El miedo se hace visible

El Gobierno de Mauricio Macri insiste en que en el segundo semestre se verán los logros de las medidas de ajuste aplicadas desde que asumió y los argentinos volverán a nadar en el mar de la abundancia y el pleno empleo con una inflación en el olvido. Mientras tanto, muchos se preguntan cómo se llega a la mítica segunda mitad del año o, peor aún, quienes serán los que lleguen.

Es que la inflación no da tregua, el empleo no se genera y cada vez es más difícil llegar a fin de mes para buena parte de los argentinos. En Misiones, los últimos días en lugar de mirar al segundo semestre, aparecieron reminiscencias no demasiado elogiosas sobre los 90.

La última suba de los combustibles aplicada por la Nación, con un acumulado del 30 por ciento en lo que va del año, acentuó las asimetrías de precios que ya padecía la provincia y más aún, con Paraguay o Brasil: es hasta cinco pesos más barato por litro cargar nafta del otro lado de la frontera, lo que reactivó el éxodo hormiga para buscar combustible y de paso, ropa o alimentos no perecederos, como ocurría en la última década del siglo pasado.

Eso se traduce en la fuga de miles y miles de pesos que desnudan los comercios de este lado de la frontera, ya agobiados por una caída del consumo y alquileres por las nubes imposibles de pagar.

El desmesurado aumento provocado por la devaluación y los sucesivos tarifazos de sinceramiento empujó según las estimaciones más optimistas a más de un millón de argentinos a la pobreza, pero el costo comienzan a pagarlo la clase media y hasta los empresarios que ansiaban un cambio y se pusieron el gorrito amarillo para hacer campaña. Se cuentan por decenas los comercios cerrados o en liquidación y hasta el dueño de una de las principales galerías comerciales de la capital misionera admite que se le está haciendo difícil cobrar el alquiler a los comercios que se muestran en la enorme vidriera céntrica. Entre uno y tres meses es la deuda acumulada. No rompe contratos por una sincera lectura: si se van, difícilmente vengan otros a ocupar los locales que, vacíos, no sirven ni atraen a potenciales compradores. No es el único en problemas. Hay decenas de comercios que cerraron sus puertas o están en plena liquidación.

Un economista a quien no se le puede reprochar olor a kirchnerismo señala con confianza que en los próximos meses los indicadores de inflación tenderán a bajar “si no hay más tarifazos”. Es decir, después de tocar un techo, los precios se estabilizarán en lo alto. El problema es cuántos quedarán debajo.

El último tarifazo en los combustibles tendrá un efecto rebote automático que se traslada a los precios de cualquier mercadería, mucho más en Misiones, donde el flete es clave a la hora definir costos. Pero también impacta en el consumo. Las ventas de combustibles registraron una caída de 28 por ciento, entre el 1 y el 5 de mayo, luego del aumento de 10 por ciento aplicado en naftas y gasoil.

La cosa no está fácil”, describió con claridad el gobernador Hugo Passalacqua durante su discurso en la apertura de las sesiones de la Cámara de Diputados. Para el mandatario, la clave está en no quedarse a esperar mejores tiempos, sino en que el Estado sostenga el rol de rector en el rumbo económico de la provincia.

En esa línea se enmarca la creación de la Caja de Créditos y Fomento para emprendedores que “necesiten un apalancamiento de recursos para poner en pie su proyecto”. Habrá una capitalización inicial de unos 500 millones de pesos que servirán para financiar inversiones productivas y del desarrollo local. Si es necesario y conveniente, se analizará el acceso a créditos internacionales, siempre y cuando sea para obras de infraestructura y de corto o mediano plazo para no hipotecar futuras generaciones como ya se hizo en los 90 cuando la provincia era gobernada por Ramón Puerta, hoy embajador de Macri en España.

Por aquellos años una de las estrategias de supervivencia fue la aplicación de un impuesto diferencial para los combustibles, que rigió entre 1996 y 2002 hasta que Eduardo Duhalde lo quitó.

El flash back es evidente. Por eso Passalacqua reclamó al ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay la reinstauración del ITC diferenciado para los combustibles para mitigar el impacto de las subas en Misiones que –desde siempre cuesta por encima del promedio nacional- y las asimetrías con Paraguay y Brasil.

Mientras duró, el ITC diferenciado bajaba los costos de los combustibles entre un 30 y 40 por ciento. En la misiva enviada a Prat Gray, Passalacqua advierte que si no se recupera ese paliativo, la fuga de misioneros a cargar combustible en las fronteras vecinas ocasionará una reducción del volumen de venta no solo en ese rubro, sino en otras actividades, lo que acarrea una reducción en la recaudación de impuestos a los combustibles, al Valor Agregado, Ganancias y los Ingresos Brutos, provocando un daño a la economía y una potencial pérdida de puestos de trabajo y otros daños colaterales.

