La eliminación de Guaraní es un duro golpe que abre un interrogante sobre el proyecto deportivo del club

La increíble eliminación de Guaraní A. Franco todavía está «caliente» y va a tardar un buen tiempo en enfriarse, con ese gol de Iván Agudiak faltando apenas unos segundos para el final del partido y el pase a cuartos.

Ese tanto del delantero, además de dejar afuera al equipo misionero, y condenarlo a quedarse sin actividad oficial hasta agosto, abre una serie de interrogantes sobre el futuro inmediato del club de Villa Sarita. Esas cuestiones ya estaban pendientes de definición antes del cruce con el equipo de Diego Cagna, claro, pero con un pase a cuartos de final la historia podría haber sido otra. Las resoluciones se hubieran postergado y sin duda que el avance hasta las instancias finales hubiera influido en las decisiones finales.

Concretamente, la dirigencia de Guaraní debe decidir si este es el fin de un ciclo donde bancó un plantel costoso para la categoría y la realidad económica del club y la provincia, plagado de jugadores provenientes de todas partes del país, con una masa salarial que orilla el millón de pesos mensuales y que al club le cuesta cada vez más afrontar (hace poco hubo tensiones entre los jugadores y la dirigencia por este tema). ¿Seguirá apostando Guaraní a este modelo que lo llevó a resurgir y codearse con la elite en el 2014 y 2015?

Vivir con lo nuestro

El plan «B» es uno que podría llamarse «vivir con lo nuestro» y que consiste en «dejar ir» a muchos jugadores y quedarse con unos pocos profesionales llegados de otros lugares y un mayor componente de elementos locales o regionales. Es cierto que los contratos que firmaron el grueso de los jugadores tienen vigencia hasta fin de año o hasta mediados del 2017. Pero esto es fútbol, y los contratos pueden rescindirse.

En las próximas horas la dirigencia de Guaraní decidirá si va a licenciar a un plantel que ya no tiene competencia hasta agosto próximo, después de la Copa América. ¿Hacerlos jugar en la Liga Posadeña? Sería impensado, aunque otros clubes del Federal A que quedaron eliminados adoptarán esa modalidad con algunos (no todos) jugadores que encararon el torneo de la tercera división. Sin embargo, la jerarquía del plantel de Guaraní es diferente a la de esos equipos.

Le juega en contra a Guaraní que un plantel armado para pelear hasta el final, quedó eliminado en octavos. Es cierto que fue por la mínima diferencia y por apenas 30 segundos no pasó el equipo de los Zuccarelli. Pero no deja de ser una frustración. Guaraní no estaba obligado a ascender si o si al comienzo de esta temporada, pero la jerarquía y el costo de su plantel obligaban a llegar más lejos para poder decir, al final del certamen, en 2016 seguiremos apostando a este modelo, que puede dar sus frutos, pero que tiene un costo que en esta Argentina del «sinceramiento» y de vacas flacas, parece demasiado…

Los resultados deportivos no fueron tan malos, se perdió contra el equipo más grande del interior del país (de los que militan en la categoría) y en el último suspiro. El problema principal parece ser que Guaraní armó un equipo de determinada jerarquía y después ese presupuesto le quedó grande contrastado con la malaria económica que sobrevino. Desde ahí, solo las victorias parecen capaces de sostener el sobre-esfuerzo económico.

Dos descensos y una elimianción dolorosa

Con el mazazo de esta tarde, el fútbol misionero suma su tercera frustración en menos de seis meses. Los descensos de Crucero del Norte a la B Nacional, de Guaraní al Federal A y esta dolorosa eliminación que abre un interrogante para los próximos meses donde nada está claro. También es cierto que en el fútbol argentino en general, nada está claro de acá a los próximos meses. Fútbol para Todos, la conducción de la AFA, la Superliga, los formatos de los torneos, todo está por verse. Será cuestión de esperar y ver…

 

MB

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