La gripe: mitos y verdades

Con el fin de aportar a la prevención de la gripe, desde la carrera de bioquímica de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales profundizan las tareas para la detección del virus y además, colaboran en la divulgación para desterrar los mitos vinculados a la enfermedad.

Graciela Jordá, bioquímica y especialista en microbiología clínica, trabaja en la cátedra de micro biología y virología de la carrera de bioquímica. Desde el 2009,  está trabajando en aspectos relacionados a  gripe, dengue, clamidias (infección del tracto genital) y el virus chikungunya.

“Este año estuvimos abocados al dengue, y como está terminando la epidemia, ahora seguramente nos vamos a abocar a la gripe que ya está teniendo casos resonantes. Acá en Misiones no se denunció ningún caso pero ya están empezando a traer muestras”, sostiene Jordá.

Karina Salvatierra estudió bioquímica en la UNaM y realizó su maestría y doctorado en España. Actualmente también participa de las dos cátedras de la carrera de bioquímica, y trabaja en investigaciones de detección de enfermedades infecciosas. El año pasado, el equipo empezó a indagar en la gripe, a través de la técnica de biología molecular para la detección de una proteína de la gripe que se llama la glutamina y así poder identificar si es gripe AH1N1, gripe A H3N2 y la influenza B.

Al detectar qué tipo de gripe está circulando, la idea es poder secuenciar, estudiar e identificar si existen algunas mutaciones que son las que hacen que no haya una unión correcta entre el anticuerpo en defensa con el virus.

Así lo explica Salvatierra: “Las personas cuando están vacunadas generan anticuerpos, pero si el virus que está circulando es diferente en alguna parte de esa secuencia, el anticuerpo que genera el paciente no va a reconocer completamente, entonces hay personas que se infectan porque está circulando otro tipo de virus”.

A partir de un convenio con el laboratorio del Instituto de Previsión Social (IPS), ingresan las muestras para poder identificar y realizar el estudio correspondiente. En base a eso se notifica a nivel epidemiológico y lo que está sucediendo con la gripe.

“La vacuna tiene tres componentes: dos cepas de virus A y otra de virus B. De la cepa A hay una que se llama gripe estacional que es la que se llama H3N2 y la otra es la H1N1. Lo que hay que ver es que si el virus que está circulando actualmente se corresponde a esa cepa de la vacuna, porque o sino la vacuna va a generar anticuerpos para esos virus y no para lo que esté circulando”, dice Salvatierra.

 

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En Misiones, la cátedra siempre colaboró con el Ministerio de Salud Pública. “En la provincia se llega a decir si es influenza A o B, pero no se subtipifica. El año pasado pusimos la prueba a punto, pero hubo poca gente enferma y pocas muestras, no se pudo sacar conclusiones válidas. Este año, ya tenemos la puesta a punto y estamos preparados para brindar esa información, si es influenza A o B y qué tipo”.

Como aporte de la universidad, la investigación de este año intentará descifrar “qué cepa está circulando y vamos a ir un poco más allá. Eso sirve para la epidemiología para saber qué cepa puede ser incorporada en la vacuna”. Luego, este resultado se informará a los centros de referencia a nivel nacional, Hospital Malbrán de Buenos Aires, Córdoba y Mar del Plata. A nivel mundial, Londres, Australia, Estados Unidos y Japón, son los lugares donde se definen qué vacunas van a circular.

“Esto hace al crecimiento institucional porque seguimos haciendo investigación además de docencia, y aportando a la parte epidemiológica de Salud Pública, ya sea en dengue o gripe”,agrega Salvatierra.

Vacunas

En general, la comunidad desconoce algunos detalles de las vacunas contra la gripe, reconocieron las especialistas. A nivel nacional, se recomienda que todas las personas realicen la vacunación. Sin embargo, la vacuna es gratis para mayores de 65 años, embarazadas, menores de 5 años, personas que tengan problemas oncológicos o inmunodeficientes o que en el entorno familiar haya algún paciente con algún problema y también al personal de salud. Las personas que no se incluyen en este grupo deben abonar la vacuna.

