La última frase del jugador de Nueva Chicago asesinado: «Ya me voy, no siento el cuerpo»

La noticia cayó como un balde de agua fría. El defensor de Nueva Chicago Rodrigo Espíndola falleció en la madrugada del viernes, en un hospital de Monte Grande, por la herida sufrida tras ser baleado en el tórax por dos delincuentes, que no robaron nada.

A partir de ahí, todos los canales de TV se hicieron eco de otra muerte absurda como consecuencia de la inseguridad. Y lo más dramático del caso es que el jugador del Torito salió en defensa de su mujer y su hijita y los malvivientes lo fusilaron sin mediar palabra. “Ya me voy, no siento el cuerpo”, fueron sus últimas palabras.

Una testigo reveló datos que ponen la piel de gallina. “Tenemos una comisaría a 300 metros y tardaron 15 minutos en llegar. Siempre pasa lo mismo en este barrio, los hechos de inseguridad son muchos y les han robado a casi todos los vecinos”.

Algo que llama la atención es que los popes del fútbol argentino no suspendieron la fecha. El “Todo pasa” del fallecido Julio Grondona funcionó a la perfección, ya que sólo el Torito no jugará su partido correspondiente a la B Nacional. ¿Qué habría pasado si el futbolista asesinado hubiese sido de River o Boca? Seguramente, la repercusión habría sido otra y tal vez se habría parado el fútbol.

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