Mientras está a punto de implementarse alcohol cero al volante como forma de buscar bajar el índice de accidentes en las calles, otro problema vinculado al tránsito crece, afecta la calidad de vida y pide también el debate de posibles soluciones.
Se trata del colapso de las calles del centro y la creciente escasez de lugares para estacionar.
El colapso ya salió de las cuatro avenidas. La tendencia se viene observando desde hace tiempo pero se acentuó en las últimos semanas. Cada vez es más difícil estacionar en las calles de Villa Sarita un día hábil después de las 8 de la mañana.
El colapso de las calles del centro, rodeadas por las cuatro avenidas, como lugar para dejar el vehículo sumado al aumento de la tarifa de los estacionamientos (ya se cobra $40 la hora) hace que cada vez más gente que viene por todo el día para trabajar, deje sus autos en las calles más próximas a las cuatro avenidas del tradicional barrio. También hay muchos empleados de la Cámara de Diputados que utilizan esos lugares para dejar sus vehículos.
Esta mañana a las 8, en las calles Alberdi y Coronel Alvarez (la esquina del California) no quedaba espacio para más vehículos cuando hace un tiempo era relativamente fácil conseguir ubicación en ese horario.
El supermercado ya está abierto a esa hora, pero los automóviles no son del público que va a visitar las góndolas, que empieza a ser más numeroso a media mañana, sino de automovilistas que deben ir a sus trabajos en oficinas, dependencias públicas o comercios del microcentro.
En rigor, muchas otras calles de zonas aledañas a las cuatro avenidas se están superpoblando de automóviles y la gente, a determinadas horas, prefiere directamente buscar un espacio para dejar su auto a varias cuadras del microcentro en lugar de perder tiempo dando vueltas infrucutuosamente. Otra zona muy elegida para dejar el auto de los que van al centro es en las inmediaciones de la sede del CAPRI, en Yrigoyen (continuación Bolívar).
MB
EP
