No es una novedad entender la incorporación del capital humano a la empresa como un proceso complejo, que requiere la valoración de múltiples dimensiones a la hora buscar o detectar el candidato más apto para un puesto de trabajo. Este proceso incluye por un lado la conformación precisa, por parte de la organización, de los perfiles específicos de cada puesto, y su consecuente grupo de requerimientos necesarios (en términos de competencias) para la efectiva ejecución del mismo.
Por el otro, la detección del potencial afín a este conjunto de requerimientos implica una evaluación de la conducta humana en términos de habilidades, actitudes y capacidad adaptativa a un escenario organizacional específico. Es decir, incluye no solo las llamadas “habilidades duras” referidas al conocimiento y la destreza que puede demostrar una persona para desempeñar efectivamente un conjunto de tareas, sino también a todos aquellos aspectos de la personalidad que se ponen en juego en su integración efectiva a un grupo humano y a una cultura organizacional específica.
Por lo tanto, hay un valor agregado de la evaluación psicotécnica dado por la información que brinda a la organización, no solo en cuanto a inferir cuáles son las posibilidades que tiene un individuo de hacer bien su trabajo, sino además, de pronosticar su integración saludable a un grupo humano complejo, dentro de una cultura organizacional particular, que la hace única y diferente de todas las demás.
La relevancia del Psicólogo en el escenario organizacional
Es importante conocer en profundidad los mecanismos de evaluación psicolaboral para optimizar sus aportes a la demanda específica. Si bien se trata de un proceso de evaluación de la personalidad en el cual es habitual el uso de técnicas de evaluación psicodiagnóstica, no obstante, requiere ciertas condiciones de sistematización y especialización propias del campo organizacional-laboral. Esto conlleva, para el profesional psicólogo, una específica preparación, tanto en lo referente a las nuevas estrategias de evaluación, como a la aplicación efectiva de las técnicas a una evaluación del desempeño laboral.
La evaluación psicolaboral -o psicotécnica- se ha convertido en un recurso indispensable que le permite al empleador disponer de un diagnóstico bastante preciso acerca de la personalidad y las aptitudes intelectuales y adaptativas de un futuro trabajador, algo que no llega a apreciarse, acabadamente, en un currículum vitae ni en una entrevista personal.
Actualmente, en nuestro país, cada vez más empresas optan por contratar este servicio y sumarlo como instancia final al proceso de selección. Por ende, cada vez más los psicólogos somos convocados a intervenir en tales circunstancias, como profesionales especializados y deontológicamente habilitados para llevarlos a cabo.
La intervención específica en este ámbito laboral de la Psicología, constituye para los profesionales, una corriente diferente, con nuevos desafíos, nuevos escenarios de desarrollo profesional y nuevas posibilidades de formación y crecimiento intelectual.
Lic. María Cecilia Solís
Psicóloga, egresada de la Universidad Nacional de Córdoba. Especialista en Psicología Organizacional y del Trabajo.
Docente en la carrera de Psicología en la Universidad de Buenos Aires, en la Pontificia Universidad Católica de Buenos Aires y en la Universidad de Flores. Dicta clases en las Cátedras Psicología del Trabajo, Psicología Organizacional, Capacitación y Desarrollo de los Recursos Humanos y Psicodiagnóstico Laboral.
Es Miembro vocal de APSILA (Asociación de Psicólogos Laborales de Argentina) e integrante del Comité Organizador del Congreso Internacional de Psicología del Trabajo y las Organizaciones.
Responsable del Dpto. de Orientación Laboral y de los seminarios de capacitación para psicólogos en APSILA, sobre temas de evaluación psicolaboral.
En la práctica privada realiza actividades como Consultora Free Lance en evaluaciones psicotécnicas y capacitación organizacional.
Datos de contacto: [email protected]