Además, es muy común escuchar que la gente dice, ‘me vacuné pero me engripé’. Al respecto, Salvatierra describe: “la vacuna está hecha solamente para estas tres cepas gripe A H1N1, A H3N2 e influenza B, que son las más mortales, dependiendo de las condiciones de cada uno. Pero existen otros virus, como el parainfluenza o el rinovirus, entre otros, que producen también una gripe con una sintomatología parecida. Entonces, que uno se haya vacunado pero se engripe puede ser a causa de otro virus. La vacuna está solamente para esos virus que son los que ocasionaron históricamente pandemias, epidemias y muchas muertes”.

Sobre los efectos adversos de la vacuna, la especialista señala: “depende de cada persona, te puede agarrar fiebre o algún escalofrío, algunos no les pasa nada, otros tienen dolor o sienten caliente en el lugar donde se puso la vacuna. Son propias acciones de las vacunas que están realizadas con virus atenuados”.

Evolución

Ante la pregunta de cómo evolucionó la gripe, Salvatierra describe: “a nivel mundial, si uno va a la literatura de los artículos y de la OMS, el cambio brusco fue la aparición de la nueva cepa H1N1 en el 2009, primero en Estados Unidos, México y luego se diseminó. Eso fue el cambio de la cepa porque hubo una recombinación entre la cepa del humano con la del ave que se introdujo en el cerdo y fue mal llamada gripe porcina, porque en realidad, en el cerdo se recombinaron esos dos y salió una tercera que es la que infectó al humano y la que está circulando al día de hoy”.

A partir de ahí, se incorporaron las vacunas; su elaboración tarda más de cinco meses, luego del estudio de las cepas. “Todos los años las vacunas son diferentes en cuanto a la cepa que se elige, que es la última que estaba circulando en el periodo anterior”, detallan las especialistas.

Los efectos de la vacuna en el cuerpo tardan entre diez o quince días. Lo ideal es que se apliquen en abril, para cuando aparezca la temporada invernal, así se generan los anticuerpos. Al momento de aplicarse, la persona debe estar sana.

Derribando mitos

Las especialistas sostienen: “La gripe no se puede combatir porque no somos solo los humanos que tenemos el virus de la gripe, tienen las aves y los cerdos, etc, entonces lo único que se puede hacer es tratar de evitar que haya una infección masiva, al menos que esté circulando un nuevo tipo de cepa que la gente no tenga anticuerpos, que fue lo que pasó en 2009”.

En este sentido, Jordá explica: “Mucha gente cree que la gripe A H1N1 es más grave que la gripe estacional, pero los síntomas son parecidos. Lo que pasa que en 2009 la franja etaria fue diferente, los jóvenes fueron los más afectados, pero no quiere decir que sea más mortal la H1N1”.

Según las investigadoras, las causas de muerte se deben al estado del paciente. “La virulencia de las cepas no es una peor que la otra. La muerte se debe el estado inmunológico del paciente o tienen una enfermedad de base, como la diabetes, o son inmunosuprimidos o oncológicos”.

Ante la situación de la gripe, no se debe tomar antibióticos, a lo sumo un paracetamol o algún medicamento para combatir la fiebre. Los antivirales (el famoso tamiflu) solamente son buenos en las primeras 48 horas, después no funcionan.

La gripe puede durar entre diez o quince días. Se debe guardar reposo. El virus se contagia los primeros cuatro o cinco días, al final al carga viral es muy poca.

En 2009 fue la pandemia de la H1N1, que desplazó a la H3N2 pero entre 2010 y 2012 aumentó la H3N2. “EL año pasado hubo pocos casos en Misiones, es difícil el control o la profilaxis porque el contagio es por vía respiratoria, pero sí hay que tener en cuenta las recomendaciones si vas a toser o estornudar taparte con el pliegue del codo, lavarte las manos frecuentemente, ponerte alcohol, evitar los lugares de hacinamiento, ventilar las casas o las escuelas”.

Salvatierra aclaró: “La gente está alertada por las noticias en los medios, pero todo tiene que ver con el contexto y son muchos factores que se deben tener en cuenta para alarmarse. La gripe española en 1918 fueron 40 millones de muertos, la gripe asiática fueron 3 o 2 millones, pero la pandemia del 2009, la OMS reportó 18 mil muertes. A veces la cifras te pueden sonar muy alarmantes pero hay que calcular de acuerdo al número de población”.

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