El joven, de 31 años, fue sorprendido por delincuentes cuando llegaba a su casa. Tras ser capturado y maniatado, intentó escapar y lo fusilaron. No hay detenidos.
Hacía pocos días se había enterado de una de las noticias más lindas: iba a ser papá. Además, estaba cerca de recibirse de licenciado en administración de empresas. Sin embargo, en apenas un par de minutos, delincuentes terminaron con sus sueños y con su vida. Matías Terrón tenía 31 años y fue asesinado a balazos en una entradera en la localidad bonaerense de Sarandí, partido de Avellaneda.
Cerca de las 23, la víctima llegaba con su auto a su vivienda, en Necochea al 1700, cuando fue sorprendido por ladrones. Sin embargo, al ver su documento, los asaltantes decidieron ir hasta la casa de su familia, en Supisiche al 100.
En circunstancias que se investigan, Terrón intentó escapar, aún maniatado, y recibió un disparo en la ingle que le causó la muerte momentos más tarde.
«Estaba tirado pidiendo auxilio, pero se le iba la voz, hasta que perdió el conocimiento y murió», contó a la prensa una vecina, que se identificó como Mónica. «En la zona hay muchos aguantaderos y los vecinos no denuncian por el temor que sienten», dijo la mujer.
En tanto, un primo del joven, de nombre Franco, reclamó que «esto pare de una vez por todos» y que «se haga justicia». «Se estaba por recibir de (licenciado en) administración de empresas» y «hacía poquito se había enterado que iba a ser papá», contó.
El auto de la víctima fue hallado incendiado a unas 20 cuadras de la escena del homicidio, según las fuentes.
Tomó intervención la comisaría cuarta de Avellaneda, donde se instruyeron actuaciones por «homicidio en ocasión de robo».
