Un día como hoy hace 115 años nacía River Plate

Nacido el 25 de mayo de 1901 en el barrio obrero de La Boca, peregrinó por varias localidades hasta afincarse en Núñez. Es uno de los grandes del fútbol nacional. O como reza su himno, el más grande.

 

Dos clubes sociales y deportivos, de los tantos que coexistían en Buenos Aires y sobre todo en el populoso barrio de La Boca, decidieron aunar esfuerzos; para fusionarse, los obreros de la carbonera Wilson que jugaban en “La Rosales” y en “Santa Rosa”, y sus respectivos dirigentes, buscaron alguna idea que les diera una fuerte identidad. Hubo un grupo que propuso el nombre de Juventud Boquense (¿Se imaginan?), pero como el football todavía tenía una fuerte impronta de sus creadores anglosajones (escoceses e ingleses), adaptaron a ese idioma a las aguas que le dieron vida a la “Reina del Plata”. Por eso bautizaron como River Plate al club naciente (aunque en una traducción caprichosa ya queplate no significa plata en inglés), aquel 25 de mayo como hoy, hace 115 años. Dicen que hasta quienes habían votado otros nombres se convencieron cuando lo vieron en las actas: era el mejor y de ahí viene aquello de “River Plate, tu grato nombre”.

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El primer presidente fue Leopoldo Bard, un médico que llegó a ser diputado por la Unión Cívica Radical pero que en ese entonces oficiaba de jugador y capitán del naciente River. A los pocos días de la deliberación encontraron el terreno en el cual emplazar la cancha, cerca de la carbonera: en el lado este de la Dársena Sud del puerto.

Las camisetas y los colores que le daban la identidad definitiva a cada club no siempre nacían en reuniones y mucho menos en departamentos de marketing de marcas de indumentaria como actualmente. Se vestía lo que se conseguía, lo que estuviera a mano, y las camisetas blancas eran más fáciles de conseguir. Pero como muchos la utilizaban, a alguno se le ocurrió utilizar unos listones de tela roja que habían usado para desfilar en un carnaval: los abrocharon en diagonal sobre la casaca blanca para distinguirse. A la vez eran los colores de la bandera de Génova, lugar de procedencia de gran parte de los pobladores del barrio boquense. Pero durante el amateurismo se caracterizaría por otra a franjas verticales rojas y blancas con finas rayitas negras.

El devenir de un club de fútbol en esos primeros años era muy irregular y sinuoso: los partidos se armaban casi al estilo potrero. Según la tradición oral, el primer partido fue un triunfo ante Maldonado, con marcador desconocido. Pero una vez asociados a una entidad oficial (laFootball Association), River consigue su primer partido para la estadística: un enfrentamiento ante el equipo de Facultad de Medicina, el 30 de abril de 1905. Caen derrotados por 3 a 2 y cuenta una leyenda que el célebre Bernardo Houssay (futuro premio Nobel de Medicina) fue autor de dos goles. Difícil corroborarlo pero pese a la caída ante el equipo de médicos River se levantó y gozó de muy buena salud.

Según algunos historiadores, el arquero de aquel equipo también era delantero (o “centroforward”, un actual 9) del recién creado Boca Juniors y hay testimonios que aseguran que Pedro Moltedo –tal su nombre- jugó en la delantera xeneize la misma tarde luego de atajar para River Plate. Una postal de época, de dos clubes que nacieron en el mismo barrio como hermanos antes que superclásicos rivales. Convivieron años en la “República de La Boca” pese a un período de exilio que River pasó por Sarandi, cuando fue desalojado en 1906 por el Ministerio de Agricultura; pero al año siguiente vuelven al mismo lado, a la vera del Riachuelo, pegados a sus vecinos de Boca.

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Pero la historia grande de River empieza con un importantísimo hito: la victoria ante el máximo campeón del fútbol argentino hasta el momento, el imbatible Alumni que se había consagrado en todos los campeonatos disputados desde que nació River y hasta 1911. Fue el 12 de septiembre de 1909, por 1 a 0 con gol de Hernán Rodríguez. Ese año River sale subcampeón, como para avisarle a Alumni quién sería el que lo desbancaría del trono. River pasó a ser a lo largo de estos 115 años el máximo campeón argentino a nivel local, el equipo con más partidos ganados y menos perdidos, con más goles a favor y menos valla vencida, y el club que más jugadores le aportó a la selección nacional. Monumental.

