El sicario detenido en San Antonio tiene 14 causas abiertas en Brasil

El presunto sicario detenido en San Antonio, luego de que le tendieran una trampa por Facebook, no dudaba en jalar del gatillo. Del otro lado de la frontera no lo conocían por el nombre “argentino” con el que se movía en Misiones, Carlos López, sino que utilizaba su otra identidad: Jair Figleski.
Según el DNI que exhiba, tiene 24 o 29 años. En las próximas horas, el Brasil iniciará los trámites para pedir su extradición. En ese país, deberá responder ante la Justicia por cuatro crímenes ocurridos entre 2011 y 2015.
Figleski tiene unas 14 causas abiertas en la Justicia brasileña, entre crímenes, amenazas, lesiones graves y robos a mano armada.
El tatuaje de la bola 8 de pool en el brazo derecho confirmó que se trataba del buscado, cuando lo atrapó la Policía de San Antonio cerca de la aduana. López iba hacia una falsa cita amorosa, ideada por los detectives vía Facebook para engañarlo.
El delincuente estuvo preso seis meses entre 2013 y 2014 en la prisión estatal de Vacaria, estado de Río Grande do Sul. Pero aprovechando una debilidad en la custodia, salió desde uno de los baños del pabellón donde se encontraba, saltó una reja y corriendo por el techo, ganó la calle. Si llegaba a juicio hubiera recibido una pena de hasta 80 años de prisión.
A Jair o Carlos lo habían arrestado en esa ocasión por haber matado a balazos a Zelcio Dos Santos Lima (44) y a Dário Sotil de Carvalho, cuyas pertenencias cargó en el auto de una de las víctimas. Antes de irse de la casa donde se produjo el asalto también disparó contra Clovis José Lima Blanco (64), pero este sobrevivió de milagro. Como si lo anterior fuera poco, también incendió la vivienda. Lo mismo hizo luego con el auto con el que huyó. Esto sucedió en el poblado de San Pedro, en las afueras de Vacaria, distante 550 kilómetros de la frontera con Misiones.
Una vez en la clandestinidad habría fijado entre Santo Antonio y San Antonio su lugar de residencia. Habría seguido aferrado a su oficio de sicario. En esa condición ejecutó al campesino Elvio Antúnez (35), en el paraje Puente Alto, Pozo Azul. Le habría pagado un hombre enemistado con la víctima.
Ahora le espera un largo derrotero judicial. Para evitar que vuelva a fugarse, tiene una fuertísima custodia policial.

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