Travesura de adolescentes: “Viajaron a Iguazú porque una de las chicas no conocía las Cataratas”

Relató Paulina Nuñez madre de Paula, una de las menores que mantuvo en vilo a toda la sociedad en las últimas horas y que finalmente se reencontró con su hija en Iguazú junto a sus compañeros de colegio. Los tres menores están sanos y salvo.

 

El relato quedará en la anécdota dentro de un tiempo, aunque la angustia que generaron tres menores a sus padres no será fácil de digerir. Tres alumnos del Instituto Gutenberg de Posadas, de 15 años de edad, se mandaron una “travesura de adolescente”  como lo calificó Paulina Nuñez, madre de Paula, quien junto a dos compañeros de clases, decidieron realizar “un paseo para distenderse a las Cataratas”, porque una compañerita no conocía el Parque Nacional Iguazú.

El raid de los menores que mantuvo en vilo a la sociedad durante la jornada del viernes, comenzó el jueves por la mañana, cuando salieron desde sus domicilios rumbo al establecimiento educativo ubicado por calle Entre Ríos pero nunca entraron a clases. La primera señal de alerta llegó cuando el preceptor avisó a los padres que había visto a los menores, aunque no ingresaron al aula. Rápidamente comenzaron las llamadas al celular de Paula “pero nunca me atendió y tampoco me contestaba los mensajes”, dijo Paulina desde Iguazú, hacia donde tuvo que viajar para reencontrarse con su hija Paula, esta tarde. El siguiente paso que dio la desesperada mujer fue llamar a “su noviecito quien me dijo que no estaba con ella”, lo que nos preocupó aún más.

 

Transcurridas las horas, Paula envió un mensaje tranquilizador comunicando “que se encontraba bien y que no me preocupe”, dijo la madre.

La noche del jueves y el amanecer del viernes fueron horas interminables y de profunda tristeza para la familia de los tres jovencitos porque las noticias no eran fluidas “y uno se imagina cualquier cosa”, acotó César, padre de Paula.

Según lo que se pudo reconstruir a partir del relato que los niños realizaron a sus padres, desde Posadas se trasladaron hasta Garupá, donde viviría el jovencito del trío juvenil y allí abordaron un colectivo con destino a Puerto Iguazú. Ya en la ciudad de las Cataratas, rentaron una habitación de un hotel ubicado en calle Guaraní para descansar y prepararse para el recorrido al Parque Nacional Iguazú.

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Necesitaban dinero

Se desconoce con qué dinero adquirieron los pasajes para viajar hasta Iguazú, aunque si se pudo comprobar que cuando arribaron al norte de la provincia, ofrecieron para vender a quien quisiera, una cadenita de oro de mucho valor.  La oferta le llegó a un reconocido cheff quien enseguida se dio cuenta de la situación y no aceptó comprar, sino ofrecerle dinero para que puedan solventar sus gastos, confiando que, cuando pudieran, reintegrarían los $1700 pesos que le entregó. Con ese dinero aprovecharían para afrontar gastos mientras paseaban por Iguazú.

Una vez que se dieron el gusto de visitar Cataratas y cumplirle el sueño a una de las niñas que no conocía la Maravilla Natural, Paula se comunicó con la madre confirmándole lo que ya comenzó a trascender en la siesta misionera: “Estamos en Iguazú me dijo en un mensaje y rápidamente salimos a buscarlos”, confirmó la madre Paulina.

Esos kilómetros por la ruta 12 fueron interminables, porque más allá de que la Comisaría de la Mujer informó que los tres menores estaban sanos y salvos, nada tranquilizaría a los padres hasta encontrarse con los chicos y comprobar que no les había pasado nada. “Lo único que puedo decirles es que fue una travesura de adolescentes porque una de las chichas quería conocer las Cataratas”, repitió Paulina a una radio posadeña.

Final feliz tras horas de mucha desesperación que movilizó a toda la provincia y que tuvo una resolución rápida a partir de la difusión en los medios y redes sociales. Quedan muchos interrogantes en el medio de esta historia, que seguramente comenzarán a responderse en el viaje de regreso desde Iguazú.

Fuente (Radio Cooperativa)

 

 

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