La tasa ecoturística de Iguazú recauda alrededor de 50 mil pesos diarios

La implementación del cobro de una tasa a los turistas que llegan a Puerto Iguazú sigue generando polémica. Desde un principio, el Municipio justificó el cobro del nuevo gravamen argumentando que es necesario dotar a la ciudad con la infraestructura adecuada para convertirla en un destino acorde con el principal recurso natural de la región, las Cataratas, declaradas en 2011 como una de las 7 maravillas naturales del planeta.
Con ese argumento el actual intendente Claudio Filippa consiguió la adhesión para que el Concejo Deliberante aprobara, sobre el final de 2015, la ordenanza que le otorga al Municipio la facultad para cobrar la tasa, denominada “eco turística”.

En un primer momento la disposición fue que el municipio llevara adelante las gestiones necesarias con la Administración de Parques Nacionales para celebrar un acuerdo que le permitiera incluir el costo de la tasa directamente en la entrada que pagan los turistas que ingresan al área cataratas, dentro del Parque Nacional Iguazú.
La controversia se instaló cuando en febrero de este año, de manera unilateral, la municipalidad tomó la decisión de comenzar a cobrar la tasa en el ingreso a la ciudad.
A pesar de la oleada de críticas que surgieron desde distintos sectores políticos y de la actividad turística local, el intendente Filippa sostuvo la medida. “La tasa llegó para quedarse”, dijo en tono categórico una de las pocas veces que se refirió al tema en forma pública.
No pasó mucho tiempo para que comenzaran las quejas de los propios turistas que, en algunos casos llegaron a protagonizar altercados que terminaron en enfrentamientos que hasta fueron filmados y subidos a las redes sociales.
Lejos de terminar, las protestas continúan y constituyen un elemento de conflicto con el que tiene que lidiar a diario el personal que se desempeña en ese sector, convertido en el más problemático de la administración municipal.
A pesar de los reiterados pedidos, MOL no pudo obtener información oficial sobre el monto que la municipalidad de Iguazú recauda por este concepto. El jefe comunal, Claudio Filippa, se negó a dialogar con este medio para aclarar la cuestión.
Sin embargo, según fuentes confiables, la cifra oscilaría en un promedio de 50 mil pesos por día, y que, solamente en Semana Santa, el municipio habría recaudado un millón de pesos.
El dato fue aportado por una fuente que trabaja en el sector, que además contó que los enfrentamientos con los turistas se estarían tornando cada vez más difíciles de manejar. “Nos llaman de chorros, de delincuentes… es un sector muy estresante”, suscribió, al tiempo que se quejó por las condiciones laborales. “Nos quitaron los viáticos y el refrigerio. Cada vez estamos peor. Las condiciones son pésimas y encima tenemos que soportar a la gente que nos insulta, nos dice de todo porque les da mucha bronca tener que pagar”, reveló la fuente, que pidió estricta reserva de su nombre.
La situación de conflictividad obligó a poner presencia policial en el horario de funcionamiento de la casilla de cobro, de 7.30 a 20. Durante esas horas dos efectivos de la policía de la provincia son destacados en el lugar.
El dinero es retirado en forma diaria por un empleado del sector de Contaduría –hombre de confianza del Intendente- quien además sería el encargado de depositarlo en una cuenta especial en un banco privado de la localidad.
Recientemente se compraron 15 contenedores de basura, que fueron distribuidos en diferentes sectores de la ciudad. Los mismos exhiben una leyenda que certifica que fueron adquiridos con dinero proveniente de la tasa eco turística.

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Consultados distintos referentes del ámbito turístico y político, las posiciones fueron, en general coincidentes. Todos están de acuerdo en que Iguazú tiene que beneficiarse de alguna manera con lo que pagan los turistas para conocer las Cataratas. Lo que nadie aprueba es la forma en la que se implementó el cobro.
El concejal Kevin Florentín (U.C.R.) la calificó como “un peaje interno”, mientras que desde la AHT (Asociación de Hoteles de Turismo) su titular, Marcelo Ghione, dijo que, si bien no se oponen a la tasa, el lugar donde se está cobrando no es el indicado.
“Sabemos que en muchos lugares del mundo se cobra una tasa similar, pero en Iguazú falta infraestructura para la contraprestación que tendrían que tener los turistas por el pago de la tasa”, apuntó Ghione en diálogo con MOL.
Además de los propios turistas, los más irritados con la tasa son los taxistas, sobre todo los brasileños. Las mayores quejas de éstos últimos se originan en la obligatoriedad del pago de la tasa a los pasajeros que están en tránsito hacia Brasil. Un claro ejemplo lo aportó Ericson Vieira, presidente del Sindicato de Taxistas de Foz de Iguazú. Relató que si un turista que se aloja en un hotel brasileño y viene a visitar las Cataratas del lado argentino, al regresar a su hotel lo obligan a pagar la tasa. “Eso genera mucha confusión y los turistas se enojan, y la peor parte la tenemos que soportar nosotros porque somos los que les tenemos que explicar”, refirió.
Por su parte, Ariel Núñez, referente de los taxistas locales, relató que los pasajeros que llegan al aeropuerto de Iguazú y se alojan en algún hotel de Foz, también tienen que pagar. El trabajador del volante relató el momento de tensión que tuvo que presenciar hace unos días, cuando dos funcionarios del Ejército Argentino que iban a la ciudad brasileña se negaron a pagar la tasa.

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