Chernobyl y el cambio climático

El devenir de la vida nos trae sorpresas, reales o aparentes, algunas inesperadas, otras previsibles gracias a la experiencia de nuestros ancestros o propia. Los gobiernos o corporaciones, rutinaria e históricamente han ignorado y no mensurado los perjuicios a la humanidad de las catástrofes con un “aquí no puede pasar”.

Ucrania en esa época, alojaba la cuarta parte de la totalidad de centrales de la antigua U.R.S.S., allí se sitúa Chernobyl, con el primer reactor de los seis proyectados construido en el año 1970. La explosión del cuarto y último construido sucedió el 26 de Abril de 1986 a las 1:23, llevándose las primeras muertes de Valerie Hodiemchuk y Vladimir Sashionok.

Correctamente dicho Chornobyl,  ha sido un punto de inflexión en varios aspectos; humano, tecnológico, político y científico; con mitos sobre la seguridad en ese tipo de reactores, sobre la verdad del juicio que se siguió a los directores de la planta y sobre las causas de la explosión del reactor.

Un desastre titulado de accidente con algo de fortuna para el pueblo ucranio por haber sido de noche y que los vientos alejen la radiación de la ciudad. Donde mucho indica que podría haber sido prevenido si se hubieran evaluado a tiempo las previas pérdidas de radiación.

Una nube de radiación que a los pocos días de haber sobrevolado Bielorrusia, se dirigió al interior de Europa, imaginemos que sucedería hoy día a raíz del crecimiento poblacional circundante adicionando los inmigrantes.

El principal responsable de la construcción, fue sentenciado a diez años de cárcel. En 1989 el Washington Times logró entrevistarlo obteniendo en síntesis que la burocracia soviética era la única responsable de la tragedia.

El pasado año, se han cumplido los 70 años de Hiroshima-Nagasaki, la exteriorización del inicio de una descabellada carrera nuclear por el poder total de las potencias mundiales; este año, se vive similar antigüedad de una opresión ortodoxa en Ucrania, estilo que aún persiste creado por el sistema que condujo a la mayor tragedia nuclear de la humanidad. Chernobyl  permanece como monumento al recuerdo de ello.

La verdad afecta a muchos intereses encubiertos, internos y externos, pero no difíciles de identificar ya que  mayormente son los mismos que también relativizan lo que significó el genocidio del Holodomor (el hambre artificial) en los años 1932-33, con la tremenda cifra de casi diez millones de víctimas inocentes.

Desde 1885 cuando Roentgen, físico Alemán descubrió los rayos X;  1895, la científica Polaca Madame Curie la denomina radioactividad, hasta ese mismo 1945, en que se instala el primer reactor en Gran Bretaña persiste hasta estos días la polémica tecnológica; en el ínterin sucedieron los hechos de Three Mile Island , Kyshtym,  Fukushima, con mas las pruebas nucleares en el pacifico y otros hechos desconocidos.

El progreso científico debe ser escuchado, no tan solo en coyunturales notas periodísticas propias del consumismo, si para la planificación, prevención de las vidas humanas y de los sufrimientos desencadenados por la carrera de poder armamentista y nuclear a fin de concientizar a los ciudadanos sobre la realidad de la casa común.

No podemos ignorar que la energía nuclear, la biotecnología, la informática, el cono­cimiento de nuestro propio ADN y otras capaci­dades que hemos adquirido nos dan un tremen­do poder (LS 104).

 

 

Sería interesante poder cotejar la relación entre los países que son ponderados en el ranking internacional de corrupción con variables como: contaminación al medio ambiente, depósito de residuos nucleares y electrónicos, plantas con técnicas contaminantes, cantidad de centrales nucleares, de fugas de radiación,  aplicación en alto grado de las normativas de higiene, seguridad y mantenimiento acorde a su vida útil,  cantidad de guerras sufridas con su gasto en armamento, cantidad de veces que fueron destruidos o reconstruidos, calidad de vida de sus pueblos, tipos de gobierno, ocultamiento de muertes y velocidad de respuesta frente a desastres, costo de construcción en obras de infraestructura, cantidad de genocidios y todo lo atinente a la afectación y demostración de valor de la vida humana.

Siderales costos financiados finalmente por los pueblos, con un único damnificado a lo largo de los tiempos, el pueblo.

El Papa Benedicto XVI, antes de llegar al pontificado, escribió: la persona alcanza el sentido más profundo de sí misma, no a través de lo que hace, sino a través de lo que acepta.