 

La decisión política tomada por el Gobernador tuvo como correlato el inmediato respaldo de los sectores empresarios e incluso de la oposición. El PRO, que en Buenos Aires juega de local, aquí padece una situación incómoda, porque los “actores civiles” que acompañaron la idea del cambio como los comerciantes, son ahora los que están padeciendo los efectos de las políticas nacionales. En la Cámara de Comercio de Posadas hay varios dirigentes que se pusieron la camiseta amarilla y salieron a juntar votos. Pero ahora la misma entidad salió a pedir “medidas urgentes para afrontar la situación desesperante”. Antes de octubre lo que ahora se transformó en una triste realidad era minimizado como la “campaña del miedo” del kirchnerismo.

La Cámara de Comercio emitió en estos días dos duros comunicados que pintan con claridad el panorama que viven sus asociados. En uno reconoció los despidos “por el bajo consumo, producción y demanda”. El segundo utiliza la palabra “desesperante” y pide políticas diferenciadas para Misiones por su amplia frontera y las asimetrías que se generan con los países vecinos, Paraguay y Brasil.

Para un Gobierno nacional que se jacta de tener entre sus prioridades la protección de las economías regionales, la reinstauración del ITC diferenciado no debería ser un problema. Habrá que ver si tiene voluntad.

Pero lo cierto es que en los últimos meses, la apertura de las importaciones afectó a varias economías regionales mucho más que la recuperación de precios por la devaluación.

En el caso de la yerba mate, pasaron las dos semanas de tregua firmada entre los productores y el ministerio de Agricultura de la Nación y no hubo un solo avance. El laudo fijado por Ricardo Buryaile ya estaba por debajo de los costos estipulados por el Instituto Nacional de la Yerba Mate. Solo con la nueva suba del combustible, ese precio quedó aun más desactualizado.

Los funcionarios nacionales prometen la creación de un gran fondo de asistencia para garantizar que los productores cobren el precio acordado al contado. Pero mientras tanto, los grandes secaderos siguen manipulando la necesidad de los chacreros y pagan con cheques de hasta un año. La yerbatera correntina Las Marías lo hizo explícito en un correo electrónico que reveló el histórico dirigente Hugo Sand: “En las condiciones actuales NO PODEMOS pagar el precio oficial en un plazo razonable. Quien quiera cobrar recibirá un cheque a 297 días”, dice el texto del mensaje firmado por Roberto Navajas.

 

“Se puede pagar menos y más corto. A nadie se le obliga a vendernos materia prima. A quien no está satisfecho con nuestras condiciones hay que decir que las puertas siempre están abiertas, pero que se busque otro secadero”, dice, con la confianza de los poderosos.

Sand conoce de luchas yerbateras desde hace años y ha superado ya varias crisis. Por eso hay que prestar atención a sus palabras. “Hay un laudo de Nación que nos hace vender por debajo de nuestros costos, y estos señores alegremente nos dicen que no pagarán al contado. Habrá gente que comenzará a vender sus tierras como fue en el año 2001. Hay que investigar muy a fondo lo que ocurre porque esto traerá miseria y pobreza”, advirtió.

Sin embargo, ahora hay una mayor conciencia de los derechos acumulados en los últimos años. Ya no se entrega con tanta inocencia la yerba y hasta se animan algunos a levantar la voz ante el atropello. En la asamblea de productores realizada este sábado en Andresito, hubo una mayoría que decidió que si Las Marías no paga el precio acordado, bien puede abandonar los negocios en el pueblo. La paciencia está al límite, pero los productores prefieren evitar el conflicto por lo que decidieron esperar algunos días más para ver cómo avanzan las negociaciones con la Nación antes de tomar alguna acción directa.

En la yerba puede apreciarse con claridad el impacto de los modelos económicos. En los 90 se desreguló la actividad y el oro verde pasó a ser apenas una producción de supervivencia. Miles de productores abandonaron sus chacras y fueron a vivir en los arrabales. Los que quedaron, padecieron la actividad.

Hoy, aunque en la práctica hay organismos reguladores, el peso de los grandes aplasta a los más chicos con el libre juego de la oferta y la demanda y una mirada displicente del Estado nacional.

Esa condescendencia habilita maniobras especulativas que se suman a la inflación disparada. Solo en abril superó el 7 por ciento en promedio de acuerdo a las principales consultoras y aunque la esperanza es que se estabilice en el “segundo semestre”, ya será muy por encima de las estimaciones del propio Gobierno. La consultora Fiel, ultraliberal, revela que desde que asumió Macri, el costo de la canasta básica aumentó 33,5 por ciento. En apenas cinco meses. Eso, claro, destruye el consumo.

Aunque el PRO se esfuerce en repetir que todas las medidas se toman en beneficio de los más humildes, no se nota. Por eso, las críticas llegan desde distintos sectores. El obvio es el kirchnerismo residual, pero los más ortodoxos como Daniel Artana y Martín Redrado advierten que “no hay un programa integral” que resuelva los problemas sociales y económicos, lo que produce un desgaste “innecesario”.

