Comienzan los alegatos en el juicio por el crimen de la misionera Araceli Ramos

El juicio que se le sigue al ex suboficial de la Prefectura Naval (PNA) Walter Vinader por el crimen de la joven Araceli Ramos y la desaparición de la anciana Aida Amoroso, ambos casos cometidos en 2013 en el partido bonaerense de Tres de Febrero, ingresará este martes en la etapa de alegatos.
Fuentes judiciales informaron que la audiencia que encabezarán los jueces Mónica De Benedetto, Julio César Di Giorgio y Marcelo Machado, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC 4) de San Martín, está prevista para las 10 en el edificio situado en Ricardo Balbín 1753 de esa localidad.
El primero en alegar será el fiscal de juicio Ernesto Farber, mientras que luego lo harán los abogados Ana Laura Palmucci y Christian Poletti, que representan como particular damnificada a Criselda González, madre de Araceli.
En tanto, para el 24 está previsto el alegato de los defensores oficiales de Vinader (40), Ricardo Thomas y María Fabiana Natiello.
«Hay sobrados elementos para que Vinader reciba una condena a perpetua», dijo a Télam Palmucci, que adelantó que solicitará esa pena para el acusado.
En el juicio, que comenzó el 3 de mayo y declararon 70 testigos, Vinader está acusado por la «privación ilegal de la libertad seguida de muerte en concurso ideal con homicidio criminis causa» de Araceli (19) y por la «privación ilegal de la libertad agravada por tratarse de una persona mayor» de Amoroso (81).
Al declarar en el debate, el ex efectivo de la PNA dijo que no conocía a ninguna de las dos víctimas, pese a que hay prueba de que tuvo contacto con Araceli y testigos lo ubicaron en la casa de Amoroso antes de que desapareciera.
Para la fiscalí­a, el crimen de Araceli fue un plan perpetrado por Vinader para vengarse de su ex esposa y de los policí­as que lo detuvieron en la localidad bonaerense de Suipacha, en el marco de una causa por extorsión por la que fue condenado.
Según la acusación, el 30 de septiembre de 2013, Araceli salió de su casa de la localidad de Loma Hermosa rumbo a una vivienda de la calle Puán 3754 de Caseros, ambos domicilios Tres de Febrero, donde la esperaba Vinader con la excusa de una falsa entrevista laboral.
En esa casa, la joven fue obligada a grabar un video donde -visiblemente presionada-, involucró a la ex mujer de Vinader y a dos policí­as bonaerenses en el crimen de Verónica Celeste Fernández (32), una prostituta hallada asesinada en noviembre de 2012 en Vicente López.
En el video, Araceli también dijo que si algo le pasaba a ella, habí­a que responsabilizar a esa mujer y a los policí­as señalados.
El cadáver de Araceli fue encontrado 12 dí­as después en un descampado ubicado en avenida Crovara y General Paz, en Villa Madero, partido de La Matanza, y la autopsia determinó que habí­a sido estrangulada y tení­a golpes.
Vinader quedó involucrado por haber mantenido 25 llamados telefónicos con Araceli antes de la falsa entrevista, en tanto que se halló una foto de la víctima en su netbook.
Los peritos de la Policía Científica que declararon en el juicio dieron por acreditado que el imputado asesinó a la joven en la casa de Amoroso, situada en Puán 3754, de Caseros.
El licenciado Marcelo Cottier le explicó a los jueces que en esta causa usaron el microscopio «Gran Comparador», que usualmente se emplea para cotejar las estrí­as de balas y las marcas de las vainas, para analizar el alambre con el que fue atado el cadáver de Araceli.
Cottier aseguró que el alambre que sujetaba en posición fetal el cadáver en un descampado de La Matanza y el secuestrado en la casa de la calle Puán no sólo coincidí­an morfológicamente, sino que ambos fueron cortados «por la misma herramienta».
Además, en esa vivienda se hallaron restos de ADN de Vinader y de Araceli en un vaso y del acusado en en un inodoro y en una sábana.
La investigación en torno a esa casa le hizo descubrir a los pesquisas que la dueña, la anciana Amoroso, estaba desaparecida desde septiembre de 2013 y que a esa propiedad solí­a ir Vinader, quien así­ se transformó en el principal sospechoso.
El acusado hací­a algunos años habí­a sido compañero de prisión del hijo de la anciana, Emilio Rezzónico, quien a su vez habí­a fallecido de una enfermedad terminal y luego fue cremado.
Los pesquisas creen que tras la muerte de Rezzónico, Vinader se deshizo de la anciana y quiso quedarse con su casa.
Cuando se allanó la vivienda de Vinader en el barrio porteño de Mataderos, se encontraron documentos relacionados con el inmueble de Caseros, así­ como papeles de Rezzónico y su madre.

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