 

La Encíclica sobre medio ambiente Laudato Si, no es un documento abstracto, es un ayuda memoria de muy fácil comprensión, concierne  a la convivencia, la existente cultura de indiferencia de larga data, la necesidad de compartir,  el estado de prevención y servicio a los demás y el necesario cuidado de todo y todos los que nos rodean. Nos habla del cuidado de  nuestra madre tierra como la gran casa común, de reducir la huella ecológica; una madre tierra que la deberíamos tener presente en cada proceder, no solo los 22 de Abril.

Laudato nos habla de un vacío de corazón, que solo genera satisfacción en comprar, poseer y consumir (LS 203,204), que solo derivara en catástrofes por crisis sociales debido a dicha obsesión consumista y en violencia con destrucción reciproca al persistir las diferencias, las fronteras y los muros.

El Cardenal Peter Turkson hace unos meses en su paso por Chile, se dirigió a los empresarios, aconsejando un mundo con buenas decisiones, con principios como el respeto de la dignidad humana, el servicio al bien común y la visión de la empresa como una comunidad de personas; donde  el trabajo es para el hombre, en vez del hombre es para el trabajo.

Los trabajadores no son meros recursos humanos o capital humano. Jesús nos dice: “Al que se le dio mucho, se le pedirá mucho; y al que se le confió mucho, se le reclamará mucho más” (Lc 12, 48).

 

Es necesario aplicar  Higiene y Seguridad en su más alto nivel de estándares en las centenares plantas nucleares del mundo en primer lugar, sin cabida para errores humanos ni de sistemas de seguridad y con mucho más que el conteo de horas sin siniestros como en las destilerías petroleras; ya que por mas alta confiabilidad que brinden los sistemas, un solo error o falla afectara por décadas al menos a la gran mayoría de los seres vivos de los países de dicho continente.

Seguridad frente a lo invisible, a una radiación que con sus profundos efectos afecta a las células del ser humano  provocando muertes rápidas en semanas, meses y que persiste por décadas en busca de afectar con leucemia a los niños, las mujeres y en despertar todo tipo de cáncer.

31 personas murieron inmediatamente como resultado de la explosión en el reactor número 4 de Chernobyl.

El Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo, establecido por la OIT, se celebra cada 28 de abril desde 2003  en busca de promover el trabajo seguro, saludable y digno; una fecha que fue elegida por el movimiento sindical mundial para rendir homenaje a las víctimas de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales.

El Papa Francisco, nos alerta que por el contrario el momento actual proporciona una valiosa oportunidad para guiar y gobernar el proceso ahora en curso y construir sociedades inclusivas basadas en el respeto por la dignidad humana, la tolerancia, la compasión y la misericordia y frente a los profundos cambios que marcan la época, los líderes mundiales se enfrentan al reto de garantizar que la futura cuarta revolución industrial, resultado de la robótica y de las innovaciones científicas y tecnológicas, no conduzca a la destrucción de la persona humana remplazada por una máquina sin alma, o a la transformación de nuestro planeta en un jardín vacío para el disfrute de unos pocos elegidos. El futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las elites; está fundamentalmente en manos de los pueblos.

 

93.000 es el número de dignosticados con cáncer ente quienes sufrieron el escape radioactivo, según la estimación de Greenpeace. 

La primordial tarea es poner la economía al servicio de los pueblos; los seres humanos y la naturaleza no deben estar al servicio del dinero. Una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina en lugar de servir, es una economía que mata, excluye y destruye la madre tierra.

Reforzando la memoria acerca de la actividad nuclear con sus varios centenares de centrales en el mundo, armas químicas, biológicas, de destrucción masiva; sumado a los impactos en la salud y medio ambiente, y  si las comparamos frente a las energías renovables tendremos futuro; caso contrario seguiremos coleccionando catástrofes naturales, probablemente inducidas mientras los damnificados de Chornobyl  nos observan.

“La tierra no la heredamos de nuestros padres, tan solo la tomamos prestada de nuestros hijos”.

Con perseverancia y la familia como sostén y guía, podremos formar conciencias en base al amor, una brújula que nunca será un bien de cambio, ni formara parte de una sociedad consumista.

 

Gabriel Alsó

Colaboradores: Claudia Fassa, Armando Comby.

Bibliografia:

Encíclica Laudato  Si ,

Informe sobre Chornobyl, Vladimir Vyatrovych

El peor accidente del mundo, Hawkes-Lean-Leigh, edit  sudamericana

El cambio global ambiente y La creación no está en venta, está en crisis, Dr Alfredo Salibian

Informe  del Comité Consejo Mundial de Iglesias

“Chernóbyl, la venganza del átomo pacífico”,  Mykola Karpan,  ingeniero en física, experto en la comisión parlamentaria creada a raíz de la catástrofe de Chernóbyl.

 

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