Por sus investigaciones de las Misiones Jesuíticas-Guaraníes desde hace 30 años, el investigador de la Universidad Nacional de Misiones, Alfredo Poenitez fue nombrado «Miembro correspondiente» por Misiones en la Academia Nacional de la Historia, prestigiosa institución que reúne a los historiadores más prominentes del país. Al referirse a los guaraníes que se mestizaron con los criollos, formaron nuevos pueblos y hoy se los conoce en Corrientes como el «mencho», en Rio Grande como «gaúcho» y en Paraguay como «paisano», los verdaderos descendientes de las Misiones Jesuíticas, dijo.
Para Poenitz, la distinción honorífica que recibió el pasado 10 de mayo en la sede de la ANH en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es “un reconocimiento a las investigaciones de las Misiones Jesuíticas y post Jesuíticas» y su función dentro de la Academia será de asesoramiento y colaboración de esta zona del país para la actualización de las historias regionales.
Cómo nació el «Mencho» correntino
En el acto de incorporación como miembro c orrspondiente le entrearon una medalla, un amigo suyo el arquitecto Ramón Gutiérrez miembro hace muchos años lo presentó a Alfredo Poenitz quien a continuación dio una conferencia sobre Los Guaraníes desde la época prehispánica, o sea antes de la llegada de los jesuitas, después los guaraníes con los jesuitas, cómo se forma una nueva cultura a partir de ese mestizaje cultural.
Al referirse a su tesis doctoral «creo que es lo más original que es el mestizaje guaraní con el criollo después de la expulsión de los jesuitas, en especial con el criollo correntino, donde nace un nuevo tipo humano que es el mencho correntino, como el gaúcho en Rio Grande do Sul o el «paisano» en Paraguay», producto del mestizaje del criollo y el guaraní que se produce a partir de la dispersión de los guaraníes tras la expulsión de los misioneros jesuitas, y los más jóvenes comienzan a irse a las estancias que estaban fundando los criollos en la Banda Oriental, en Entre Ríos, en Corrientes y en Paraguay, entonces empieza el mestizaje del guaraní con el criollo y hoy el hombre de campo del Litoral, ese mestizo guarani-criollo que se lo llama de diferente manera, paisano, gaúcho, mencho es el verdadero descendiente de las Misiones Jesuíticas».
Es oriundo de Concordia, Entre Ríos, hijo también del historiador Edgar Poenitz, hace 30 años que se encuentra trabajando inicialmente en las Misiones post jesuíticas, después hizo un doctorado en Antropología para entender el punto de vista del nativo en ese contacto entre jesuitas e indios guaraníes y su tesis doctoral al que dedicó muchos años «es la permanencia de muchos elementos de la cultura guaraní, en dos pueblos fundados por guaraníes misioneros, San Miguel y Loreto hoy en Corrientes en la década de 1820, cuando se dispersaron los guaraníes por todo el Litoral y los últimos pueblos de los guaraníes-misioneros fueron los mencionados, con pobladores sobre el río Paraná que habían estado en el departamento de Candelaria en Misiones».
Poenitz vive desde hace 20 años en Misiones, es docente investigador en la Universidad Nacional de Misiones donde dirige la maestría «Culturas Jesuítica Guaraníes» que se dicta en la facultad de Artes y Diseño en Oberá, espacio que reúne a todos los académicos y profesores visitantes que estudian los diferentes aspectos de las Misiones, como arquitectos, historiadores, sociólogos y arqueólogos.
Ese espacio se dicta por cohorte, en diciembre terminó la segunda cohorte y en estos momentos los alumnos están haciendo su tesis para la especialización.
La migración de los Guaraníes a las ciudades
En entrevista con Misiones on Line, al ser consultada su opinión acerca de las familias de guaraníes, hombres, mujeres, niños que desde hace tiempohan migrado de sus aldeas del interior y viven y deambulan por las avenidas de Posadas, o están al lado de la Catedral o en la vereda de los comercios frente a la plaza 9 de Julio respondió que está bien el planteo y señaló que «hay que hacer una diferenciación, hay que destacar el hecho que los guaraníes de hoy- que estaban emparentados con parte de la gran familia guaranítica- en realidad son los que evitaron y se rebelaron a la evangelización , no quisieron ser evangelizados por los misioneros jesuitas y fueron a vivir durante decenas de años en el Matto Grosso y allí estuvieron hasta principios del siglo XX y después comenzaron a migrar por Misiones, el sur de Paraguay, se los encuentra también en Rio Grande do Sul, en Brasil.
En cambio , refirió que los descendientes directos de las Misiones Jesuíticas son los guaraníes que se mestizaron con los criollos, formaron nuevos pueblos y hoy se los conoce en Corrientes como el «mencho», en Rio Grande como el «gaúcho» y en Paraguay como el «paisano».
Es decir, en la doble diferenciación el historiador explicó que si bien en los orígenes son de la misma familia guaranítica, los descendientes de los que no entraron en los pueblos jesuíticos son los que hoy están en nuestras selvas, en nuestras calles o dispersos por diferenes lugares».
Si bien su medio natural fue siempre la selva, la sobrevivencia los ha llevado a sobrevivir hasta nuestros días, el tema es -siguió explicando Poenitz- «que la presencia del español con las encomiendas en el siglo 18 y luego con las misiones jesuíticas fueron ganando el espacio que antes eran ocupados por ellos y fueron quedando relegaods y cada vez más coartados su habitat natural y hoy en día están en esta situación en que no están incorporados a la sociedadd y por otra parte su medio natural les ha sido coercionado».
El investigador considera en general que «las políticas nacionales no atienden las políticas indígenas, si bien en Misiones hay una dirección de Asuntos Guaraníes falta mucho para entender y atender mejor esta problemática», dijo.
Alfredo Poenitz, flamante miembro de la Academia Nacional de Historia. (Audio Misiones on Line).
Alfredo Poenitz, investigador de las Misiones Jesuítico-Guaraníes.
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