El conocido caso de la financiera Boston Continental volvió a arrojar novedades luego de que el Tribunal Oral Penal Nº1 hallara culpable a la banda de estafadores. El fallo fue confirmado ahora por el Superior Tribunal de Justicia (STJ), tras las apelaciones que presentaron los condenados.
La financiera Boston Continental tenía un sistema piramidal en el que los ahorristas firmaban un contrato, depositaban su dinero y recibían a cambio un interés mucho más alto del habitual. Los beneficios de unos inversores se pagaban con el dinero que depositan otros. Con el atractivo de los altos intereses, cientos de correntinos, misioneros, chaqueños y formoseños entregaban sus ahorros a la entidad cuyos empleados, en un primer momento, se excusaron en problemas informáticos para eludir los pagos.
El 28 de diciembre de 2007, tras dos años de funcionamiento, la financiera cerró sorpresivamente sus puertas, ante la mirada atónita de los ciudadanos que habían depositado su dinero. En la puerta quedó un cartel que citaba a los clientes para el 7 de enero de 2008, encuentro que nunca se concretó. Literalmente, los responsables de la entidad desaparecieron, ante lo cual se armó un gran revuelo público que inició la investigación de la Justicia.
Según dictaminó luego el mencionado tribunal, Marcelo Melgarejo y Hugo Rotella eran las cabezas de la organización ilícita. El primero ocupaba el rol de jefe, en tanto el segundo era quien organizaba las maniobras fraudulentas. Ambos recibieron la pena de 16 años de prisión por violar los artículos 210 y 45 del Código Penal, los que establecen las sanciones para los jefes u organizadores de una asociación ilícita. Asimismo se estableció que la abogada María del Carmen Montiel cumpla la condena de cuatro años como miembro de la organización, aunque fue absuelta del delito de estafa por insuficiencia probatoria. Montiel quedó inhabilitada para ejercer su profesión durante un plazo de dos años. En paralelo, Paula Breard de Megarejo fue encontrada culpable de encubrir la existencia de la organización, por lo que se la condenó a dos años de cárcel.
Cabe además recordar que el hijo de Rotella, Alejandro, estuvo prófugo de la Justicia por el caso. Tres meses después de que finalizara el juicio fue arrestado junto a su esposa, en la ciudad bonaerense de Chivilcoy. Según informaron en la oportunidad las fuentes cercanas a época, en un primer momento fueron demorados por efectivos policiales por su actitud sospechosa. Allí habrían dado identidades falsas a los uniformados, ante lo que los agentes notaron nerviosismo, por lo que indagaron aún más sobre ellos. En base a las averiguaciones practicadas en el registro de datos de la Fuerza de seguridad bonaerense, se supo que poseían pedido de detención vigente, por lo que se los detuvo. Tras ello fueron llevados a Corrientes. Según la investigación, Alejandro era una pieza fundamental en la financiera, ya que habría sido él quien poseía las llaves de las muchas cajas de seguridad que había en las oficinas de la Galería Corrientes, donde se guardaba todo el dinero. Los datos aportados en el juicio apuntaron a que éste se llevó la mayor parte de los casi 50 millones de pesos que desaparecieron.
Luego de los fallos del Tribunal Nº1, el STJ confirmó las sentencias para Rotella (padre) y Melgarejo, como así para Montiel y Breard, rechazando a su vez apelaciones efectuadas por los abogados defensores.
Fuente: diario Época de Corrientes