“Si no hay incentivos, es muy difícil que la economía vuelva a crecer”, cuestionó Redrado, quien estuvo por Posadas donde mantuvo reuniones con hombres de negocios.

Y es que mientras se retacean incentivos a la economía real, se alienta la especulación financiera. Ahora cada argentino puede comprar “libremente” hasta cinco millones de dólares mensuales. Las Letras y Notas del Banco Central (LEBACs y NOBACs), que pagan una tasa de interés de 37,5 por ciento a 30 días no estarán alcanzadas por los impuestos a las Ganancias y sobre los Bienes Personales. ¿Para qué arriesgar inversiones si es más rentable apostar a la bicicleta financiera? Un capitalista pide un préstamo en el exterior a una tasa del 10 por ciento o menos, luego los convierte a pesos y lo deposita en el banco a generar intereses o compra Lebac. Al cabo de unos meses, retira su inversión local, cambia pesos por dólares libremente, le alcanza para pagar la deuda total contraída en el exterior y se queda con un diferencial sin que el dinero pase por un proceso productivo.

Esos beneficios contrastan con las medidas tomadas en beneficios de los trabajadores o incluso, la gran demanda gremial de 2015, el impuesto a las Ganancias. Hoy son más los trabajadores que tributan.

La preocupación expresada por la educación también contrasta con la situación actual de las universidades que quedaron al borde del colapso con el tarifazo energético que disparó sus costos operativos. Los docentes están al borde del paro por paritarias por debajo de las expectativas. La respuesta de Macri fue una recepción de cinco minutos y un aporte de 500 millones. ¿Cosa solucionada? En lo más mínimo. El dinero es apenas un adelanto del propio presupuesto universitario pautado para 2016. Apenas se pateó el problema para adelante.

El camino que elige el Gobierno provincial ante este escenario es la autoprotección. Más allá de la cordialidad institucional que se sostiene, cada día hay más voces disonantes con las políticas nacionales.

Passalacqua en su discurso ante los diputados resaltó la identidad misionera y defendió la prioridad de defender y cuidar el empleo en Misiones. Claramente marcó diferencias con las políticas de ajuste y aclaró que el endeudamiento sugerido por la Nación solo es una opción si sirve para obras de infraestructura y a un plazo breve para no endeudar a futuras generaciones.

“Este gobierno asumirá con responsabilidad estos nuevos desafíos, acudiendo a varias fuentes si es que fuera necesario, haciendo un uso austero, racional y ordenado de dichos recursos que nunca, en ningún caso serían destinados a gastos corrientes que dilapidan tamaño esfuerzo, sino a inversiones que nos ayuden a generar trabajo y progreso real para la gente. Justamente la capacidad de habernos desendeudado cuando pudimos hacerlo es lo que nos permite hoy explorar esta alternativa. Tal vez no haga falta, tal vez no los usemos nunca, pero saber que esa posibilidad existe nos permite soñar sin sacar los pies de la tierra”, reconoció.

El Gobernador ratificó la política fiscal como piedra basal del modelo instaurado por la Renovación que le permite asumir con recursos propios muchas iniciativas destinadas a sostener el empleo y la actividad económica.  Los ingresos totales de las DGR han crecido constantemente desde 2000 cuando se recaudaban 115 millones pesos. En 2015 se alcanzaron los 6.140 millones, con un crecimiento de 53,4 veces entre ambos años.

Con esos recursos se hará por ejemplo una inversión de más de cien millones de pesos para la compra de maquinaria vial que servirá para restaurar las rutas terradas en la provincia facilitando la circulación de la producción local.

No es una mirada sesgada. Efectivamente los recursos propios cobran una relevancia mucho mayor en tiempo de vacas flacas, como definió el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira, quien fue el primero de la Renovación que tuvo que lidiar con el alto endeudamiento y los efectos de la devaluación de 2002 que dispararon costos mientras los recursos escaseaban.

En abril Misiones recibió en concepto de Coparticipación Federal de Impuestos 1.172 millones de pesos. Se trata de 20,1 por ciento más que en abril del 2015, cuando percibió 976 millones. Pero la inflación de los últimos 12 meses, llegó al 40 por ciento, según las estimaciones de distintas consultoras privadas.

Pese a eso, y el contexto nacional marcado por despidos en los sectores público y privado, Misiones consiguió cerrar el primer mes del año con un incremento en la cantidad de trabajadores registrados. Según información oficial de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo de la Nación, en la provincia se liquidaron sueldos a 129.061 trabajadores en enero, lo que superó levemente a los 128.609 salarios liquidados en igual mes de 2015.

Passalacqua advirtió que “la democracia fue y será siempre un camino de dos vías, si una vía es obturada la otra prevalece y se arroga la verdad de las verdades, se desbalancea el sistema y así, la democracia real se desbarranca”. “No aspiramos a ser dueños de nada pero si permítannos ser consecuentes con nuestras convicciones así como respetamos la de todos”, afirmó.

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