Historia…recreación…aire puro…deporte…camaradería, son algunos de los ingredientes de la opción de turismo aventura o turismo rural que ofrece un grupo de emprendedores unidos por lazos familiares y de amistad que decidieron compartir con los demás el atractivo y maravilloso mundo que forma parte de este “Monte de los abuelos”, situado a poco más de 40 kilómetros de Posadas, en pleno cerro de Santa Ana.
El nombre que remite a la génesis familiar tiene su historia ligada a los orígenes de la localidad que se extiende a uno y otro lado de la Ruta 12, donde se asentaron algunas familias pioneras, cuyos descendientes, hoy, resignifican el uso del suelo, la valorización de la tierra y las prácticas ligadas a ella. Si a esto se le suma la decisión de habilitar un espacio ideal para la práctica de la meditación, el deporte aventura y la alimentación saludable, el resultado es esta especie de clínica natural para espíritus ajetreados de vida ciudadana y estrés laboral.
Con todos esos objetivos puestos a andar, la familia Sartori-Juañuk, propietaria del predio, junto a “Misiones y sus Secretos” y La Escuela de Canotaje “Peto Bruzzone” del Yacht Club Posadas lanzaron este fin de semana la oferta turística local “El camino Misionero y Guaraní” con un programa que incluyó un recorrido con guías especializados por las entrañas de la historia jesuítica que vive en las ruinas de Santa Ana, donde el visitante reaprende un capítulo pocas veces contado de la historia pasada de la provincia de Misiones y principalmente la ilación que existe entre las Misiones jesuíticas de Santa Ana, de Loreto y las de San Ignacio, con las situadas en Paraguay y Brasil. Referencias arquitectónicas y antropológicas que van tomando sentido, mientras se disfruta de un aire puro inigualable en un entorno que permanece en estado de conservación y solamente adecuado para ser recorrido y admirado.
“¡Tapé porá!”
En este punto histórico, el intendente local, Pablo Castro, dio la bienvenida a los visitantes y los organizadores ofrecieron un mate cocido quemado con torta frita, para reunir energías antes de comenzar a andar.
“Tapé Porá” es el deseo de buen camino, dicho en guaraní. Fue la frase con la que comenzó la etapa de senderismo de esta primera experiencia de turismo aventura que continuó con cuatro horas de caminata bajo la sombra húmeda y fresca de la selva misionera. Unas 40 personas se lanzaron a compartir estos momentos de distención y alegría, durante un paseo lleno de historias y anécdotas relacionadas con el lugar.
El primer descanso, después de dos horas de camino fue en “La chacra de Lucy”, al pie del cerro Santa Ana y bajo una sombra reparadora, que en una jornada maravillosamente atípica, ofreció una temperatura veraniega, a semanas de iniciado el invierno en estas latitudes. Una hora después, los caminantes reemprendieron la marcha hacia la parte más interesante del camino: la subida pedregosa del cerro Santa Ana, donde se descubre un paisaje que alterna selva, chacras, potreros y refugios con cursos de agua cristalina, mugidos de ganado y la protección especial de los organizadores ante la presencia de perros adiestrados para espantar a potenciales invasores de la propiedad privada.
La llegada, después del extenuante pero placentero caminar, un regalo de frescor natural: sombra de añejos árboles en la altura del cerro; una “jardinera” (antiguo móvil de construcción casera para locomoción en la zona rural) repleta de frutas frescas, un bebedero inacabable con jugo de naranjas, pomelos y mandarinas…y bandejas con mandioca frita, gratinada y al ajillo y perejil. Todo, mientras un cheff terminaba de sazonar el suculento “borí borí” (pelotita-pelotita) al mejor estilo de la abuela guaraní. Postre de dulce regional de pomelo, de mamón, rapadura y melaza, producción de los feriantes de la localidad.
La tarde ofreció programas alternativos entre siesta, yoga, paseo a caballo o simplemente disfrute del lugar, el silencio o el buen ritmo de dos musiqueros que alternaron entre galopas, chamamé y bossa nova. La merienda fue con mate cocido y caburé calentito, antes del ascenso al punto más alto de la propiedad, para contemplar y registrar en fotos una puesta de sol deslumbrante. Silencio…paz y renovación de energía espiritual para todos.
El pernocte elegido por la mayoría fue temprano, después de compartir unas empanadas de carne, regada con buenos jugos naturales, de uva o cebada, según las preferencias de los –a esta altura- extenuados pero exultantes visitantes.
Despedida del programa completo de un día: amanecer entre trinar de pájaros, mugidos cercanos, generoso rocío y desayuno reparador. El hasta pronto se repitió entre los presentes, que prometieron volver para vivir cada uno de los programas, los que llegarán renovados en opciones, según adelantaron los organizadores.
Los programas actuales ofrecidos por “El Monte de los Abuelos” incluye:
- Paquete por 1 día:
-Senderismo por la selva (4 horas de recorrido).
-Entrada al Parque Temático de Santa Ana.
-Uso de la pileta natural (en invierno, yoga en medio de la selva, alrededor de la pileta).
Incluye todas las comidas-traslados desde/hacia Santa Ana).
- Paquete de 2 o 3 días:
-Senderismo por la selva (4 horas de recorrido).
-Entrada a las ruinas de Santa Ana.
-Entrada al Parque Temático de la Cruz de Santa Ana.
-Uso de la pileta natural (en invierno, yoga en medio de la selva, alrededor de la pileta).
Incluye todas las comidas-traslados desde/hacia Santa Ana).
-Pesca en el río.
-Ciclismo.
-Cabalgatas.
-Kayak.
Incluye todas las comidas-traslados desde/hacia Santa Ana.
Paquetes armados a medida.
ZF
