Quedó firme el fallo que condenó a siete años de cárcel al narco-remisero

El remisero José Palazzo (64) quiso ingresar desde Encarnación, Paraguay, 18 kilos de pasta base de cocaína en 2014. El 26 de abril de este año, lo condenaron a siete años de prisión. Jamás delató a quienes lo habían contratado y sus familiares, desde el anonimato, alertaron acerca de amenazas. Este miércoles se le notificó al hombre que la sentencia quedó firme, porque hubo recurso de apelación.
“Colaboré hasta donde pude con la Justicia. No dije más para proteger a mi familia”, dijo ante el Tribunal Federal antes de la sentencia de los camaristas Norma Lampugnani, Manuel Moreira y Mario Hachiro Doi.
La única preocupación del hombre y de los suyos era poder cumplir con el castigo en un penal más cercano al sur de Buenos Aires, donde tenía residencia hasta que cayó con un cargamento de droga en el puente San Roque González de Santa Cruz, que une Posadas con Paraguay.
Palazzo cayó preso en un operativo que hizo la Aduana el 9 de septiembre de 2014. En el juicio se mencionó que fue un trabajo de ocultamiento de la droga de buena calidad y que solo fue descubierto por la perspicacia de los aduaneros, a los que les llamó la atención dos datos: que Palazzo estaba muy nervioso y el desorden que había en el baúl. Recién con el escaner detectaron que en el caño del aire acondicionado, a la altura del torpedo del Chevrolet Agile negro, había envoltorios tipo ladrillos. Lo mismo marcó el aparato en los paneles de las puertas. En total había 32 “panes” envueltos en papel de aluminio, que pesaron 18,645 kilos de pasta base de cocaína.
El hombre había salido del país el 7 de septiembre, por el mismo puente. Lo delataron el nerviosismo y las respuestas erráticas, como cuando le preguntaron adónde iba como destino y dijo que a Posadas. O cuando le consultaron de dónde era y dijo Córdoba.
La familia de Palazzo dice que el hombre actuó con desesperación ante una necesidad económica. Ahora intentará que el remisero, padre de dos hijos, cumpla la pena cerca de los suyos.
El hombre y su abogada, Susana Criado, no hicieron uso del recurso apelatorio. Es más tampoco habían querido ir a debate oral, pero afrontaron el proceso porque falló el intento de un juicio abreviado, porque la fiscal Vivian Barboza lo rechazó.

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