Caso Lucía Maidana: volvieron a rechazar el sobreseimiento de Nicolás Sotelo

El juez de Instrucción Uno de Posadas, Marcelo Cardozo, volvió a rechazar el sobreseimiento de Nicolás Sotelo, el único sospechoso imputado por el femicidio de la estudiante de Comunicación Social Lucía Maidana. Para el magistrado, el hecho de que se comprobara que las llaves que el muchacho arrojó sobre el techo de un jardín de infantes eran las del departamento de la universitaria impiden que se lo desligue del caso.
Es la segunda vez que desestiman un recurso similar planteado por la defensa del sospechoso, a cargo del penalista Alejandro Jabornicky. Por el primer planteo, el letrado acudió en casación ante el Superior Tribunal de Justicia. Allí aún no se resolvió esa cuestión.
«La argumentación del pedido de sobreseimiento se sustenta en un relato de toda la probanza recolectada en el expediente y no se circunscribe a analizar una real desvinculación de Sotelo respecto al hecho», sostuvo Cardozo.
Según el magistrado, el relato del testigo Mauricio Alegre «es preciso al afirmar que el imputado arrojó una llave que, según el mismo Sotelo era del departamento de Lucía Maidana, sobre el techo de un jardín de infantes días posteriores al homicidio. Relato confirmado por el hallazgo de las llaves en el mencionado techo. La posterior pericia determinó que coinciden con las del departamento de Lucía».
Para Cardozo, «si bien no es una prueba contundente que confirma la autoría del hecho, es un indicio que nos lleva a ahondar la investigación con respecto a Sotelo».
Ahora la defensa del sospechoso analiza apelar este nuevo revés.
Lucía, que era oriunda de Capioví y tenía 23 años, fue encontrada sin vida alrededor de las 21.45 del 6 de abril de 2013, luego de que los vecinos se percataran de había un incendio en el departamento dos que alquilaba la chica sobre la calle Estado de Israel 3495, en el barrio Villa Urquiza de Posadas.
Horas después la autopsia determinó que la chica había sido asesinada a golpes. La castigaron duramente en el cráneo con un martillo u objeto similar. Los forenses también dieron con indicios de abuso.
Antes de incendiar el departamento intentando borrar pruebas, el asesino limpió las manchas de sangre con un trapo de piso y hasta se habría bañado antes de escapar. La prueba de luminol develó sus movimientos.
El único sospechoso que está en la mira de la Justicia desde el inicio de la causa es Nicolás Sotelo, un ex estudiante Antropología que había tenido problemas con la víctima y su hermana Felicitas. Sin embargo, un cotejo entre su ADN y el que se consiguió en base al material genético recabado en el escenario del crimen dio negativo, por lo que no pudieron vincularlo con el hecho.
Sotelo estuvo preso durante un mes en 2013. Un año y medio después, Mauricio Alegre contó el relato del misterioso juego de llaves arrojado presuntamente por el acusado sobre el techo de un jardín de infantes ubicado sobre la calle Tucumán casi San Lorenzo. Entonces, las miradas volvieron a posarse sobre el único sospechoso.

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