Una abuela se hizo pasar por prostituta para atrapar a los asesinos de su nieto, en Buenos Aires

La víctima fue asesinada en la puerta de su casa en Quilmes Oeste durante un robo. La abuela se disfrazó para meterse en una villa y acercarse a uno de los sospechosos

Ana María Sabo tiene 63 años y perdió a su nieto, de 17, en la madrugada del 26 de febrero de 2015. El adolescente fue sorprendido por tres delincuentes cuando salió de su casa de Quilmes Oeste a buscar una mochila que se había olvidado en el auto. Los ladrones terminaron asesinándolo de un tiro.

Ante la ausencia de respuestas por parte de la Justicia, a partir de ese momento la abuela de «Joni», como le decía su familia, empezó una lucha sin tregua para dar con los asesinos del joven que incluso la llevó a disfrazarse de prostituta e infiltrarse en una villa.

Según relató la mujer, aquel trágico día todo sucedió mientras cerraba los ojos antes de dormir. Escuchó voces que llegaban de la calle y luego lo peor: «Salí corriendo y, cuando llegué al comedor, escuché el disparo. Vi correr a tres personas. Una incluso se dio vuelta y me apuntó como para dispararme. Saltó la alarma del coche y ‘Joni’ quedó tirado al lado del auto. Lo levanté, pero en ese momento no vi sangre», explicó Ana María en diálogo con Clarín.

Junto a su hijo, intentó envolver a Jonathan con una frazada para llevarlo al hospital. No pudieron hacer nada, el adolescente estaba muerto. En su búsqueda –que aún hoy no termina– se atrevió a lo peor aún con el riesgo de perder su vida.

Hubo dos testigos del crimen, pero cuando se presentaron ante el fiscal Sebastián Videla, de la UFI N° 6 de Quilmes, denunciaron a la Policía por supuestos «apremios ilegales». El funcionario judicial abrió una causa paralela para investigar ambas denuncias, no pudo incluir esos dos testimonios en el expediente judicial.

Ana, sin embargo, tenía los nombres de tres sospechosos. Entonces salió a buscar pruebas. «A los cuatro meses del homicidio me enteré dónde vivía uno de los asesinos. Y decidí disfrazarme de prostituta. Me puse una peluca, un pantalón de mi nieta y entré diciendo que venía de la villa de ‘Los Eucaliptus’ y que quería comprarle ‘falopa’. Y además dije que había una ‘loca’ que quería conocerlo», contó la mujer.

La abuela de Jonathan obtuvo avances por su cuenta y logró fotografiar a uno de los presuntos homicidas. «Le dicen ‘El perro’. Las fotos las saqué yo. Después me amenazó un par de veces, pasó por mi casa en moto diciendo que iba a ‘hacerme mierda’. Le llevé las fotos al fiscal, pero yo no puedo identificarlo, apenas lo vi. No quiero venganza, lo que quiero es justicia. Mi nieto tuvo una vida muy difícil, era sencillo, de buenos sentimientos», relató la mujer.

Por el momento, la causa no avanza por la falta de testigos y pruebas que sitúen a los sospechosos en el lugar del crimen. Pese a una recompensa vigente del Ministerio de Seguridad bonaerense, que se sitúa entre los 50 y 150 mil pesos para quienes aporten información, después de unos días nadie volvió a presentarse ante el fiscal.

«Lo que necesitamos son testigos que hayan visto lo que pasó o puedan brindar algún dato para que el crimen de mi nieto no quede impune», concluyó.

(InfoBae)

LA REGION

NACIONALES

INTERNACIONALES

ULTIMAS NOTICIAS

Newsletter

Columnas