que me ayude y me cambie la sábana y ella me dijo que estaba así porque me había tapado con frazada. Es que si bien hacía calor en el lugar había aire acondicionado y yo tenía frío. Pasó eso y después volví a despertarme a las dos en iguales condiciones pero esta vez ya no sentía al bebé. Le llamé a la enfermera y me decía que estaba bien que era porque me tapaba», dijo.

 

Adriana ya no volvió a conciliar el sueño porque temía lo peor. Así cerca de las 3 de la mañana vino un enfermero a controlar pero solo lo hizo con una paciente y no volvió más hasta las 6 que es el cambio de guardia. Allí la peor noticia se confirmó, tras hacerle unos estudios le informaron que su bebé había muerto.

Ahí todo fue dolor pero la pesadilla no había terminado. Le dijeron a ella y su marido que querían que tenga al bebe muerto por parto natural, cosa a la que se negaron. «Mi mamá y mi marido armaron un escándalo porque el bebé ya estaba muerto y yo me podía morir también», dijo y contó que finalmente le hicieron una cesárea.

Lo que siguió después fue insistir para que le entregue su historia clínica y la de su bebito. «Nosotros queríamos que le hagan la autopsia para saber de que murió pero en los papeles había muchas contradicciones. Cuando salí de Puerto Rico yo sabía que estaba de 42 semanas y el bebé pesaba 3,900 kilogramos. Allá primero me dijeron que era un bebé de 41 semanas, de 3,200 kilogramos y después finalmente en el papel dice que era de 32 semanas. Nosotros volvimos a Garuhapé y ahí me atendí en una clínica porque no quería saber nada del hospital y el médico me aconsejó que traiga urgente a mi bebé porque la autopsia sino sería todo a favor de ellos», explicó.

Así sin perder tiempo retiraron a su bebito muerto del Samic de Eldorado el 18 de febrero para darle sepultura en su pueblo.

 

«Nosotros lo vimos y le sacamos foto. Le pusimos de nombre Ian Esequiel López Schüpul. Ahí vimos que tenía raspado la cabecita pero bueno, en ese momento fue todo», dijo conmovida la mujer.

 

Consultada sobre el porqué esperó tanto tiempo para contar su experiencia dijo simplemente que al conocer el caso de Ana Semczuk y su bebé, tomó la decisión de hablar para que ninguna otra mujer pase por lo mismo. «A nosotros en ese momento nos tapó el dolor pero hoy quiero hablar y acompañar al marido de esa señora para que esto no vuelva a pasar».

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