En el primer semestre hubo una baja de 50% en el mercado maderero

El directivo de Coama Sud América SA, Román Queiroz, quien además integra en representación de la Asociación Maderera de Aserraderos y Afines del Alto Paraná (Amayadap) la comisión de foresto-industria de la Federación Argentina de la Industria de Maderera y Afines (Faima), se refirió a la difícil situación económica que enfrenta el sector por las bajas de las ventas y los altos costos internos, planteando una perspectiva de «total incertidumbre» para el próximo semestre.

 

“En lo que va del primer semestre del año, el mercado de la industria maderera en el país se contrajo considerablemente, estimamos que un 50% menos que a mediados del año pasado. Por ende, las ventas cayeron en la misma proporción, o incluso peor, porque además de la baja en el consumo, hubo una apertura en las importaciones, por lo tanto se está poniendo en riesgo la industria nacional dada la competencia desleal tanto en precios como en calidades de los productos que ingresan al país y generan distorsión en un mercado sobreofertado y contraído”, indicó en la entrevista con ArgentinaForestal.com el empresario.

 

En este contexto, la industria maderera reclama al gobierno nacional “medidas de protección extremas, con barreras paraarancelarias o algún sistema que nos defienda ante la asimetría en los costos en dólares que hay con otros países”, remarcó en relación a Brasil, principalmente.

 

Terciado y compensado, el rubro más castigado

Esta realidad golpea a la foresto-industria en Misiones, donde hay siete fábricas industriales de terciados y compensados fenólicos que se encuentran instaladas, en su mayoría, en la zona Centro y Norte de la provincia.

“La situación en este segmento de la cadena es crítica, ya empezaron a haber algunos despidos y reducciones horarias, se está trabajando uno o dos días menos por semana. Es por esto que el mercado se ha contraído en un 50%, oscilando el mismo en el orden de los 6.000 m3 mensuales mientras que el producto importado, supera los 4.500 m3 mes en promedio. Es decir que merced de la contracción de la demanda y del aumento de la oferta, se produce un marcado desequilibro en el mercado”, explicó.

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Román Queiroz, vicepresidente de Amayadap

Aseveró además que “este profundo desequilibrio se ve agravado como consecuencia de que la mayor parte del producto que se importa ingresa a precios hasta un 40% inferior que los productos de fabricación nacional. Ello deviene en que se fije un precio de referencia en el mercado que deja fuera de competencia a nuestros productos, y pone en riesgo fuentes de trabajo por acumulación de stocks y falta de ventas”, precisó Queiroz.

 

Para el empresario, la administración del comercio que se implementó en el 2012 resultó de suma importancia para el funcionamiento de estas fábricas, generándose una demanda de sustitución de importaciones. “Es por ello que queremos poner de manifiesto esta situación, atento a que el mercado de la construcción no evoluciona con la misma dinámica que lo reflejado en las importaciones de los últimos meses y, por ende, entendemos que existe el inminente riesgo de que se generen stocks de mercadería que afectarán a la industria en los próximos meses”, afirmó.

 

Entre pagar impuestos o sostener la mano de obra

 

El escenario complejo que enfrenta el empresariado maderero los coloca frente a la incertidumbre económica y la dificultad en la provincia de hacer frente a una fuerte carga impositiva o mantener las fuentes de trabajo.

 

Ante este contexto, a través de la Faima los empresarios de la Amayadap están realizando permanentes reuniones con las Secretarías de Comercio y de Industria de la Nación, como así también con el Ministerio de Producción. “Se está trabajando en implementar normas técnicas, pero todo ese proceso es muy burocrático y demora algunos meses. Por otra parte, las gestiones con la Provincia son más que nada para informar a las autoridades locales sobre la situación, que tengan conocimiento de la dificultad que hay en la industria para mantener la mano de obra y lo traumático que es cuando llega la hora de pagar los impuestos. Pero las medidas proteccionistas se realizan más que nada a nivel nacional”, recalcó Queiroz.

 

En el caso de la fábrica de Coama Sudamericana en Eldorado, ya iniciaron desde hace un tiempo con la decisión de reducción de horas y algunos despidos. “Esta es la parte más dolorosa para el empresario, porque despedir personal es la última medida que uno quiere tomar”, dijo.

 

Con respecto al Programa REPRO (Programa de Recuperación Productiva) al que se puede recurrir para que el Estado apoye con un subsidio a sostener los costos laborales y así mantener las fuentes de trabajo, dijo que “es muy difícil poder conseguirlo, ya que te piden los últimos tres balances en los que uno tiene que demostrar un cierto estado de crisis. Pero nuestro sector empezó con las dificultades profundas en los últimos 6 meses y por tal motivo no tenemos acceso a dicho Programa”, explicó.

 

Finalmente, al ser consultado sobre las perspectivas para el segundo semestre del año sostuvo que “son de total incertidumbre. Hay sectores que hablan de una pequeña reactivación en lo que resta del año, pero nuestro sector depende de la administración del Comercio Exterior, junto a una recuperación de la actividad en la construcción”, concluyó.

 

Por Patricia Escobar 

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