Villalonga: “Hay que debatir una ley que regule el mercado de electrónicos con la responsabilidad extendida al fabricante”

 

De acuerdo con un informe de la ONU (Organización de las Naciones Unidas), la Argentina produce 300.000 toneladas de basura electrónica al año, y se ubica tercera en el ranking latinoamericano de mayores generadores de residuos de este tipo, detrás de México, con 958.000 toneladas, y Brasil, con 1,4 millones de toneladas. En el país se producían 220.000 toneladas de residuos en 2009; ascendiendo a 292.000 en 2014, y se estima que alcanzará las 340.000 en 2018.
ArgentinaForestal.com coordina con Misiones Online, en conjunto con instituciones públicas y organizaciones sociales, la 1er Campaña Ambiental de Recolección de Residuos Electrónicos en Misiones, iniciativa que promueve diversas actividades entre junio y agosto que incluyen capacitaciones, seminarios técnicos, hasta una jornada de recolección, con el objetivo de sensibilizar y aportar contundente visibilidad a un problema ambiental de la actualidad en la provincia y en el mundo. A la vez, busca crear conciencia de la necesidad de instalar un fuerte debate que apunte a educar sobre la necesidad de avanzar en acciones favorables al ambiente y contribuir con una actividad que permita en una jornada la eliminación de la basura electrónica de los hogares.

 

En ese contexto, en una entrevista con Juan Carlos Villalonga, diputado nacional por Buenos Aires (Cambiemos), ex directivo de Greenpeace Argentina y miembro del movimiento político y social Los Verdes, adelantó a este medio su compromiso de retomar en el Congreso Nacional el debate por una Ley Nacional de Residuos Electrónicos. “Fueron dos las iniciativas presentadas desde 2007 para su tratamiento pero nunca prosperaron. La clase política argentina aún no se ha despabilado de estos temas”, señaló el legislador.

 

Consideró sobre el tema que “se tiene que avanzar en una ley nacional para regular esto en el país y establecer la figura de responsabilidad extendida a los fabricantes, importadores o comercializadores, o sobre quien introduce ese dispositivo en el mercado. Ese es quien debe hacerse cargo del ciclo completo de sus productos cuando termina su vida útil, para que eso pueda ser bien manejado ambientalmente, reciclado y reutilizado cuando el consumidor lo deshecha”, puntualizó Villalonga.

 

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¿Cuál es la situación actual en la Argentina sobre los residuos electrónicos y electrodoméstico y qué tratamiento debiera darse al tema?

A pesar que desde 2007 se arrancó por primera vez con una campaña para debatir el tema del tratamiento de estos residuos con un proyecto legislativo en el Senado, en un principio, y después en Diputados, finalmente caducó a los dos años y la ley no fue sancionada. Después hubo un segundo intento de debate legislativo en 2010 que  cayó nuevamente en 2012. Es decir, en el país dos veces el Congreso Nacional intentó desarrollar una normativa en la materia, pero no prosperó.

En el intermedio, hubo una cantidad de países de la región que ya avanzaron en el tema y tienen una legislación vigente en materia de residuos electrónicos.

¿Qué hacen estas legislaciones? Establecen marcos generales, pero fundamentalmente establecen la responsabilidad extendida al productor. Esto es lo que funciona hoy en todas partes del mundo.

Esto quiere decir que las empresas que colocan en el mercado dispositivos electrónicos y electrodomésticos (computadoras, TV, celulares, etcétera)  son las que tienen una responsabilidad al final de la vida útil de los equipos. Hoy las empresas tienen una responsabilidad sólo hasta que termina la garantía del equipo, y después ya no tienen nada que ver con el destino final de los mismos.

¿Por qué  serían los fabricantes o los productores de electrónicos los que se tienen que hacer cargo?

Primero, porque es un residuo que tiene una doble condición. Para su fabricación ocupan residuos peligrosos, metales pesados que mal manejados son contaminantes (plomo, mercurio, cadmio y químicos peligrosos). Esto volcado a un basural o relleno sanitario genera contaminación. Incluso a veces son incinerados, contaminando el suelo, el agua subterránea o el aire, afectando de esta forma la salud de las personas.

El segundo aspecto y muy importante, son elementos muy valiosos. Con la adecuada tecnología uno puede recuperar muchos materiales de alto valor. Suelo recurrir a la figura del teléfono celular (se estima que contiene entre 500 a 1000 compuestos diferentes) donde en un equipo esta representada prácticamente la tabla periódica de elementos por la variedad: metales preciosos como oro, plata, cobre, y una cantidad de elementos que hace que, con la adecuada tecnología, uno lo pueda recuperar y reutilizar.

