«La guerra contra el narcotráfico está perdida», sentenció «Mi Sangre»

Henry de Jesús López Londoño, alias «Mi Sangre», busca cumplir su condena en Argentina. El narco colombiano reconoció en diálogo con Perfil que apelará el dictamen del juez federal Sebastián Ramos de ser extraditado a EEUU. Es que Henry de Jesús López Londoño teme que allí las represalias pongan en riesgo su vida.
Desde la cárcel de Ezeiza –donde se encuentra hace 3 años- acusó a la DEA de armarle una causa para perseguirlo políticamente y afirmó que «la guerra contra el narcotráfico está perdida».
«Mi Sangre» confesó que Argentina le regaló muchos momentos de «felicidad en familia» y afirmó que su esposa e hijos «aman este país». No obstante, tildó de «irresponsable» a Sergio Berni por haberlo presentado ante la sociedad como el gran «capo del narcotráfico en el mundo» y haber dejado a todos desprotegidos. «No se imagina lo que tuve que vivir con esa exposición mediática irresponsable».
Respecto a cómo está llevando emocionalmente este proceso, contestó: «Bien, con mucha paz. Con fortaleza espiritual. Estoy completamente convencido de mi defensa. En algún momento voy a encontrar quien abra la puerta y entienda en el derecho mis razones». Londoño no se considera un narco y mucho menos una amenaza social.
«La realidad jurídica de mi caso no arroja más que absoluciones de inocencia en 11 años de persecución política. Están las declaraciones de los mismos policías reconociendo que todo es falso. Pero hay dos mundos: uno mediático y otro procesal, diametralmente opuestos. En el ámbito mediático encontrás cientos de acusaciones en mi contra hechas por la policía colombiana, pero en los expedientes no hay un solo soporte jurídico que justifique esas acusaciones mediáticas», explicó en diálogo con Perfil.

—¿Por qué cree que lo persiguen?
—En 2008 vine a la Argentina y denuncié esta persecución. Lo que sucede es que yo tengo conocimiento del accionar ilegal de altos funcionarios de la policía.

—¿Estos secretos tienen que ver con las tareas de inteligencia que hizo como informante de la policía?
—En parte, sí. En los años 1993, 1992, estuve trabajando como civil para la policía colombiana, suministrando información en la guerra contra Pablo Escobar. Ahí conocí a oficiales de la policía empezando su carrera y secretos de ellos de un accionar ilegal. Ellos fueron ascendiendo y sienten que se ponen en riesgo si yo declaro.

—¿Estos secretos ya los denunció?
—Todavía no hablé. En esa carrera de ascenso, los oficiales llegaron a ser directores de la policía colombiana. En Colombia, tienen más poder que el presidente.

—¿Por qué no quiere ir a Estados Unidos? ¿Teme por su vida?
—El temor no es más que saber que la DEA fue solidaria con la policía colombiana en esa persecución. ¿Qué me puede esperar en los Estados Unidos?

Respecto a los nuevos lazos argentinos con la DEA, «Mi Sangre» dijo que «pueden hacer tomar decisiones que vayan en contra» de sus intereses en el derecho. Ante la pregunta de si creía que Argentina tiene posibilidades de frenar el narcotráfico con las nuevas políticas implementadas, Londoño aseveró que no. «Lo digo con muchísima tristeza. Yo me gasté gran parte de mi vida en la lucha contra el narcotráfico por vocación y convicción», contó.
«El círculo vicioso en el que nos tienen sumergidos y condenados, so pretexto de la lucha contra el narcotráfico, es asqueroso, es imposible que esta perversidad del narcotráfico se frene. Treinta años atrás, Colombia era el mayor productor y exportador de cocaína. Hoy lo sigue siendo y no sólo eso, sino que creció 40%. Eso lo dice todo. Esta guerra contra el narcotráfico la perdieron. La perdimos. Como la están haciendo, eso no es el camino», advirtió.
En referencia al posible accionar de carteles colombianos en Argentina, dijo que también los hay en Perú, Ecuador, Panamá, Holanda, España y Marruecos. «Hay una realidad que superó las políticas de lucha contra el narcotráfico», explicó. «Los Estados tienen que aprender a competir con el narcotráfico, no a combatir solamente. El narcotráfico entra en cada estrato de la sociedad porque hay vacíos estatales. Si se entendiera que es un problema de salud pública y no solamente de criminalidad, tendríamos mejores resultados en la reducción del consumo», lanzó.
Por último, asevero que «el negocio que hay de la lucha contra el narcotráfico deja más utilidad que el negocio de las drogas. Ese es el círculo vicioso en el que nos tienen condenados».»Mi Sangre» habló de su lucha por evitar la extradición a EEUU que caratuló de «injusta». El no se ve como un criminal peligroso, «sino un hombre común y corriente que estuvo en el lugar equivocado con gente equivocada»

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