En una carta al ministro de justicia bonaerense, Carrascosa pidió la libertad y la revisión de su condena

Carlos Carrascosa, condenado por el crimen de su esposa María Marta García Belsunce y quien cumple prisión domiciliaria con pulsera electrónica, pidió hoy en una carta al ministro de Justicia bonaerense la revisión de su condena a prisión perpetua.
La misiva -que fue enviada por correo electrónico a Télam por el mismo Carrascosa- está dirigida al flamante ministro Gustavo Ferrari. Allí, Carrascosa dijo que ya no es “un pibe”, que tiene 71 años y que por el tiempo que pasó sin sentencia firme le correspondería la libertad.
“Soy Carlos Carrascosa, viudo de María Marta García Belsunce. Me dirijo a Ud. con todo respeto reclamando por la situación por la que estoy pasando”, comienza el texto.
“Primero que nada -continúa-, le quiero decir que luego de un juicio penal por homicidio, y si no alcanzaba por encubrimiento, el Tribunal Oral 6 de San Isidro me absolvió del homicidio, luego de cinco meses de juicio con 150 testigos de los cuales nadie me acusó”.
El viudo le asegura al ministro que “hay pruebas científicas que prueban” que su mujer “había fallecido 40 minutos antes de que yo llegara” y que ese tema no se trató en su juicio realizado en 2007, sino en el que se hizo en 2011 con sus familiares por encubrimiento.
Mencionando los horarios de los llamados telefónicos registrados en el sistema VAIC, la declaración de los vigiladores del country Carmel de Pilar y las “contradicciones” de la masajista Beatriz Michelini, Carrascosa afirma que “todo eso cierra un círculo vicioso de alguien que quiere tener a una persona presa sin ninguna prueba en su contra”.
“Todo esto hizo que el fiscal Diego Molina Pico, al apelar mi absolución sobre el homicidio, inventara una historia en la cual cambia horarios, ignora al médico forense y fija horas de la muerte que no tienen nada que ver con la realidad”, señala el viudo.
También critica a Molina Pico por haber ido al velatorio y no pararlo como era “su obligación” y a los dos médicos que concurrieron a su casa y pese a que se pensaba en un accidente, era una muerte violenta y no enviaron el “código azul” para convocar a la Policía.
“Esta historia fue tomada como la válida por los jueces de Casación (Benjamín Sal Llargués, Horacio Piombo y Carlos Natiello), los cuales sin prueba nueva y en una función que no les corresponde, dieron vuelta el fallo a culpable”, dice el viudo.
“Apelé a la Corte provincial y se tomaron tres años para decir que estaba mal presentado por mi abogado, cuando leyendo la primer hoja ya lo hubieran podido decir si así lo creían. Ante esto apelo a la Corte nacional y el 5 de diciembre del 2014 ordenó la revisión completa de mi causa”, agrega.
“Ya llevo siete años preso, cinco y medio en la unidad 41 de Campana y 14 meses en lo de un amigo con pulsera y una caución de un millón de pesos que, como no los tengo, se los debo a mis amigos”, explica el viudo.
Carrascosa asegura que el Tribunal de “Casación que es quien tiene que revisar seriamente la causa” y “aún no han logrado formar un tribunal independiente” integrado por jueces que no hayan emitido opinión previa en la causa.
“No soy un pibe, tengo 71 años, y me mantengo a ocho pastillas por día, una especie de terapia intermedia en la que vivo, y con la espada de Damocles de esa acusación inédita”, dice Carrascosa.
Además, pide “que de una vez por todas me den la segunda instancia, para defenderme de esa acusación que llevo sobre mis espaldas hace ya siete años”.
Asegura también que “luego de tres años de estar preso sin sentencia firme” le “correspondería la libertad” y recuerda que se la “negaron en varios Habeas Corpus presentados” por su defensa.
“Así no es la Justicia que dijo nuestro presidente en el Congreso. Porque ‘la justicia lenta, no es justicia’. Esperando una resolución rápida, como así ordenó la Corte Nacional. Lo saludo atentamente”, finaliza el texto firmado por Carrascosa, quien le pidió a Télam difundir su DNI, 4.443.512; su dirección de mail, [email protected] y su número de teléfono celular, 1151371066.
Luego de pasar cinco años y medio preso en el penal de Campana, desde febrero del año pasado y por haber superado los 70 años, Carrascosa cumple arresto domiciliario con tobillera electrónica en la casa de un amigo en el country Centro Urbano Barrancas de Escobar (CUBE).
La socióloga García Belsunce (50) fue hallada muerta el 27 de octubre de 2002 en su casa del country Carmel de Pilar, con medio cuerpo semisumergido en la bañera y su marido declaró siempre que él pensó que había sufrido un «accidente» y se había golpeado con las canillas.
La autopsia practicada a 36 días del hecho comprobó que había sido asesinada de seis balazos en la cabeza y el viudo fue detenido tiempo después como principal sospechoso.
La familia García Belsunce siempre creyó en la inocencia de Carrascosa y sostuvo a lo largo de la causa la teoría de que María Marta llegó a su casa y se encontró con ladrones que la asesinaron para que ella no los denunciara, y que en el hecho podrían estar involucrados vigiladores y algún vecino del country.
No obstante, además de Carrascosa, en un segundo juicio oral fueron condenados por «encubrimiento» otros cinco imputados, entre ellos tres familiares de la víctima.

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