El IPLyC SE distinguió a empleados con más de 25 años de servicio

Como reconocimiento al servicio y dedicación a la institución, un total de 104 empleados del Instituto Provincial de Lotería y Casinos Sociedad del Estado (IPLyC SE) con más de 25 años de servicio en la empresa fueron distinguidos el viernes durante un emotivo encuentro que tuvo lugar en el salón Caoba del hotel Julio César.

De la ceremonia participó el presidente del Directorio del IPLyC SE, Eduardo Torres; el director, Emilio Kakubur; la jefa de asesores, Marisel Sosa; los supervisores Juan Re y Fernando Escalada, y los gerentes Raúl Segovia, Claudia Encina, Claudia Lugo y Nelly Kruger, además de familiares de los condecorados y compañeros de trabajo.

Torres manifestó que un acto de esta naturaleza conlleva a una mezcla de sentimientos y emociones, y aseguró que el IPLyC SE no hubiese llegado adonde llegó, no se hubiese desarrollado y cumplido sus funciones “si no fuese por la calidad de los seres humanos que compusieron esta empresa. Eso no significa que en todo este devenir no hayan existido conflictos, discusiones, broncas, que también forman parte de la convivencia. Lo importante, cuando se habla de estas relaciones, son los resultados”.

Añadió que este acto “puede ser un resumen de lo que es la vida, y seguramente cada uno hará este ejercicio mirando hacia atrás, analizando lo rápido que pasó todo. Me siento gratificado por haber trabajado con personas como ustedes y agradezco lo aportado a la empresa durante estos años”.

Entrega de diplomas 24 junio 2016 (28)

 

La secretaria general Teresa Morel, quien hace 41 años forma parte de la institución, hizo uso de la palabra en nombre de los más antiguos y definió al momento como de “sentimientos encontrados, por la alegría del comienzo de la vida de jubilada, y la tristeza por dejar esta empresa, su equipo, el lugar de trabajo y los empleados que la hacen vivir”.

Agradeció a los compañeros, a Torres, y a los demás miembros del directorio “que acompañan y ejecutan el compromiso de seguir cumpliendo los sueños de los misioneros”.

Visiblemente emocionada, invitó a “seguir apostando juntos en honor al futuro y a la vida que sigue su curso. Ustedes fueron en este tiempo, el pilar de estos 41 años de proyectos compartidos, de aprendizaje y de crecimiento”.

Segovia hizo un reconocimiento a su familia “que soportó mis ausencias durante mucho tiempo” y al borde de las lágrimas recordó a compañeros que ya no están como Héctor Dutra, Julio Temporelli, Andrés, Barchuk, José Galarza.

Agradeció a Torres que en estos trece años “me permitió crecer no solo en la provincia sino en el país con los proyectos que desarrollamos en conjunto para el bien de Misiones”.

Los momentos más emotivos se vivieron en la sala cuando José, Armando y Graciela Galarza subieron al escenario para recibir el diploma que correspondía a su padre, José Dionel Galarza, empleado del área de Juegos recientemente fallecido con 39 años de servicio. Los trabajadores del Instituto se pusieron de pie para aplaudir su memoria.

La jornada de reconocimientos, concluyó por la noche con una gran fiesta que se desarrolló el Club que el Instituto posee en Jauretche y Tambor de Tacuarí.

 

Una fiesta del encuentro

El viernes 24 de junio la Presidencia del IPLyC SE decidió agasajar a sus empleados que cumplieron 25, 30, 35 y más de 40 años de labor consecutiva, en un acto de gratitud y reconocimiento a tantos años de transitar un camino que hizo posible consolidar una institución de servicio a la comunidad, caracterizada como “Mas que una lotería un concepto social”.

Las actividades comenzaron por la mañana en las instalaciones de un hotel céntrico, con la presencia de autoridades del Instituto, invitados y familiares de los agasajados que dieron marco a una verdadera fiesta, con sus componentes de alegría, regocijo y comunión, no exenta de emotividad al nombrar a quienes ya no están físicamente pero fueron traídos en presencia en su recuerdo que permanece inalterable. 

Fue un verdadero ENCUENTRO que interrumpió lo cotidiano para convertirse en una impronta de NOSOTROS, surgida en cada gesto, en cada palabra, en anécdotas y abrazos fraternos. Así en los rostros de los agasajados se revelaba la intensidad de los afectos granjeados y porque no, la brevedad del tiempo…

Pero un verdadero equipo continuó trabajando para que el broche de oro se diera en las instalaciones del club del IPLyC donde en un ambiente de refinado gusto y colorido se desarrolló la segunda parte de esta Fiesta, con una excelente gastronomía, verdadera camaradería y un clima de expectativa ante el concurso de baile anunciado con importantísimos premios y el baile final a toda orquesta.

Y fue precisamente el concurso de baile lo que dio sentido especial; una experiencia casi límite de interrupción de lo cotidiano que nos sobrepasó en intensidad. Me parece insoslayable destacar el hecho que un ser con “capacidades especiales o diferentes” como se acostumbra a denominarlos, -incorporado al Instituto como niño cantor de nuestra Quiniela-, haya sido con justicia elegido ganador del concurso organizado.

Este niño nos ha intensificado la vida, ha dejado en suspenso en cada uno de nosotros por un momento al menos nuestros vacíos existenciales, las tristezas y alegrías que nos acompañan diariamente, nos dio alegrías, atravesó nuestras dimensiones e hizo aflorar desde nuestra interioridad los mejores sentimientos. Nos mostró otra manera de percibir el mundo, el que nos tiene acostumbrados a cosificar y etiquetar.

Merece la reflexión: Que queremos significar con “diferente” o “especiales”; un desafío para los profesionales de la especialidad y para la sociedad toda. Este ser humano ha recibido de la vida el don maravilloso de la inocencia, cuya pérdida es la que conduce a la infelicidad. El no necesita saber de las tragedias de este mundo hechas por quienes lo definen como distinto y en su danzar va uniendo el cielo con la tierra, algo que el arte lo puede hacer.

Todo esto fue posible porque el IPLyC, sus autoridades, equipos interdisciplinarios y trabajadores, hacen realidad una POLÍTICA DE NO DISCRIMINACIÓN ABARCATIVA A TODOS LOS ÁMBITOS, verdadero ejemplo de humanidad, compromiso, e integración que posibilita efectivamente la IGUALDAD DE OPORTUNIDADES.

Rescatando un concepto de Filosofía de la Fiesta: no es el trabajo sino el JUEGO el que tuvo papel decisivo en el arte, en que el trabajo trascienda la utilidad y ese juego maravillado es el que nos reunió en el ámbito de la Fiesta.

 

 

                                                                                  Profesor Aurelio Vicario

                                                                                  DNI 7.972.910

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas