El líder de Diputados pone una traba al juicio político, pero el Senado lo ignora

Renán Calheiros, Presidente del Senado brasileño rechazó este lunes la suspensión del trámite para un juicio contra la mandataria Dilma Rousseff decidida por el jefe interino de la Cámara Baja, Waldir Maranhao,y determinó la continuidad del proceso.

El trámite de juicio político contra Dilma Rousseff quedó este lunes trabado entre un pronunciamiento de la Presidencia de la Cámara de Diputados a favor de la anulación del trámite y otro posterior de la jefatura del Senado que confirma la continuidad del proceso.

Las decisiones contradictorias de los jefes de la cámara baja, Waldir Maranhao; y de la cámara alta, Renán Calheiros, se conocieron con apenas siete horas de diferencia y a dos días de la fecha en la que la oposición pretendía suspender el mandato de Rousseff por 180 días para someterla a un juicio político que apunta a la destitución.

La conmoción política por esta puja en el Poder Legislativo se produce en momentos en que manifestaciones a favor y en contra del juicio político eran convocadas en la ciudades de Brasilia y San Pablo.

Además, los movimientos sociales alineados con el gobierno ocuparon el segundo piso del Palacio del Planalto para “evitar el golpe” contra la Presidenta.

En ese contexto, Rousseff pidió “cautela” al conocerse la decisión de anular la votación de la Cámara de Diputados decidida por Maranhao, quien fundó su resolución en la ausencia de determinadas garantías de defensa de la mandataria y en otros vicios del procedimiento.

Brasil estuvo en vilo durante toda la jornada: al acoger un pedido del abogado del gobierno, José Cardozo, el diputado interino Maranhao se alineó con el gobierno y anuló la sesión, por lo que pidió que el expediente volviera del Senado para realizar nuevamente el juzgamiento en la cámara baja.

Pero horas después el presidente del Senado, Calheiros, rechazó devolverle el proceso a la cámara baja y mantuvo que el miércoles será el día de la votación sobre Rousseff.

El Senado, si la votación llega a concretarse y no media una intervención de la justicia, necesitará mayoría simple, 41 de los 81 senadores, para aprobar la suspensión por 180 días de Rousseff en su cargo. Ese número de votos encendería la luz verde para la asunción del vicepresidente Michel Temer.

“No se puede jugar con la democracia”, dijo Calheiros, del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB) del vicepresidente Temer. Calheiros fue aclamado por la oposición y se transformó en el hombre fuerte de la llamada ‘transición’ hacia un gobierno de Temer.

La cuestión es que la falta de acuerdo entre Diputados y Senado convierte la votación del juicio político en un barril de pólvora social: el movimiento Sin Tierra ocupó este lunes con 1.000 familias una hacienda usada por Temer en el estado de Sao Paulo y movimientos sociales ocuparon el Palacio del Planalto para resistir “al golpe de Estado en curso”.

Los opositores también convocaron a manifestaciones en las calles para protestar contra Maranhao, diputado del Partido Progresista (PP) que votó contra el juicio político y reemplazó en el cargo al proceso y suspendido Eduardo Cunha, llamado el ‘comandante’ del golpe.

Durante siete horas, el gobierno festejó con prudencia la decisión del presidente interino de la cámara de volver a votar el juicio político. Maranhao aceptó un pedido de la Abogacía General de la Unión (AGU) de que el proceso debe ser anulado por falta de tiempo para la defensa de la presidencia y porque los diputados, el 17 de abril, votaron con argumentos ajenos a la materia en cuestión, que son los movimientos en el presupuesto 2015 y la la llamada de “pedaleada fiscal”.

“Nosotros creemos, sí, que podemos tener un resultado diferente en Diputados con una nueva elección”, dijo el abogado general del gobierno, José Cardozo.

Este lunes, según Cardozo, el escenario es diferente porque Cunha fue apartado del cargo el jueves por múltiples acusaciones de corrupción, en una de las cuales está procesado y según la corte suprema, impedido de asumir la jefatura del Estado en caso de que Temer se ausente del país en un posible gobierno.

La noticia se conoció cuando Rousseff estaba en el Palacio del Planalto con movimiento sociales para festejar el anuncio por la construcción de cinco nuevas universidades, en uno de los últimos actos de su gestión antes de la votación.

Luego de citar a los alemanes que califican este proceso como el brasileño como un “golpe frío”, Rousseff comentó la decisión de Maranhao, el héroe del oficialismo y el nuevo villano para la oposición.

“Supe ahora, mirando la pantalla del celular, como ustedes , que un recurso fue aceptado y por eso el proceso está suspendido…por favor tengan cautela, vivimos en una coyuntura de mañas y artimañas” , declaró ante la ovación de los movimientos sociales, que acamparon en el Palacio del Planalto.

“Esto es una vergüenza y una incompetencia jurídica, no hay más instancia”, dijo Cassio Cunha Lima, jefe del bloque del Senado del opositor Parrtido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), quien fustigó la intención de Maranhao de acoger la denuncia.

A su vez, el ex presidente y fundador del PT, Luiz Inácio Lula Da Silva, sostuvo que la decisión del líder de los diputados le concede tiempo a su partido para «reorganizarse» en medio de la crisis y demuestra que el proceso contra Dilma está viciado de nulidad.

Por el contrario, Geddel Vieira Lima, uno de los miembros del entorno íntimo de Temer, consideró que la anulación de la votación en Diputados «es un hecho exagerado de un gobierno que está terminando». «Es algo que no me parece serio», completó.

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