Maria Clara Patiño Garcete es una posadeña que antes de participar de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Cracovia, Polonia nos cuenta como vivió la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Rio. La nueva JMJ se realizará del 26 al 31 de julio y esta joven nos recuerda como vivió plenamente la J.M.J. de Rio. Ella es una de las Posadeñas que junto a su hermana Larissa y el Padre Pablo Ptak integran el grupo de la parroquia Cristo Rey en viaje a Cracovia.
Luego de participar en la Jornada Mundial de la Juventud Río un grupo de Misioneros ya viajó a Europa, para participar de las JMJ 2016 que se realizarán en Cracovia, Polonia. Maria Clara Patiño Garcete es una posadeña y recordó como vivió el pasado encuentro de cara a esta nueva experiencia que vivirá en el viejo mundo.
Maria Clara Patiño Garcete quien ha vivido plenamente la J.M.J. de Rio, es una de las Posadeñas que junto a su hermana Larissa y el Padre Pablo Ptak integran el grupo de la parroquia Cristo Rey en viaje a Cracovia. “En Rio, como una simple espectadora más en esa global comunidad, viví emocionantes experiencias que levantan el espíritu y aumentan la fe. Miles de recuerdos al poder compartir la fe con personas de todo el mundo, sentir como que no hay fronteras y que somos todos uno cantando la misma canción en distintos idiomas al mismo tiempo”, explica.
“Hagan lío, vayan sin miedo, para servir y no se dejen robar la esperanza” fue quizás la frase más reconocida de Francisco en el año 2013. “Vayan, sin miedo, para servir” y “experimentarán que quien evangeliza es evangelizado y quien transmite la alegría de la fe recibe más alegría”, son frases de la colección que el papa Francisco dejó en nuestros corazones luego de la J.M.J. de Rio.
Al dirigirse a los jóvenes, les habló también a sus familias, sus comunidades eclesiales y nacionales de origen, a las sociedades en las que viven, a los hombres y mujeres de los que depende en gran medida el futuro de estas nuevas generaciones:“Por ustedes entra el futuro en el mundo, a ustedes les pido que también sean protagonistas de este cambio. Sigan superando la apatía y ofreciendo una respuesta cristiana a las inquietudes sociales y políticas que se van planteando en diversas partes del mundo. Les pido que sean constructores del futuro, que se metan en el trabajo por un mundo mejor. Queridos jóvenes, por favor, no balconeen la vida, métanse en ella”, Hagan Lío.
“Quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en nosotros mismos. Las parroquias, los colegios, las instituciones son para salir; si no salen se convierten en una ONG, y la Iglesia no puede ser una ONG. Que me perdonen los Obispos y los curas, si algunos después le arman lío a ustedes, pero.. Es el consejo. Y gracias por lo que puedan hacer”.
Muchos se quedan en las anécdotas, pero lo relevante hoy es que el Papa Francisco nos transmite un mensaje de esperanza y dignidad del hombre frente a la indiferencia de la “cultura del descarte”. Luego de la Jornada de Rio 2013, y la presentación hace poco más de un año de la Encíclica Laudato Si, didácticamente nos alerta sobre añejos vicios y costumbres de la humanidad toda, nos dice que la política, a través de cada decisión, debería servir a la persona humana y no ser esclava de la economía y de las finanzas, remarcando que cuando el bien común es forzado para estar al servicio del lucro y la ganancia de capital como único objetivo, la exclusión de amplios sectores será ineludible.
Maria Clara Patiño Garcete quien ha vivido plenamente la J.M.J. de Rio, es una de las Posadeñas que junto a su hermana Larissa y el Padre Pablo Ptak integran el grupo de la parroquia Cristo Rey en viaje a Cracovia. “En Rio, como una simple espectadora más en esa global comunidad, viví emocionantes experiencias que levantan el espíritu y aumentan la fe. Miles de recuerdos al poder compartir la fe con personas de todo el mundo, sentir como que no hay fronteras y que somos todos uno cantando la misma canción en distintos idiomas al mismo tiempo”, explica.
Jesús con sus discípulos, no los mantuvo pegados a él como la gallina con los pollitos, los envió. Somos enviados, Cristo es el que envía; nos envía a nosotros los bautizados a anunciar el evangelio, cada uno en su ambiente, rol y vocación.
Ningún esfuerzo de pacificación será duradero, ni habrá armonía y felicidad para una sociedad que ignora, que margina y abandona en la periferia una parte de sí misma. Una sociedad así, simplemente se empobrece a sí misma; no dejemos entrar en nuestro corazón la cultura del descarte y podremos construir una nueva humanidad en la concordia y en la solidaridad.
Francisco en sus varias alocuciones aconsejó ser discípulos Samaritanos de una Iglesia Samaritana, con manos para servir, rodillas para rezar, ojos para ver las necesidades, oídos para escuchar la palabra de Dios, más un corazón grande para amar y paciencia para escuchar. Así, con pies ágiles que recorran las periferias de nuestras ciudades, manos para servir y un corazón grande para amar, podremos salir, ponernos en marcha y ser callejeros de la fe, ser servidores de la comunión y de la cultura del encuentro.
En el Evangelio leemos la parábola del Buen Samaritano, que habla de un hombre asaltado, medio muerto y que la gente pasa, mira y no se detiene, continuando indiferente en su camino. No se dejen robar la esperanza nos dijo Francisco. “Sólo un samaritano, un desconocido, ve, se detiene, lo levanta, le tiende la mano y lo cura” (cf. Lc 10, 29-35).