Otro gran hito: el primer enfrentamiento con sus vecinos-hermanos de Boca Juniors, que ya se perfilaban como serios rivales. Un 24 de agosto de 1913, River le gana un partido oficial a Boca por 2 a 1, en cancha de Racing, con goles de Cándido García y Antonio Pereyra. Para esa época, el club de la banda roja ya había pasado de 40 socios originales a unos 4 mil.

El primer título llega en 1914, luego de una desgracia que los obliga a abandonar el predio en el puerto, una tormenta devastadora en 1913; pese a los intentos de reconstrucción fracasan en obtener el permiso de las autoridades y se ven obligados a alquilar la cancha de Ferro. Ese año conquistan la prestigiosa Copa Competencia Jockey Club (indicio de la mezcla de lo popular con lo aristocrático que se daba en la primer etapa amateur). Ese título le dio el derecho a disputar la Copar Tie Competition –que enfrentaba al campeón argentino con el uruguayo- que le ganó al Bristol de Montevideo.

En 1915, River vuelve por última vez a la Boca, a un predio en la manzana delimitada por las calles Pinzón, Caboto, Aristóbulo del Valle y Pedro de Mendoza. En 1920 llega el primer campeonato de Primera División (era amateur, claro está), aunque oficialmente el título lo obtiene ganándole a Quilmes un 9 de enero de 1921.

En 1923 el club se va acercando a la geografía del norte de la ciudad y se muda a Palermo, a Avenida Alvear y Tagle. Finalmente en 1936, Núñez cobija a River Plate para siempre.

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Es con el profesionalismo, a partir de 1931, cuando River se hace una potencia futbolística incomparable. Ese mismo año se preparó para eso: adquirió a Carlos Peucelle por 10 mil pesos al club Sportivo Buenos Aires, movimiento financiero que le valió el apodo de “millonario”. Se reforzó de tal manera que ya en 1932 conquistó su primer título de la era profesional.

Luego llegaron “el gran Bernabé” (como lo llama el tango “El sueño del pibe”) Ferreyra, primer goleador del club; más adelante, el “Charro” Moreno (según abuelos de actuales abuelos, el mejor jugador que haya pisado el césped en Argentina), y uno de los primeros ídolos, Adolfo Pedernera.

Para fines de la década del ´30 aparece el gran símbolo riverplatense: Angelito Labruna, goleador histórico del club que casi emparda a Arsenio Erico como mayor artillero del fútbol argentino (con 292 goles).

A principios de los ´40 nace “la Máquina”, una formación arrolladora, con una de las primeras delanteras que hicieron historia y que se relatan de memoria: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. Con ese plantel logra el primer bicampeonato en 1942, con un 2 a 2 ante Boca nada menos.

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Lo que le siguió es historia más moderna y un poco más conocida: Amadeo Carrizo -un revolucionario en el puesto de arquero-, Pipo Rossi, Di Stéfano (una de las primeras grandes figuras del fútbol argentino en el exterior), Enrique Omar Sívori, los hermanos Daniel y Ermindo Onega, el “Pinino” Mas, el Beto Alonso de las gestas frente a Boca como el 5 a 4 para campeonar en el ´72 o el gol con pelota naranja para dar la vuelta en la Bombonera en el ´86; los mundialistas Fillol, Passarella y Kempes; el “Pelado” Ramón Díaz; “el Enzo” con su chilena y su magia de príncipe inigualable; Alzamendi y el Búfalo Funes… Los que se cansaron de ganar en los ´90 como el Burrito Ortega, Crespo, Gallardo, el chileno Salas; y algunos ídolos recientes como el Cave-gol, el pelado Almeyda, el cabezón D´alessandro, el payasito Aymar…

No faltaron las malas en este camino a la gloria: el amargo descenso al infierno institucional y deportivo en 2011 y el paso por el Nacional B donde logró recuperarse; los 18 años de sequía hasta 1975; la racha adversa frente a Boca y los años esquivos en el plano internacional. Pero pesa tanto River en el fútbol argentino que parece inalcanzable.

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Y por eso también la Copa Libertadores y la Intercontinental de 1986 fueron quizás el mayor hito riverplatense, porque ubicó a River en lo más alto, para que el mundo supiera quién es “el más grande”.

Así van estos primeros 115 años de River, acumulando una banda de gloria.

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