Estas sustancias peligrosas además de generar contaminación, colocan a los trabajadores en riesgo de exposición cuando estos productos se fabrican y afectan a la salud de las personas cuando son desechados al final de su vida útil.

Es decir, con el recambio permanente de estos dispositivos en el mercado, uno esta volcando dentro de ellos todos estos recursos naturales no renovables que terminan dilapidándolos en un basural o relleno.

 

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¿Una Ley Nacional de Residuos Electrónicos qué exigiría?

La responsabilidad extendida al productor, esto hace que las empresas estén obligadas a generar una logística para recuperar los equipos y dispositivos electrónicos, y una tecnología para la recuperación de materiales que puedan ser reintroducidos al mercado para reutilizar esos elementos, reciclar, o fabricar nuevos elementos.

Por ejemplo, el reciclado del teléfono exige tecnologías más sofisticadas para el reciclaje, que cuando se trata del reciclado de papel o algún plástico. En Argentina ya se puede hacer reciclado de papel o plástico, hemos evolucionado en este aspecto.

Pero no sucede esto en la actualidad en el caso de las pilas, por ejemplo. Se puede hacer algo para su tratamiento, pero hace falta una planta de tratamiento con un nivel de inversión que solo pueden asumir las empresas fabricantes.

 

No hay aún en la Argentina una planta de tratamiento de pilas…

Exacto. A la famosa pregunta de ¿qué se puede hacer con las pilas en Argentina? NADA.

¿Por qué? Porque las empresas no colocan el sistema que debieran.

¿Por qué no lo hacen? Porque no legislamos.

¿Por qué no legislamos? Porque la clase política argentina aun no se ha despabilado de estos temas.

Esta es la triste realidad. Insisto, este no es un tema que nos dimos cuenta hace dos meses, en el Congreso Nacional se viene tratando de discutir este tema desde el año 2007.

Este es el sentido de razonabilidad  por el cual tiene que haber una Ley Nacional para regular la basura electrónica y establecer esta responsabilidad del fabricante o importador, o de quien introduce ese dispositivo en el mercado. Ese es quien debe hacerse cargo del producto cuando termina su vida útil, para que eso pueda ser bien manejado ambientalmente y reciclado.

La ley que proponíamos establecía una serie de metas para la recuperación de los residuos electrónicos, más que nada de inversiones necesarias. Esto tiene todo por hacerse, es un sistema que hay que implementarlo de 0 en forma progresiva para llegar a una recuperación del 100%.

Pero las empresas tienen que invertir en puntos de captación o recolección, sea en Buenos Aires o en Misiones, deben contar con una logística donde tengan puestos de recolección en todo el país y una logística para que llegue a una planta donde se pueda destinar los residuos de la provincia que fuere, o tratar o exportar a donde sea a plantas que reciclen esto. De esto debe hacerse responsable el que fabrica o produce electrónicos que finalmente se convierten en residuos.

 

La campaña ambiental de concientización y recolección de residuos electrónicos en Misiones es un aporte a sensibilizar sobre el tema…

Sin dudas realizar un día de recolección no es suficiente, pero esto no invalida la acción de sensibilización que se quiere hacer sobre el tema con una campaña de recolección.

Pero debe entenderse que esta campaña en Misiones no agota ni soluciona el problema en la provincia, solo esta visualizando el problema que se va a resolver de fondo por la vía legislativa.

Hay que ser claros, de lo contrario, puede generar una falta expectativa o falsa tranquilidad a las autoridades responsables, que  haciendo esto de vez en cuando es suficiente, cuando no es así.

En lo personal, considero que ni los contribuyentes, ni el estado municipal ni el estado provincial, tienen que hacerse cargo  de la gestión de esos residuos, el que tiene que hacerse cargo y asumir su responsabilidad es la empresa fabricante de equipos electrónicos.

Por otra parte, la campaña que se haga, es un paliativo con una acción concreta de recolección, pero igualmente tiene que ser ambientalmente lo mas idónea posible. Lo que se recolecta tiene que ser trasladado a una planta de reciclaje para su tratamiento final al mejor nivel posible, al Centro Basura Cero u otro lugar en Buenos Aires o Córdoba, que son similares.

Si bien, estas plantas disponibles hoy tienen un nivel de recupero de materiales que es bajo, porque no son sofisticadas, requieren de altas inversiones, debido a que no tienen la tecnología, son las que hoy disponemos.

Sin embargo, son los fabricantes los que sí tienen el conocimiento, la tecnología y la responsabilidad de asumir esta inversión para dar tratamiento al residuo electrónico que generan como corresponde.

 

 

Por Patricia Escobar 

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