“El discípulo sabe que sin Cristo no hay luz, no hay esperanza, no hay amor, no hay futuro” (Benedicto XVI, discurso Inaugural de la V Conferencia general del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Aparecida, 2007).
“El Obispo debe conducir, que no es lo mismo que mandonear; han de ser Pastores, cercanos a la gente, padres y hermanos, con mucha mansedumbre; pacientes y misericordiosos. Hombres que amen la pobreza, sea la pobreza interior como libertad ante el Señor, sea la pobreza exterior como simplicidad y austeridad de vida. Hombres que no tengan “psicología de príncipes”. Hombres que no sean ambiciosos” (Francisco).
Como dicen las escrituras, es necesario dar pan a quien tiene hambre; es un acto de justicia. “Pero hay también un hambre más profunda, el hambre de una felicidad que sólo Dios puede saciar. Hambre de dignidad. No hay una verdadera promoción del bien común, ni un verdadero desarrollo del hombre, cuando se ignoran los pilares fundamentales que sostienen una nación, sus bienes inmateriales: la vida, que es un don de Dios, un valor que siempre se ha de tutelar y promover; la familia, fundamento de la convivencia y remedio contra la desintegración social; la educación integral, que no se reduce a una simple transmisión de información con el objetivo de producir ganancias; la salud, que debe buscar el bienestar integral de la persona, incluyendo la dimensión espiritual, esencial para el equilibrio humano y una sana convivencia; la seguridad, en la convicción de que la violencia sólo se puede vencer partiendo del cambio del corazón humano”, (Francisco).
Jóvenes, ancianos, familia y mujer, entre todos lo podremos lograr.
“Los jóvenes y los ancianos; ambos son la esperanza de un pueblo: los jóvenes, tienen que salir, tienen que hacerse valer; salir a luchar por los valores porque llevan la fuerza, la ilusión, la esperanza del futuro y los ancianos, abran la boca y enséñennos; transmítannos la sabiduría de los pueblos porque son la memoria y la sabiduría de un pueblo”.
La familia, es el pilar fundamental de la vida social, y la mujer su columna vertebral. La mujer, quien tiene un papel fundamental desde los inicios de los tiempos, es la transmisora de la fe y constituye esa fuerza cotidiana que lleva adelante la sociedad y la renueva; un género que por su rol es acechado y menoscabado cotidianamente con toda índole de violencia.
Francisco les habló a los voluntarios de la Jornada Mundial de la Juventud: “El servicio que han prestado en estos días me ha recordado la misión de San Juan Bautista, que preparó el camino a Jesús. Cada uno de ustedes, a su manera, ha sido un medio que ha facilitado a miles jóvenes tener preparado el camino para encontrar a Jesús. Y éste es el servicio más bonito que podemos realizar como discípulos misioneros”. “Sean siempre generosos con Dios y con los otros. No se pierde nada, y en cambio, es grande la riqueza de vida que se recibe”.
Y nos dejó “tarea para el hogar”: “Mira, lee las bienaventuranzas que te van a venir bien. Y si querés saber qué cosa práctica tenés que hacer, lee Mateo 25, que es el protocolo con el cual nos van a juzgar. Con esas dos cosas tienen el programa de acción: Las bienaventuranzas y Mateo 25. No necesitan leer otra cosa”.
“Jóvenes, queridos jóvenes, ustedes tienen una especial sensibilidad ante la injusticia, pero a menudo se sienten defraudados por los casos de corrupción, por las personas que, en lugar de buscar el bien común, persiguen su propio interés. A ustedes y a todos les repito: nunca se desanimen, no pierdan la confianza, no dejen que la esperanza se apague. La realidad puede. Sean los primeros en tratar de hacer el bien, de no habituarse al mal, sino a vencerlo con el bien. Y Cuidado con los “mercaderes de muerte” que siguen la lógica del poder y el dinero a toda costa; esa plaga del narcotráfico, que favorece la violencia y siembra dolor y muerte, requiere un acto de valor de toda la sociedad. Que haya sol y luz en sus corazones”.
Juventud es el momento de la vida en la búsqueda de toda innovación, lo más veloz, internet, redes sociales, relaciones inmediatas, “disfrutar” el momento, Dios se hace ver de a poco. Hagamos unos minutos para dialogar, un productivo diálogo entre generaciones, es el mayor tesoro que tenemos que conservar y alimentar juntos, en familia que es necesaria para la supervivencia de la humanidad.
No importa si tenemos una barca frágil, inadecuada, redes deterioradas, los Argentinos estamos acostumbrados a superar cualquier embate tan solo con nuestras manos.
La paz, no es ausencia de conflicto, es prosperidad, abundancia, felicidad y alegría. La guerra, no es la enemiga de la paz. La indiferencia, los egoísmos, el egocentrismo y la ostentación levantan muros sociales, incrementan miedos, generan sospechas, rencores y cerrazones entre nosotros.
Enseñando a nuestros niños gestos y conductas de reconciliación, perseverancia y perdón, podremos generar cambios de tendencias en las futuras civilizaciones.
La oración nos une, nos hace hermanos, nos abre el corazón y nos recuerda una verdad que a veces olvidamos. En la oración no hay ricos o pobres, hay hijos y hermanos; no hay personas de primera o de segunda, hay fraternidad.
Maria Clara lleva en sus “sentidos” todos los recuerdos de Río y nos pide que recemos por Francisco, por el grupo que integra en camino a la sin duda trascendental para muchos Jornada Mundial de la Juventud que está por iniciar en Polonia, y por Panamá 2019, encuentros que demostrarán que aún con discrepancias, es posible construir el mañana para vivir en un mundo de paz.
Colaboración de Gabriel Alsó y Maria Clara Patiño Garcete
